- ¿Hola? ¿Quién habla? - pregunté. Sabía que era Souberville, pero quería tratar de evadirlo.
- ¿No tienes mi número guardado? Increíble - me respondió.
- Es por seguridad padrino. No conviene que sepan la existencia de nuestras llamadas - le dije. Tenía gases y Vitz y Ty no paraban de vomitar. Ya me estaban estresando.
- ¿Te sientes bien? - preguntó.
- Pues... Acabo de matar a dos de mis compañeros y me los tuve que comer. ¿Hay peores cosas? - dije, evidentemente asqueado.
- Sí las hay. Eso es lo de menos. Llegó el juicio final. Bertrand y su grupito están en la villa Yosemite. Vete de una para allá y deshazte de ellos. Mata a esos dos que están contigo por favor, cuando te vaya a buscar ellos obvio no vendrán conmigo. Ya sabes. - Me colgó. Me sentí estresado por primera vez en varios días. Ese maldito idiota piensa que me mandará. Iré a por Jenny y luego me iré para siempre lejos de el. Prefiero vivir fugitivo a ser su prisionero hasta la muerte, porque dudo que salgamos alguna vez de aquí.
- Vitz, Ty, alístense. Nos vamos a Yosemite. - Los dos seguían mal. Estaban al borde de la locura. Vitz temblaba y sus ojos pelados le acompañaban en su escena de frenesí.
- ¡Vete a la mierda! ¡Nos hiciste comernos a Tiff y Brook! - respondió Ty. - Esto no puede estar pasando... NO NO Y NOOOOO. QUE HICIMOS?? - gritaba desquiciado, tirándose en el suelo. Vitz también lloraba y gritaba en el suelo. Esos estúpidos harían que los avispones nos mataran. Tenía que poner orden, así que saqué la pistola y les apunté. Ambos pararon de hacer su escenita y les ordené colocarse de pie. Lo hicieron.
- ¡Escuchen! Nos tenemos que ir a Yosemite, así que recojan su mierda y vámonos. No me hagan dispararles. Si me obedecen, les prometo que tendremos todo el sexo que quieran. Ty te daré mi trasero y Vitz, te haré de todo. Ahora vámonos - Se veían asustados. Lastimosamente, era la única forma de que reaccionasen e irnos ya. Quizás sería la última vez que estaríamos juntos, pero me vale verga, lo único que quiero es a Jenny Christensen, mi hermosa y amada Jenny.
I
Cox narra
- ¿Qué es lo que quieres saber específicamente? - preguntó Brad, ingresando tras Liam al despacho.
- Todo. Sé que tiene mucho que ocultar acerca de lo que está sucediendo, le pido total sinceridad. Quiero confiar en ustedes - respondió Liam, mientras admiraba los detalles del despacho. No parpadeaba, mantenía su mirada fría.
- Repito, no tengo ni .... - decía Brad, pero fue aprubtamente interrumpido por Liam que traqueó el escritorio golpeando sus manos contra este.
- ¡Basta de mentiras Thurman! - exigió. Brad bajó la mirada y se sentó en su silla. Ahí, se atrevió a confesarlo todo.
- Bien. Todo comenzó hace unos 15 años atrás. Hubo un tipo de cumbre donde todos los magnates estadounidenses se reunieron en una extinta sala privada en las afueras de Nashville. Entre esos millonarios estaban Clinton Souberville y mi padre. Yo fui solo a llevarlo en el coche. Tuve que entrar, pues Chloe estaba a punto de dar a luz a Millie y necesitaba cuidados intensivos. Sin querer, escuché un extracto de una conversación entre Souberville, mi padre, Barry Mansfield y Trent Denbrough, los debes conocer ya que son empresarios muy reconocidos. Allí conversaban de un plan para aniquilar toda la población estadounidense. Esos cuatro eran extremistas, para esos tiempos se empezó a intensificar la llegada de inmigrantes y su racismo era a tal punto que querían acabar con todos si era necesario para restablecer "la raza". Me tomé muy enserio estas palabras y es que vamos, ya era lo suficientemente mayor como para saber que esos locos podían hacer lo que les placiese y ahí empecé a construir esta mansión subterránea. Fue un proyecto riesgoso que me costó millones de dólares. Pensé que iba a quedar en bancarrota, pero tras morir mi padre, heredé toda su fortuna y logré restablecerme. Contraté a los mejores arquitectos y constructores del mundo. Ellos no entendían lo que sucedía, pero les hice guardar el secreto. Hice el patio de afuera con árboles artificiales y luces que simulan el cielo pensando en la niñez de Millie, sin saber que luego llegaría Elsa y sería ella quien encontraría consuelo jugando allí con su gato. - Liam estaba atónito. No podía entender todo lo que le dijo Brad, que despertó aún más su curiosidad. - Esa es toda la verdad Liam.
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Hasta El Último Aliento
Science FictionUn grupo de jóvenes de un instituto estadounidense se percatan de la existencia de un virus letal que rápidamente se esparce por toda la ciudad e intentan sobrevivir dentro del plantel, aunque en cualquier momento pueden morir... Igual que los demás