Muerte en vida

Un día

-Peridot: Que bueno que nos vamos, y pensé que mís padres me odiaban.

-Lapis: ¿Eso que importa? Nos iremos a vivir juntos, sé que por eso mis padres están molestos pero algún día iba a pasar, además Larimar no ayudó en mucho, era muy fría y cortante...

-Peridot: Anda dilo.

-Lapis: Se parece más a ti de lo que parece, espero volver a ganarme su confianza y que me perdone.

-Peridot: Solo no exageres, sino podría malinterpretarlo.

-Lapis: Supongo.

-Peridot: Hora de despedirse.- dijo entrando a casa de los padres de Lapis.

-Lapis: Sí, vayamos.- dijo tomándolo de la mano.

Ambos entraron.

-Lapis: Mamá, papá, gracias por apoyarme cuando más lo necesitaba, sé que pueden estar molestos pero en algún momento iba a pasar.- dijo abrazando a su padre.

El hombre mayor sonrió levemente asintiendo, el reto era la mujer mayor.

-Abuela: Claro, solo viene y se la lleva, apuesto a que volverá.- decía molesta.

-Peridot: Sé que está molesta por esto, Lapis y yo pasamos momento muy difíciles y no tuve el tiempo de conocerlos mejor, pero mi trabajo y vida estaba en otra Ciudad, les aseguro que no cometeré los mismo errores, haré las cosas bien.

-Abuela: Escuché eso mucho, a mí no me convences.

-Lapis: Mamá, por favor, estaré bien, los chicos igual, son hermanos, no pueden estar separados.

-Abuela: Los esperaré.

-Abuelo: Tardará en asimilarlo pero lo hará, no te preocupes.

-Lapis: Está bien, vendré a verlos.

-Peridot: Si gustan venir también pueden avisarme, les facilitaré el viaje de ser necesario para que lleguen más rápido.

-Abuelo: Espero que les vaya bien, si mi hija vuelve así de mal, ahí sí no respondo.

-Lapis: ¿Enserio?

-Peridot: Lo entiendo, diría lo mismo en caso de la nuestra, estará bien, se lo aseguro.- dijo extendiendo la mano.

El hombre mayor lo miró e imitó el gesto.

Quiso acercarse a la madre de Lapis pero la situación no parecía favorable.

El hombre le susurró algo y la mujer extendió solo mano.

Peridot le dió un leve apretón y soltó.

-Lapis: Turquesa, baja.- dijo llamando a su hijo.

El chico bajó con unas cuantas cajas en brazos teniendo cuidado de no resbalarse. Peridot se acercó para ayudarlo y fueron al camión de mudanza.

-Lapis: En serio eres lento.

-Peridot: Me dan miedo ¿Sí? No sabía que decir exactamente.

-Lapis: Jajaja no puedo creerlo.

-Peridot: ¿No quieres conocer a los míos? Son aún difíciles -w-

-Lapis: Quizá otro día con mucho gusto.

Peridot se acercó al conductor para entregarle la dirección puesto que iría por tierra, era un viaje largo así que aún tenía tiempo.

Larimar estaba sentada en el auto alquilado por Peridot, estaba con música fuerte para ignorar a todos.

-Turquesa: Con el tiempo te quedarás sorda.- dijo sacándole un auricular.

-Larimar: ¿Que te importa? Déjame en paz.- lo empujó y se puso nuevamente el auricular.

Turquesa permaneció sentado, una buena forma de no tener problema era evitándolo, al poco rato sus padres llegaron.

-Peridot: Tenemos un día, ¿Quieren ir a alguna parte?- dijo arreglando el retrovisor y espejos.

Turquesa le dió un codazo a Larimar, quién se quejó.

-Larimar: ¿Ahora qué?

-Peridot: ¿Quieren ir a alguna parte?

-Larimar: A dónde sea, quiero escuchar mi música.

Turquesa miró atento el celular de su hermana y le quitó la entrada del auricular dejando escuchar su música, esta se enojo dándole una patada en las rodillas, puso nuevamente el auricular e ignoró a todos.

-Peridot: No la molestes, ¿Quieres ir a alguna parte?

-Turquesa: Al mirador, quería comprarme un gorro para el frío.

-Peridot: Bueno, vamos entonces.- dijo arrancando.

El llegar bajaron del auto, había una excelente vista a la ciudad.

Turquesa miraba los gorros que habían, una vez compró uno y era de muy buena calidad a un precio cómodo, después de todo eran vendedores artesanales.

Larimar se sentó y continuó descargando música de forma ilegal, lo usual.

Peridot y Lapis se apoyaron en un muro mirando la ciudad.

-Lapis: Siendo sincera no hubiera pensado que volveríamos a estar juntos, tu orgullo suele ser más grande que tus pensamientos.

-Peridot: Mucho menos yo, solo tenía la ilusión de corregir las cosas y por lo menos eso se hizo realidad, aunque no diría lo mismo de Larimar.- dijo preocupado por su hija.

-Lapis: Fue mi culpa, espero pueda perdonarme algún día.- dijo con tristeza.

-Peridot: Lo hará, solo dale tiempo para que se acostumbre, debo decir que evocar sus recuerdos de infancia ayudará, conmigo lo hizo, así perdone a mis padres.

-Lapis: Creo que heredó hasta tus pensamientos extraños, eras la persona más falsa y emo que conocí, pero aún así tratabas de sacar una sonrisa a tus amigos.

-Peridot: Sí, lo admito, creo que quiero molestar a Larimar un momento.- dijo dirigiendose hacia ella.

La tomó por sorpresa, la cargó había el borde del mirador y la puso de cabeza.

-Larimar: ¡¡¡¡Aaaahhhh!!!! ¡¡¡¡Está loco!!!! - gritó asustada mirando su celular caer hacia la nada.- ¡MI CELULAR! ¡MIS COSAS! ¡MI VIDAAA!

Turquesa miró con diversión.

-Lapis: ¡¿Que haces?! ¡¿Estás loco?!- dijo asustada.

-Larimar: ¡Suéltame!

-Peridot: ¿En serio quieres que te suelte?

-Larimar: ...... ¡Déjame en un lugar seguro! Dérangé! Fou! Bête! Sauvage! Négligé! Va te faire foutre!

Peridot sonrió y jaló para dejarla.

-Larimar: ....mi celular...

-Peridot: Tendrás otro, no te esponjes.- dijo calmado.

-Larimar: Que bien, me largo.- dijo molesta.

-Lapis: ¿Qué pasa contigo? ¿Y si la dejabas caer?- aún estaba preocupada.

-Peridot: No es la primera vez, ya se le pasará, solo necesita un celular nuevo y ya.

-Turquesa: Me aburrí, vamos a otra parte.

-Peridot: Claro, vamos al auto.- dijo caminando.

Lapis los siguió, pero antes compró unos guantes, la temporada de frío se acercaba.