Ha pasado tanto tiempo. Los chicos pasaron un feliz Acción de Gracias en el lujoso hotel abandonado dónde se encontraban y a la par, celebraron los cumpleaños de Sid y Millie. Luego, hace algunos días, celebraron el de Norma y dos días atrás pasaban Navidad juntos; colocaron un lindo pino pequeño adornando el centro del hotel, las luces navideñas y por supuesto, compartieron como familia aquellos lindos momentos entre la Nochebuena y la Navidad. La nieve empañaba desfavorablemente los caminos y se esperaba que para Año Nuevo no pudiesen salir de la ciudad. Por eso, era importante salir lo más pronto posible de allí y terminar el trabajo. Los chicos consiguieron ropas más acogedoras para la época, pues no estaban acostumbrados a convivir tanto tiempo con la nieve para la época de invierno.
Sus momentos juntos eran mágicos, agradables y gozaban totalmente la unidad que sentían, pero en el fondo, muy en el fondo, sabían que algo malo podría pasar en Ely cuando viajasen, por eso, a pesar de que querían terminar con todo, temían en recibir la llamada de Misterio. Feliz Navidad, chicos, y ojalá hayan disfrutado estos dos meses de descanso, porque no lo podrán hacer más hasta nuevo aviso.
I
27 de diciembre, 6:00 am
El teléfono de Millie sonó de repente. Liam estaba despierto haciendo el desayuno de todos y con una camisa holgada y pantalones de terciopelo; también cargaba como tres abrigos encima y es que la mañana era violentamente fría, en Calistoga no acostumbraban a convivir con la nieve. Liam dejó los emparedados a medio término y soltó el cuchillo y el queso violentamente. Tomó el teléfono y vio que era el mismo número de Misterio, mostró una sonrisa nerviosa mientras veía el teléfono, pero contestó.
- ¡Misterio! ¡Cuánto tiempo! Ya debemos salir hacia Ely, ¿cierto? - preguntó Liam. La piel se le erizó y los dientes le temblaban involuntariamente. Unas ganas inmensas de orinar recorrieron sus riñones y su aparato expulsor.
- Primero que nada, Feliz Navidad para ti y para los tuyos - respondió Misterio. - Y sí, creo que deben aprovechar que las nevadas no están tan fuertes estos días. Sé que el frío les jugará una mala racha, pero deben aguantar y desmantelar lo que encontrarán en los túneles de Ely bajo la iglesia de la comunidad. Allí se guardan las pruebas del tratado entre Lars Sladkov y Clinton Souberville con las firmas de ambos, la de Denbrough y la de Mansfield. Suficiente para destruir por lo menos a Souberville y Mansfield. Buena suerte, sé que podrán con aquello - colgó. Liam quedó atónito, sin palabras. La hora que tanto temía había llegado; era lógico que Souberville tenía más protegido ese lugar que los otros porque ya eran documentos más comprometedores y que lo culparían a el de ser la mente maestra detrás de ese terrible caos. Sin muchos rodeos, procedió a levantar a cada uno de su equipo para desayunar todos juntos. Todos se ducharon de inmediato, pese a la frialdad del agua y el pesado ambiente que se sentía. Liam sirvió en platos los emparedados que preparó y en tazas el café para todos excepto a Blair, que lo detestaba, así que a el le hizo un té de manzanilla. Finalmente, los siete estaban juntos sentados en la mesa y a punto de empezar a comer.
- ¡Aguarden! - advirtió Liam, evitando que alguien comenzara a desayunar. - Quiero hacer una oración... para ello, necesito que todos nos tomemos de las manos - así lo hicieron. Norma tomó de la mano izquierda a Liam, y Blair lo hizo con la derecha. Norma tomó la mano de Sid, y a su vez el la de Aline. Blair la de Millie y ella a su vez la de Jenny, luego Aline y Jenny unieron la suyas estando ambas en el extremo del comedor. - Dios, si de verdad estás allá arriba y lo escuchas todo, lo ves todo, quiero hacerte una única petición en toda esta travesía. Por favor, protégeme a mí y a mis amigos siempre, que no nos pase nada malo. Ya es el último punto que debemos visitar de esta tensa travesía por Nevada para seguir con nuestras vidas lejos de Souberville, danos la fuerza y sabiduría que necesitamos para derrotar al enemigo. Amén - todos respondieron «Amén» con el chico. Aunque no lo demostraban, todos se sentían presionados y tensos, nerviosos de lo que pudiese pasar en medio de la nieve que ya habría cubierto Ely.
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Hasta El Último Aliento
Science FictionUn grupo de jóvenes de un instituto estadounidense se percatan de la existencia de un virus letal que rápidamente se esparce por toda la ciudad e intentan sobrevivir dentro del plantel, aunque en cualquier momento pueden morir... Igual que los demás