Tú y yo

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Peridot dormía en casa de Lapis.

Su hermano había ido a una fiesta ese día, su mamá y papá estaban en otro lugar.

Los padres de Peridot ni notaron la ausencia de ella.

-Lapis: Eres una bestia cuando enfureces.- comentó.

-Peridot: Perdón por eso Lapis...no pude controlarme, perdón por haberte golpeado, yo no quería.- dijo abrazando a su novia.

-Lapis: Lo sé, pero me da miedo que vuelva a pasar.

-Peridot: A mí también, no quiero volver a ponerte la mano encima de esa manera.- dijo apoyando su oído en el pecho de Lapis a la altura del corazón.

-Lapis: ¿Porqué haces eso?- dijo algo sonrojada.

-Peridot: Me gusta escuchar tus latidos, me hacen calmar y me hace sentir bien.- dijo con los ojos cerrados.

-Lapis: Pero me haces sentir mucho calor.- dijo acariciando el cabello de Peridot.

Peridot se movió haciendo dar un pequeño grito a Lapis. Eso la hizo sonrojar.

-Lapis: Cuidado, me has echo doler.- dijo sobando su abdomen.

-Peridot: Lo siento.- se disculpó.

Peridot se acercó al rostro de Lapis y la besó.
Ambas se besaban y subían la intensidad.

-Lapis: Jejeje.- rió al separarse.

Peridot por otro lado se puso encima y continuó.
Lapis se sintió extraña puesto que ....ya había pasado pero ella no recordaba del todo, solo fragmentos.

-Lapis: Peri.....detente.- dijo separándose.

-Peridot: ¿Qué pasa?- dijo extrañada.

-Lapis: No creo estar lista Peri, siento nervios amor.

Peridot no se quitó de encima y acarició la cintura de la peliazul.

-Peridot: Está bien, será cuando estés lista y lo quieras.- dijo sonriendo echándose a un lado.

Lapis sonrió, Peridot era muy diferente a lo que recordaba.

En el colegio era un desastre andante, muy molestosa, irresponsable, fregada, nunca usó el uniforme escolar, no obedecía.
Pero ahora sabía cómo arreglar sus problemas, se deba cuenta cuando debía tener un límite, era divertida pero causaba problemas sin la intención.

También era más considerada, atenta, la hacía sonreír a cada rato con sus bromas o gestos graciosos.....

Zafiro le mencionó que Peridot tenía cambios de ánimo por culpa de Perla, en un momento podría estar feliz pero minutos después se enojaba de cualquier cosa. Cosa que sí se dió cuenta pero eso cada vez desaparecía.

-Lapis: Parece que calmé tu furia interna.- susurro con una sonrisa mirando a Peridot dormir.

Pasaban los meses, Peridot parecía más relajada.

Había una chica de su misma carrera que se juntaba con Peridot, eran muy amigas.

-Damira: Oye Peri, ¿Estás con alguien?- le preguntó.

Ambas estaban sentadas en el pasto.

Lapis pasaba por ahí y vió a aquella chica muy sospechosa, caminó atrás de un árbol a escuchar.

-Peridot: ¿Porque la pregunta?- dijo dejando su cuaderno a un lado.

-Damira: Es que.... Bueno.... Me gustas, tienes una manera muy amable y divertida de ser...- dijo nerviosa.

Muerte en vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora