Mascotas

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-Larimar: Lo quiero, lo deseo, debo tenerlo.- dijo mirando fijamente a un perro adulto abandonado.

-Peridot: Nada de mascotas, cómprate un pez.

-Larimar: No, está solito y desamparado.- dijo cargándolo.

-Peridot: Si lo miras mucho te encari.... muy tarde.

-Larimar: Lo quiero.- lo abrazó más fuerte.

-Turquesa: Yo quería una tarántula y no me dejaron tenerlo, no es justo.

-Larimar: Nada en la vida es justo así que acostúmbrate.- le sacó la lengua.

-Lapis: ...- miró a Peridot con duda.- si lo cuida quizá ...

-Larimar: ¡Gracias, mamá!- dijo feliz.

-Peridot: ¿Y mi opinión qué?

-Lapis: Déjala, si no lo cuida irá a un albergue de animales ¿Verdad?

-Larimar: Lo cuidaré, lo peinaré, lo bañaré, lo sacaré a pasear, limpiaré sus porquerías, le compraré ropa...

-Turquesa: Entendimos, no es justo, quiero una mantis o una cucaracha de Madagascar.

-Peridot: No te pases.

-Turquesa: ¿Un hamster?

-Lapis: No, recuerda la última vez que trajiste a un animal a casa.

-Turquesa: El señor dijo que era un minipig, no sabía que era un lechón.

Peridot empezó a reír, eso no lo sabía y le causó gracia.

Meses después.

-Larimar: ¡Oye! ¡No patees a mi perro!- le gritó a Turquesa.

-Turquesa: Que no entre a mi cuarto o si no será peor.- dijo desde su habitación.

-Peridot: Esos dos casa ves son más odiosos.

-Lapis: Son hermanos, es normal, ni me llevaba bien con los míos.

-Peridot: Es verdad, aún así hay que hecharles un ojo, pueden causar una guerra mundial.

De ves en cuando Larimar tenía complicaciones en el colegio o cuando salían todos juntos, el perro lo seguía todos lados, incluso la esperaba afuera del colegio haciendo asustar a los que la molestaban.

Solía jugar bastante con el perro, le hacía muy feliz tenerlo.

-Turquesa: Casi muerde a Conor, es mi amigo.

-Larimar: No es mi problema, se burló de mí por mi problema.

-Turquesa: Te dan todo lo que quieres y a mí no, no es justo en lo absoluto, no te gustaría que fuera al revés.

-Larimar: Es solo un perro, yá supéralo.

-Turquesa: Ten dan todo solo por que estás enferma, que ese estúpido perro te cuide entonces.- le dijo molesto y se fue caminando más rápido.

Eso le dolió, hasta su hermano pensaba lo mismo que los demás.

-Larimar: ¡Pues bien! ¡Lárgate!- le gritó enojada.

-Turquesa: ¡Engreída!- le gritó dándose la vuelta mirándola, osea caminó en reversa.- ¡Consentida!

Larimar le dió la espalda y caminó sin prestarle atención pero el perro no.

Turquesa se metió en la otra vía que por el momento estuvo vacío, pero no por mucho.

El perro corrió hacia Turquesa ladrando cosa que llamó la atención de Larimar, está notó los autos que aparecían.

-Larimar: ¡Muévete, idiota!- le gritó asustada.

-Turquesa: ¡Tú lo serás!- le gritó notando al perro más cerca, por el susto retrocedió más rápido tropezando.

El freno del auto sonó junto al impacto.

-Larimar: ¡NOOOOO!- corrió lo más rápido que pudo, se espantó al ver la sangre en el capot del auto junto al cuerpo tirado.

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-Larimar: Se puede salvar ¿No?- dijo con sus ojos llorosos y voz quebrada.

-Veterinario.- Sus órganos internos han sido gravemente dañados, está sufriendo mucho.

-Lapis: ¿Que sucedió?- llegó sola, Peridot cuidaba de Esfena.

-Veterinario: Solo queda dormirlo.

Larimar asintió, se acercó al perro, quién emitía un sonido de dolor y la miraba.

-Larimar: Vas a estar bien, no te asustes.- acarició su cabeza finguiendo una sonrisa.- te quiero mucho, no lo olvides ¿Sí? Siempre voy a quererte.- le dió un beso en la cabeza mientras el veterinario le ponía una inyección.

El perro aún respiraba con dificultad pero poco a poco dejaba de hacerlo, Larimar lo abrazó llorando mientras sentía al perro perder sus fuerzas.

-Larimar: Te quiero mucho... fuiste un buen perro... el... el mejor... nunca te... no te olvidaré... ya no dolerá... ahora estarás bien...- lo abrazaba y acariciaba a la vez fingiendo una sonrisa mientras las lágrimas salían sin control, pudo sentir como el perro lamió un poco su mano y finalmente dejó de respirar.

Lapis tenía lágrimas en sus ojos, por eso no le gustaba tener animales, era triste despedirse de ellos. Le dolió más aún escuchar a Larimar llorar con más fuerza.

En un cementerio de mascotas.

-Peridot: Larimar.- se sentó a su lado.

-Larimar: Vete...vete.- dijo con sus ojos llorosos y a la vez enojada.

-Peridot: No fue culpa de nadie, solo pasó.

-Larimar: Fue la culpa del idiota de tu hijo... no quiero verlo.- decía con rabia.

-Peridot: Es verdad, fue muy tonto pero tu perro lo salvó.

-Larimar: ¿Porqué su estúpida vida es mejor que la de mi perro?

-Peridot: Estás enojada, lo sé, duele, es difícil despedirse, ¿Hubieras preferido que sea Turquesa?

Ella permaneció en silencio.

-Peridot: Le diste a ese perro la oportunidad de tener una familia que lo quiere, de darle un hogar, lo cuidaste bien.

-Larimar: Lo quiero, quiero que esté conmigo.

-Peridot: Yo no olvido a mi primera mascota, era un perro muy bonito que encontré de cachorro en la basura cuando tenía...7 años masomenos, murió de viejo un año nuevo, yo tenía unos 22 años, el sonido de los fuegos artificiales provocó que le dé un infarto y murió, no sabes cuánto lloré por ese perro, lo tuve una gran parte de mi vida pero tuvo que irse, fue más doloroso recordar cuando lo tenía desde pequeño, fue doloroso ver cómo se quedaba ciego, ya no caminaba bien...aún duele recordar.- sonrió limpiando algunas lágrimas que surgieron del recuerdo.- Lapis conocío a Pumpking, me acompañó en mi sufrimiento cuando murió.

-Larimar: ....

-Peridot: Quiérelo, no te olvides de él, pero no dejes que el enojo te gane, tu perro nunca quiso morder a Turquesa, por algo fue corriendo hacia él ¿No crees? Los animales son más inteligentes que las personas incluso.- dijo abrazándola.- desahógate, suelta lo que sientes.- dijo sintiendo como Larimar lo abrazó más fuerte y se echó a llorar.

Muerte en vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora