Daigo escuchó atentamente todo lo que Mutsu y Hyogo sabían de este Ronin. Su intervención milagrosa en la pelea con el demonio cangrejo, siendo gracias a el manejo de su espada que acabo pereciendo antes de cobrar la vida de Hyogo e incluso la de Tahomaru quien no dudo en acercarse para ayudarlo. A medida que ellos iban avanzando en su relato, su señor se mostraba cada vez más nervioso e incómodo, frunciendo el ceño y mostrando expresiones de clara sorpresa.
-¡¿No tiene brazos?!-exclamó observándolos acusante-no quiero que ninguna fantasía adornada intervenga en estos reportes ¿Entendieron?-
-Lo sabemos señor, por ello mismo intento ser tan clara como me es posible, el joven Hyakkimaru no tiene brazos y una de sus piernas parece ser una prótesis igual que las dos con las que empuña la espada-
-Sin brazos ni pierna... ¿Qué clase de ronin es?-
-No sabemos mucho sobre él, viaja cazando demonios, solo le interesan lo más fuertes. Tiene gran habilidad pese al estado de su cuerpo y el hecho de ser ciego-
-¿¡Es ciego también?!-
-Si... ¿Señor?-
Mutsu se percató del sudor que resbalaba por las sienes de su amo, quien de inmediato les dirigió una severa mirada.
-Fuera, ahora-
-Si-
Ellos no se atrevieron a cuestionarlo, realizaron una reverencia dejando la sala tan rápido como pudieron. Escucharon desde fuera los pasos de su amo ir de un lado al otro, sin detenerse. Mutsu cerró la puerta y volvió la mirada hacia Hyogo que lucía tan contrariado como ella.
-Nunca vi al amo comportarse de esa manera...-dijo él.
-Si...mantiene la calma la mayor parte del tiempo...-
-Puede que lo considere una amenaza-
-Era de esperarse, con espías rondando cerca cualquiera podría ser un enemigo y dentro del palacio más aun cerca del joven amo resulta sumamente peligroso-ella suspiro-hemos ganado un castigo por nuestra imprudencia-
-Hermana no tenías que...-
-¿Asumir el tuyo? Es lo que una hermana mayor hace-dijo dándole un golpe en el hombro-la próxima vez no intentes intervenir cuando hablo con nuestro amo sobre los castigos-
-Pero...-
-Se preocupará por ahora, pero Hyakkimaru ha sido vigilado por nosotros desde su llegada y no notamos ni un solo indicio que sea un espía o intente lastimar a nuestro joven amo, seguramente ahora lo vigilaran los hombres del señor Kagemitsu-
-¿No sería mejor solo dejarlo ir?-
-En eso te equivocas, de ser un espía, permitir que se vaya con toda la información que reunió es lo último que esperarais que hiciera un estratega militar como el señor Kagemitsu, seguro deseará comprobar por sí mismo quien es ese ronin-
-Comprendo...-
-Vamos, debemos continuar con nuestros deberes-
-Sobre lo del Banmon-
-Ya lo escuchaste, la vida del joven amo es prioridad-
-Se lo prometimos...-
-Esto no le gustará nada, sin embargo, tenemos que protegerlo a como dé lugar. Incluso si llega a detestar los métodos para hacerlo, una vez tenga experiencia suficiente podrá luchar contra demonios y guerreros tanto como se lo permita su puesto de señor de estas tierras-
-El joven amo solo desea proteger al pueblo...-
-Y nosotros a él, una cosa no funcionara sin la otra-