Capítulo 113. Yo por ti, tú por mí, nanana, nanana.

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- ¡LOS ZAPATOS, DÓNDE COÑO HE DEJADO MIS ZAPATOS, QUEEN! 


La rubia corría casa arriba, casa abajo, sin darse cuenta de que tenía un zapato en cada mano. Estaba al borde del colapso mental. 


Natalia Lacunza, unos cientos de metros más allá, estaba siendo relajada por su madre a base de tilas y palabras amorosas. Escuchaba a su padre y a su hermano en la habitación que utilizaba como estudio casero. Uno tocaba y el otro cantaba, mientras Elena observaba embobada cómo su maquillador, y amigo, terminaba de retocarle el rimmel. 


*La Mari*

Nena, tienes los coches ya abajo, esperando

*Natalia*

Vale, baby

Gracias

Cómo vas?

*La Mari*

Yo ya estoy de camino

Te noto muy tranquila, no?

*Natalia*

Yo creo que mi madre me ha echado algo en la tila

O eso o es que estoy madurando

*La Mari*

Mientras no vuelva a darte una fiebre todo bien

Y Alba? 

Hoy es un día importante para las dos

*Natalia*

Lo último que sé es que iba a la peluquería

Me ha dejado en visto, la cabrona

*La Mari*

Pobre rubia

*Natalia*

Creo que hoy tengo que estar tranquila por ambas

*La Mari*

Es un mundo nuevo para ella, nena

Cuídala mucho

*Natalia*

Lo haré

Voy a ver qué tal va


- Natali, cariño, bonita mía, ¿puedes dejar el móvil un momento o quieres ir como un panda? 

- Perdona, Pablo. 


El chico terminó con su trabajo, le colocó la chaqueta, soltó una de sus largas retahílas alabando lo guapa que iba y le hizo unas cuantas fotos y vídeos para su perfil de Instagram. 


- Mamá, el coche está esperando abajo, id yendo vosotros que yo tengo que pasar a por Alba, ¿vale? 

- Claro, cariño. ¿Está nerviosa? 

- Como un flan, mamá -se mordió el labio, entre la preocupación y el encoñamiento máximo. Su Albi, la chica más fuerte y guerrera que había conocido en su vida, alterada por unas cuantas cámaras-. Hoy me toca hacerme gigante para ella. 

La sala de los menesteresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora