Capítulo 17: Sin suministros

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Ya era febrero... Creo. La mañana estaba fría. Mi situación empeoraba. He aguantado muchos días sin comer, viviendo a base de las lluvias que sumergían esta maldita ciudad. Mis piernas están muy temblorosas, no sé, me siento muy cansado. Esta mañana dos taquicardias me atacaron. Estaba muy asustado. Bueno, aún sigo estando asustado de tanto. Mi vista es casi nula. Todo está vuelto mierda aquí. Literal. Todo mi cuerpo se estremece por cualquier ruido. Me estoy muriendo. Lo presiento. Presiento que mi muerte está cerca y por ese simple motivo dedicaré este manuscrito a mi gente difunta: mi familia, los alumnos que vi morir ahí afuera, a Bertrand, Coralie y demás personal académico. Los vi morir de las peores formas, quizá mi agonía es la peor de todas. Hambruna, duras gotas de agua, múltiples desmayos en estos últimos días. Es horrible.

I
- ¡Aline! - exclamó Blair, intentando alcanzarla para callarle la boca. Millie estaba nerviosa y caminaba detrás del chico. Aline salió corriendo, entró al ático y estrelló fuertemente la puerta. Blair y Millie se miraron preocupados. Millie dio un suspiro y fue la primera en dar el paso de abrir la puerta. Blair estaba nervioso, temía ser expulsado por Liam, pero tenía un arma contra el: Norma. Este plan solo lo ejecutaría si fuese necesario. Pero no pasó nada. Aline entró y se tiró en su esquina; se acostó a dormir, derrotada del largo día que tuvo. Los estruendosos relámpagos seguían acompañando el ambiente incómodo entre algunos miembros del grupo. Como era de esperarse, la unidad iba pereciendo poco a poco.

II

Tal parece que los días tenían que pasar como ráfagas para que los chicos olvidaran conflictos y volviesen a ser unidos como el principio. Liam seguía siendo un gran líder, bondadoso y solidario, sus características principales. Su relación con Norma avanzaba cada vez más. Sus encuentros éstos últimos días no fueron tan sexuales, como las veces anteriores. Esta vez sólo se dedicaron a reflexionar sobre sus vidas y armar un plan antes de la pronta salida del colegio

- Liam. - decía Norma, el 6 de febrero, dos días antes de la fecha actual. - Mi mayor deseo es reencontrarme con mi papá y mi hermano. Son lo único que me queda. Sé que pronto nos iremos ahora que todos están más o menos preparados y por ese motivo necesito contar con tu apoyo para todo - Norma estaba sentada en una de las bancas de aquel salón fantasma donde ocurrió uno de sus primeros encuentros y que ahora se había vuelto el escenario principal de su idilio. Liam colocó una frente a ella y así permanecieron, mirándose el uno al otro. Liam posicionó sus codos sobre sus muslos.

- Bebé, sabes que cuentas conmigo para todo. Esto es muy difícil. Siento que los chicos no están al cien por ciento preparados, pero por lo menos las clases de armas si las procesaron mejor. Primero concéntrate en irte de aquí, luego te juro que encontraremos al alguacil - Norma se arrodilla ante un Liam sentado y como siempre, acertado en sus comentarios, y le abraza fuertemente. Luego se repite el ciclo de sus primeras visitas...

8 de febrero, 11:00 am

Liam estaba asomado por aquella ventana que ahora no es más que el refugio de todos cuando están decaídos. Su mirada era inexpresiva, fría e insensible. Estaba pensando en Carol, su hermanita. (¿estará muerta?, pensó) (¿cómo estarás mi amor?, ¿cómo y dónde estarás?...)

Jenny se acercó a el. Una repentina llovizna empezó a cubrir los cielos de Calistoga. (Quizás era la última vez que estarían allí, pensó Jenny). Eran las 11: am y parecían forzosamente las 4 y 30 pm.

- ¿Ocurre algo, líder? - preguntó Jenny, colocándose a su lado y mirando el mismo horizonte al que el miraba. Jenny sabía cuando algo iba mal. Rápidamente se imaginó que debía tratarse de la comida.

Hasta El Último AlientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora