Hyakkimaru y Dororo continuaron su camino, este no dejaba de buscar demonios pese a las advertencias que le brindaba Dororo de descansar o al menos comer un poco. Sin importar cuantos pescados atrapara y prepara o cualquier comida que antes resultaba deliciosa para él, no dejaba de dar unos cuantos bocados, acostándose a dormir en la mejor de las situaciones, ya que normalmente se ponía de pie e internándose dentro de los senderos del bosque buscaba demonios, al no encontrarlos, cuando el cansancio le hacía acostarse derrotado dormía unas cuantas horas volviendo a despertar para repetir lo del día anterior.
-A este paso enfermara...-dijo Dororo preocupada.
-Ustedes dos ¿Continuarán por este camino?-preguntó el hombre al que pidió información sobre posibles demonios rondando por la zona.
-Si...-
-Hay unas aguas termales pasando la montaña, si les que le vendría bien a tu amigo relajarse-dijo observándolo caminar ansioso sobre sus pasos, moviendo la cabeza hacia diferentes direcciones como si buscara algo.
-¿¡Aguas termales?! ¡Qué buena idea!-
-Están a la espalda de un templo, las encontraran si siguen el sendero recto, al final y darán con ellas-
-¡Muchas gracias!-
-Tengan un buen viaje--¡Gracias!-Dororo sintió un verdadero entusiasmo, puede que ese lugar le diera oportunidad a Hyakkimaru de pensar en las cosas y descansar como necesitaba desde que abandonaron las tierras de Daigo.
-¡Cierto! ¡Debo decirte algo-dijo el hombre.
-¿Qué sucede?-
-Son rumores, pero siempre es bueno comentarlo...-
-¿Sobre qué?-
-El camino que lleva al templo, algunas personas van con el rumor que varios viajeros han estado desapareciendo, en especial hombres jóvenes...claro no habido nadie que lo afirme oficialmente...-
-Desapariciones...-La idea de personas desapareciendo en mitad de la montaña era suficiente motivo para encontrarse alerta en todo momento. Hyakkimaru no podría luchar como siempre aunque lo afirmara debido a su agotamiento.
-Gracias por decírmelo, lo tendré en cuenta-
-No es nada...mejor date prisa porque tu amigo...-
-¡Hermano!-Hyakkimaru tomó el sendero que llevaba a la montaña, comenzando a recorrerlo sin Dororo cerca. Ella se apresuró en seguirlo.
-¡HERMANO! ¡ESPÉRAME!-
Sin importar cuanto gritara, no daba indicios de escucharla, corriendo con todas sus fuerzas acabo cerca de él. Unos segundos recuperando el aliento sin dejar de caminar, mientras el continuaba atento buscando en los alrededores al menos un indicio de un demonio con quien pudiese enfrentarse.
-¡Hermano! ¡Escucha! Me han hablado de aguas termales ¿Has ido alguna vez? ¡Pues es nuestra oportunidad!-
No la escuchó, continúo sumergido en sus pensamientos, la mayor parte de ellos aun en la tierra de Daigo, gran parte de ellos concentrados en Tahomaru. La razón por la cual le atacó pese a continuar siendo confusa no disminuía la gravedad de ese hecho que el comprendía perfectamente.
-¡UN DEMONIO!-
-Demonio...-
-Hermano...-
-¿Dónde?-Dororo lo dijo sin pensar, nadie le aseguró que existía un demonio por los alrededores y los rumores podrían atribuirse a otra causa pero solo de esa forma pudo captar la atención de Hyakkimaru.