Los chicos estaban cansados. El viaje se hacía cada vez más largo y agotador. La carretera estaba más tranquila, aunque de vez en cuando se encontraban con ciertos avispones.
En menos de cinco minutos, una gran nube gris cubrió todo el cielo y empezó a lanzar relámpagos contra los montes. Ya habían salido de Sacramento y su última parada (por hoy) sería Modesto. Ahora, estaban cruzando la destruida Stockton. Una ciudad prometedora tal vez en un futuro, pero que ahora estaba cubierta en cenizas y escombros. Parece que fue muy afectada por el terremoto y el ataque de los avispones.
De pronto empezó a llover y el cielo se tornaba cada vez más fuerte. Una fuerte brisa azotó la camioneta donde viajaban los chicos y violentó muchos escombros los cuales, de vez en cuando, caían sobre la camioneta o pasaban frente a ella. Era como un vendaval, pero pacífico y cálido. Tal ambiente, inspiró a Sid acercarse a la radio y buscar en el reproductor de Bertrand la canción perfecta para aquel día cero: California Dreamin'. Los chicos se miraron unos a otros tras empezar a escuchar el estribillo inicial, pero nadie lo cuestionó. Se dedicaron a escucharla mientras avanzaban en la camioneta, veían a través de las ventanas el caos y las gotas de lluvia que empezaban a golpear dichas ventanas. "All the leaves are brown, and the sky is gray..."
I
Pasó el tiempo en un santiamén. La lluvia había hecho tomar una siesta a los de atrás, en cambio Liam y Sid siguieron despiertos. En un momento sorpresivo, se encontraban frente a frente con el letrero que decía "Bienvenidos a Modesto". La ciudad se mantenía en pie, muchos edificios estaban cubiertos de sangre o cenizas, vidrios rotos, pero ninguno estaba abajo. Cadáveres por doquier, como era de esperarse, abandono total de la ciudad. Una digna ciudad fantasma, pero allí es donde debían descansar y buscar suministros. Ya había pasado mucho tiempo desde que no dormían en una cama digna.
- Por fin llegamos, este viaje se me hizo muy largo - dijo Sid, notablemente cansado de manejar. Liam notó eso.
- Si quieres intercambiamos, no hay problema. - ofreció Liam, sin embargo, Sid lo negó con la cabeza. - Deberíamos despertarlos, ¿no crees? - preguntó Liam. Sid asintió.
- ¡Oigan, bellos durmientes, despierten! ¡Este es el momento en que nos tienen que ayudar! - gritó. Norma dio un respingo del susto que provocó el grito y rápidamente ayudó a levantar a los otros. - Lo siento, nena, tenía que hacerlo. - susurró a su chica. Ella le sonrió sarcásticamente.
- Que aguafiestas te has puesto, Liam - dijo Norma, en un tono sarcástico. El le guiñó.
- Bien, tenemos que buscar donde quedarnos así que pelen bien esos ojos y busquen una casa. - ordenó Liam. Todos asintieron y así procedió la búsqueda por unos diez minutos. Finalmente, Sid introdujo el auto por una calle, en un lugar fuera de la vía principal para estar más seguros.
- ¿Qué crees que haces, Sid? - preguntó Liam, confundido. - ¿Acaso conoces Modesto? - Sid sonrió brevemente.
- No, pero tenemos que escondernos bien. - respondió.
- ¡Miren, allí! - exclamó Norma. Todos vieron, entre un edificio viejo y una tienda de prendas, una casa de dos pisos, sencilla, pero agradable. Era fucsia y tenía un jardín destruido. Estaba encercado con fierros y no tenía mucho terreno. Era una casa chica, pero donde seguramente podían pasar el tiempo necesario para descansar. La lluvia estaba cesando.
- ¡Es perfecta! - dijo Liam. - Muy bien hecho, Norma, ahí nos quedaremos. Sid estaciona el auto, y chicos, por favor, bajen con cuidado y siempre alerta a sus alrededores.
Sid estacionó el auto a la orilla de la calle donde estaba la casa. Liam, como siempre, procedió a bajar primero. Luego le siguió Sid. Por último bajaron Norma, Blair y Jenny. Las otras chicas se quedaron esperando la alerta verde. Un minuto después, Liam dio la orden de avanzar y las chicas restantes bajaron todas las armas y municiones.
ESTÁS LEYENDO
Hasta El Último Aliento
Science FictionUn grupo de jóvenes de un instituto estadounidense se percatan de la existencia de un virus letal que rápidamente se esparce por toda la ciudad e intentan sobrevivir dentro del plantel, aunque en cualquier momento pueden morir... Igual que los demás