Tras la sesión de rehabilitación, Natalia fue a casa e intentó escribir algo. Lo último que había en su libreta era la frase con la que se durmió el sábado y con la que se despertó el domingo: Una boca como habría miles, en una cara como no había ninguna.
No estaba acostumbrada a que su fuente de inspiración no fuera Alicia o cualquier cosa que estuviera relacionada con ella, como los lugares que habían compartido, el tiempo que habían pasado juntas, o el dolor que le había invadido desde que se fue, pero aquella frase se había insertado en su cráneo y no había sido capaz de sacársela. Alba Reche en mi libreta, si se lo cuento se desmaya. Se rió de su propia ocurrencia y depositó sus pensamientos en la rubia.
Al principio había dado por hecho que era fan, cuando lo único que sabía era que la había reconocido, pero en la salida del viernes la Mari le había comentado la conversación con Marta, en la que le confirmó que la fisio era una acérrima admiradora de su música. Eso le gustó, no porque fuera seguidora suya, sino por lo bien que lo había sabido disimular. Alba Reche era, sin duda, profesional y empática, pues cualquiera en su situación habría sido incapaz de resistirse a pedirle una foto o un autógrafo, y ella, como personaje público, agradecía ese trato tan natural, como si fuera una persona anónima más. Le hacía la vida mucho más fácil. Si la Mari no le hubiera dicho nada probablemente no lo habría sabido nunca.
Decidió prepararse la comida, desesperada por su incapacidad de escribir nada decente. No le había pasado nunca. Con hacer un poco de introspección y abrir la puerta tras la que estaba su desastre particular, las palabras fluían a tal velocidad que a veces era incapaz de seguirles el ritmo. Sin embargo, desde todo el asunto del brazo en cabestrillo parecía que no veía con nitidez tras esa puerta y no era capaz de hilvanar dos buenas ideas. Estaba empezando a cabrearse.
Sonó su teléfono móvil y lo alcanzó mientras salteaba unas verduras.
*La Mari*
Qué pasooooo hermanaaa
Cómo vas?
*Natalia*
Pues mira, haciendo la comida por no saltar por la ventana
No soy capaz de escribir ni un puto villancico
*La Mari*
Qué parte de 'vacaciones' es la que no entiendes?
Me agotas, Natalia
*Natalia*
No sé hacer otra cosa
Y lo sabes
*La Mari*
Pues ve al cine, lee un libro, echa un polvo
La vida es tuya, joder
*Natalia*
Voy a aprender a hacer ganchillo
Ah, no, que tampoco puedo
✌
*La Mari*
Eres una agonías, francamente
Por cierto, una cosita que te quería comentar
Este fin de semana me vas a necesitar?
*Natalia*
No, eres libre
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La sala de los menesteres
FanfictionAlba Reche es propietaria de una prestigiosa clínica de fisioterapia en Madrid. Natalia Lacunza es una famosa cantante. La primera es pura luz, en el más amplio sentido de la palabra. La pena y la tristeza alimentan el alma de la segunda, sacando...