I
- ¿Qué fue lo que pasó? - pregunté, atónito y muy fuera de razón.
Norma y Aline estaban paradas justo al lado mío, mientras que Millie estaba sentada frente a mi y Blair al fondo de la habitación, aún en un estado de shock en medio de sus lágrimas. Millie no podía parar de mover los pies y comerse las uñas, en el evidente nerviosismo por el crimen que acababa de cometer su novio.
- Lo escuché de nuevo. Escuché a alguien hablar por teléfono y le comenté a Blair... - respondía, pero fue interrumpida por Norma, quién estaba alterada y muy fuertemente conmocionada por el suceso.
- ¡Basta de eso! Fuimos a la torre esa noche y vimos que todo estaba apagado, no hay motivo para seguir con la misma cantaleta - dijo.
- ¡Deja que termine! - exclamó Blair, enojado y aún atónito, desde el fondo de la cama.
- El devolvió la llamada y ahí fue donde se desató todo. Contestó Trent Denbrough - agregó Millie.
Pelé los ojos. Mi corazón de pronto empezaba a palpitar más rápido de lo normal, la sangre me hervía por dentro y mi mente salió de mi cuerpo por un lapso de quince segundos. Las chicas no lo podían creer y se miraron entre sí, sorprendidas. ¿Cómo es posible tal desgracia? ¡Debe ser una maldita pesadilla! ¡No nos puede estar sucediendo a nosotros!
Entonces, Blair se levantó precipitosamente de la cama y se acercó a su chica, tomando asiento justo al lado de ella para apoyar su historia. Seguía nervioso y arisco, pero sabía que proviniendo de su boca la historia nos terminaría de convencer y entonces como familia, averiguaríamos a las buenas o a las malas la verdadera procedencia de esos tres extraños.
- Sí, chicos, aunque no lo crean ese malnacido estuvo vivo todo el tiempo y estoy a punto de creer que era el hombre que vivió con ellos en Seattle. Obviamente uno mentía, pero no sé si Ricky o Roger - dijo, nervioso y sin parpadear.
- ¿Perdiste la cabeza, Blair? Entonces si no estabas seguro, ¿por qué carajo mataste a Roger? - pregunté, alterado. Todo se había salido de control en menos de unas horas y parecía un sueño, pero no lo era. Blair en verdad había matado a uno de los nuevos.
- ¡No lo iba a matar a él! ¡Demonios! - gritó, aún incrédulo de la situación y con los ojos rojos de tanto llorar. - Tenía los ojos cerrados, pero juro que tenía pensado dispararle a Ricky. Sólo que no entiendo en qué momento pudieron cambiarse de lugar y le disparé, ¡Carajo! - volvió a gritar, con los nervios perdidos. Millie lo abrazó, llorando con el.
- ¡Pero tenías en mente matar a alguno de los dos! ¡Eso igual es de locos! ¿Qué te ocurre? Debiste esperarnos - reclamó Norma, enojada y dolida por el asesinato de su compañero.
- Te explico lo que está pasando, Blair - dije, con toda la paciencia del mundo. - Amanda está desconsolada y frenética allá abajo limpiando el cadáver de Roger para poder sepultarlo. No te quiere ver ni en pintura, te quiere matar con sus propias manos.
- Que se atreva tan solo a acercarse a el - advirtió Millie, enojada por la actitud de la chica.
- ¿Y qué vas a hacer? - preguntó Norma, con un tono sarcástico y desafiante. - ¿Pegarle con tus anteojos? ¿o con tus barbies?
- ¡Norma, ya estuvo bien! - exclamó Aline, tratando de mantener las cosas en paz entre las chicas.
Ahí fue cuando comprendí que justamente esto era lo que quería el traidor; que nos dividiéramos y peleáramos como si fuésemos enemigos o animales. Y no, no lo podía permitir.
- ¡Dejen de pelear! Esto es justamente lo que quiere el culpable. Dividirnos. Lo está consiguiendo - me arrodillé frente a Blair, que seguía en shock. - Tienes que recuperarte y te vamos a dar tu espacio - me volví a levantar y miré a las chicas. - Tenemos que averiguar todo acerca de Ricky. Confío en Amanda porque estaba con nosotros y sólo mírenla, pero quiero que Ricky me aclare muchas cosas y también de Roger ahora que no puede defenderse.
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Hasta El Último Aliento
Ciencia FicciónUn grupo de jóvenes de un instituto estadounidense se percatan de la existencia de un virus letal que rápidamente se esparce por toda la ciudad e intentan sobrevivir dentro del plantel, aunque en cualquier momento pueden morir... Igual que los demás