Capítulo 89. Idealista.

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Amaneció el sábado con un sol de justicia, veinte grados muy agradables y un ambiente festivo que salía por los poros de cualquiera con quien Natalia Lacunza se cruzaba. O eso le parecía a ella. Desde bien temprano estuvo en la fábrica organizando las mesas, ayudando a tapar con papel blanco los agujeros de algunas paredes y adecentando un poco el enorme lugar para poder dar la pequeña fiesta. 

Estaba nerviosa. Sí. Lo estaba. Alba Reche iba a ir, con su cara de guapa, su pelito que daba ganas de amasar en un puño, sus manos templadas y su sonrisa de postal. ¿Le gustaría lo que tenía pensado hacer con el sitio? ¿Le parecería una mierda? ¿Le entusiasmaría aunque fuera un poquito? 

Muchas preguntas, demasiadas para tanto tiempo como quedaba para que empezaran a llegar sus amigas. 

La rubia iba aceptando su presencia con estoicidad, se atrevería a decir que hasta con gusto, o así se lo pareció en su última sesión. Iba a permitirle hablar, poco a poco, sin agobios y marcando con tizas de colores dónde estaban los límites en su nueva relación, aunque a veces le desconcertaba un poco. Si le decía algo muy descarado, le cortaba el rollo rápidamente, pero, si era sutil en sus juegos de palabras, entraba al trapo de su tonteo sin ningún reparo. Era cierto que nunca era ella la que la halagaba, pero aceptaba sus insinuaciones con placer, por mucho que quisiera negarlo. 

Tenía que arriesgarse un poco más, jugársela, apostarlo todo al negro. La semana siguiente era la última de sus sesiones, por lo que las excusas para verla se reducían considerablemente, teniendo en cuenta que eran las únicas ocasiones en las que se veían a solas. Estaba empezando a sudar de pensarlo pues, aunque veía claros sus avances con respecto a la fisio, tenía asumido que, por nada del mundo, quedaría con ella a solas. 

Tendría que imaginar, construir momentos y lugares en los que verse, en los que poder hablar más profundamente de ellas, de lo que fueron, de lo que hicieron, y de lo que trajo todo aquel cúmulo de despropósitos. Confiaba en su inventiva sin límites. 




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*Alba*

Qué te vas a poner? 

*Julia*

Aún no lo he decidido

Y tú? 

*Alba*

Pues no lo sé 

Cómo coño se va a una fiesta en la que te van a enseñar una fábrica abandonada antes de reformarla?

*Julia*

Búscalo en el Google

*Alba*

Ya lo he hecho... 

*Julia*

EN SERIO? 

JAJAJAJAJAJAJAJAJA ME MUERO

*Alba*

No tiene gracia

*Julia*

Sí que tiene

Pues tía, unos vaqueros y un jersey

Yo qué sé, informal

La sala de los menesteresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora