Bien dicen que al que madruga, Dios le ayuda. Tal vez sea cierto, tal vez no, pero para dormir y levantarse temprano, no corrieron mucha suerte aquella mañana en Modesto.
I
Como siempre, se proponían a desayunar juntos. Esta vez, en el comedor de la familia Lewiston, que se encontraba al lado derecho de la cocina, a un par de metros de distancia y pegado hacia otra ventana. Todos estaban de muy buen humor, compartiendo y festejando. Sid decidió sacar una botella de vino de Napa guardada en una de las gavetas y brindar, aunque nadie quiso acompañarle en su borrachera. Aline estaba tensa y parecía explotar; no soportaba ver la hipocresía de Norma y Liam ante los demás, así como no soportaba la reprimida relación entre Blair y Millie. Cada mordisco de sándwich que daba, era fuerte y lleno de rabia. Los miraba fijamente a ambos, sin que se diesen cuenta. Liam interrumpió el desayuno, para dar importantes avisos.
- Como saben, los recursos aquí son escasos y la falta de electricidad nos impide preparar ciertos alimentos, así que debemos ir al supermercado más cercano y tomar suministros - la cara de los chicos cambió. Estaban preocupados y con justa razón, Modesto estaba silencioso y hoy sería un día crucial en aquella ciudad. - Tengo planeado que salgamos mañana de aquí, debemos avanzar para llegar al punto más cercano de la zona de cuarentena.
- ¿Y cuál piensas que es? - preguntó Norma.
- Arizona. - respondió Liam. - Es seguramente el más cercano porque solo la mitad del estado está infectado, así que mañana nos dispondremos a salir hacia allá. - Todos mantenían sus caras largas, pero no les quedó de otra que asentir. Aline estaba tan nerviosa, que terminó derramando su jugo de naranja que guardaba en un recipiente de vidrio encima suyo.
- ¡MALDICIÓN! - exclamó. Todos quedaron atónitos. Liam se extrañó por su repentina rabieta.
- ¿Quieres no gritar? Puedes llamar la atención de los avispones - sugirió Liam.
- ¡Cállate! - exclamó, nuevamente, levantándose de la silla y apuntándole con el dedo. Sus ojos estaban encendidos. Quería matarlo a golpes, pero le atraía tanto que se derretía cada vez que el le miraba a los ojos. - ¿Hasta cuándo vamos a seguir pretendiendo que somos felices? ¿Que nada pasa?, ¿Hasta cuándo?
- No sé de que hablas, Aline, cálmate - dijo Liam, tratando de hacerla entrar en razón mientras le hacía un ademán de obviamente, calmante.
- ¡Claro que sabes, hipócrita! - exclamó en un tono más elevado. Todos se levantaron de la mesa cuando Aline se dirigió hacia la sala. Norma se masticaba las uñas del nerviosismo. Liam se resignó, y también la siguió hacia la sala. - ¿Cuándo piensas decirles a todos que te coges a Norma todas las noches? - La cara sorpresiva de Jenny, Blair y Millie no tuvo precio. Sid se avergonzó y sintió pena por los involucrados. Norma se cubrió la boca con las manos, mientras Liam se acercaba a Aline para intentar callarla.
- ¡Cierra la boca Aline! - exclamó Liam.
- ¡Que no, carajo! ¡Tu ya perdiste toda la credibilidad como "líder" ! - exclamó, mientras le señalaba. Los demás seguían con sus expresiones sorpresivas. - Señores, esto ya lleva tiempo. Si acaso dos semanas, pero el maldito nos lo ocultó todo. Impostor! - Liam bajó la cabeza. Blair se enfadó mucho. Millie le tomó el brazo para evitar que interviniese, pero no logró su cometido.
- ¡Eres un cínico! - gritó a Liam. - ¿Cómo puedes prohibirnos cosas cuando tu mismo las incumples? ¡Se supone que las reglas eran para todos, no para quien te diese la gana! - Blair empezó a enrojarse, producto del exaltamiento. - Mira, Liam, nadie te criticaría por coger, ni a ti tampoco, Norma, pero debieron ser sinceros desde un principio y anular las malditas reglas. Eres deshonesto. - De los ojos de Norma brotaban un par de lágrimas que trató de ocultar de los demás. Millie las notó, pero decidió quitar la mirada de lo enojada que estaba también.
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Hasta El Último Aliento
Science FictionUn grupo de jóvenes de un instituto estadounidense se percatan de la existencia de un virus letal que rápidamente se esparce por toda la ciudad e intentan sobrevivir dentro del plantel, aunque en cualquier momento pueden morir... Igual que los demás