Hasta El Último Aliento

Capítulo 14: Romance oculto

Liam Watson lo tenía todo controlado. El suministro de alimentos, turnos de baño, turnos de beber agua, preparación para enfrentarse a la realidad; pero había algo que Liam no podía controlar ni evitar... El amor. Cuando dos personas se atraen, lo normal es que empiecen a salir, conocerse. Pero en estas circunstancias, ¿podía acaso existir esa palabra? Sí. Yo seguía amando con locura a mi esposa e hijos, pese a sus muertes. Mi vida se estaba acabando lenta y agotadoramente, pero aún así seguía tratando de dejar algo, que, por si acaso, esta ciudad volviese a ser pisada por otro humano, haya evidencias de que Lester Cormack existió y se dedicó a narrar los principios de aquellos siete jóvenes supervivientes a aquella letal pandemia.

I

El sello de la atracción entre Blair y Millie fue ese beso. Aquel improvisado beso que desde hace un largo rato querían darse, pero no se habían dado las circunstancias. Millie, en su ingenuidad, cayó rendida a los pies de Blair, admirada y enamorada de aquel chico que la salvó dos veces de la muerte y con el que se ataca sarcásticamente cuando está asustada. Esa inocencia que provocó la atracción de Millie fue la misma que revirtió dicha vibra y sedujo a Blair, que nunca en su vida había experimentado el amor. Lo más cercano fue Jenny, pero no fue lo suficientemente potente como lo que siente ahora por la hija de Brad y Chloe Thurman.

El día pasaba velozmente. Los chicos practicaban con Liam, pues debido a la falta de suministros tendrían que bajar una última vez a la cocina y tomar lo poco que quedaba, si es que aún existe. La mirada seca y fría que siempre cargaba Liam se fijó profundamente en los ojos puros de Millie ocultos por sus anteojos, que estaba apunto de dormirse sentada en una silla a menos de tres metros de él. 

- ¿Pasa algo? - preguntó Norma, mirando a Liam y luego siguiendo su mirada hacia Millie. 

Liam dirigió su mirada hacia la ventana y respondió secamente a Norma - Nada. Sigamos con las prácticas. Necesito hablar contigo, Sid y Blair de algo muy importante. Ya encontraré el momento. - Norma se preocupó. Pensó que sería algo malo, tal vez quería abandonar al grupo, ¿Quién sabe? Pero Liam es Liam, ella debía seguir como si nada hubiese pasado, así que se unió nuevamente a la práctica que tenían en conjunto Jenny y Sid con los palos y atacándose de forma brusca.

Blair, pese a encontrarse apartado practicando tiro al blanco, no paraba de mirar a Millie, y viceversa. Ambos se miraban fijamente y por sus mentes transcurría aquel beso que se dieron no hace más de 3 horas atrás.

II

Las miradas abarcaron casi toda la tarde. Mientras los demás practicaban intensamente, Blair se dedicaba a sentarse y mirar disimuladamente a Millie. De vez en cuando, ella le sonreía, y esto provocaba que sus nervios se fuesen a flote y mirase a cada uno de sus demás compañeros, con miedo de que se diesen cuenta de lo que está pasando entre ambos.

Las prácticas terminaron a las 6 en punto. Todos estaban exhaustos. Aline se levantaba hacia el lugar donde tenían los alimentos para hacer la cena del día y compartirla como hacían siempre. La chica tenía un rostro demacrado, somnoliento y sus ojeras se potenciaban con la radiación blancuzca que emitía el foco del lugar. Al tomar despacio los alimentos, descubrió que ya no quedaba casi nada. No pasarían de esa noche esas 6 piezas de hamburguesas. 

- ¿Qué mierda Liam? ¡Hay que hacer algo, ya! No podemos quedarnos aquí. Tenemos que buscar más comida o salir de este miserable lugar de una buena vez por todas - predicaba Aline, exaltada y furiosa mientras tenía agarrado el paquete transparente de las hamburguesas con su mano derecha, que se movía revoltosamente cada vez que ella emitía palabra.

- Tienes que calmarte, ¿Sí? relájate. - respondía Liam mientras se levantaba notoriamente cansado de la silla y se acercaba a ella poco a poco. -Claro que tenemos que bajar mañana a primera hora. Pero aún no podemos salir de aquí. Sería algo tonto.