Kara Danvers estaba maldita.
Al menos eso fue lo que le hizo creer su hermana mayor, Alex, desde que tenía siete años. Su querida hermana mayor se encargó de molestarla por años convenciéndola de que; cuando Kara aún estaba en el vientre de su madre; una bruja había aparecido en la puerta de la casa de su familia, maldiciéndola con mala fortuna por siempre antes de que naciera.
Dijo que cuando la bruja desapareció en una nube de humo negro, sus padres entraron con ella por la puerta, ellos parecían asustados y desconcertados al tener a la pequeña rubia allí, 'tan de repente'.
Recordaba que fue a partir de ese otoño del noventa y nueve en que comenzó a tener pesadillas.
Decir que sus accidentes parecían más bien un castigo divino era muy acertado, pues la mayoría de ellos parecían no tener una explicación muy lógica.
Igual ella no recordaba todos sus accidentes, pero su madre parecía recordarlos todos a la perfección y siempre que le ocurría alguna tragedia o algún hecho desafortunado ella se encargaba de recordarle el motivo por el que debía cuidarse a sí misma, mirar a ambos lados de la calle antes de cruzar, atar bien sus agujetas, no comer maní y muchas otras cosas más.
Por su naturaleza distraída sus padres habían adquirido una actitud muy sobreprotectora con ella y aunque por un lado la hacía sentir querida, por otro la hacía sentir aburrida.
No era así con Alex; a quien sí le permitían ir a fiestas, montar motocicletas, ir de acampada, unirse a la academia policial, y; en resumidas cuentas; tener toda clase de aventuras con las que Kara apenas y podía soñar. Las únicas aventuras que alguna vez tuvo fue por consolas de video y libros.
Quizá lo más arriesgado que había hecho en su niñez fue adoptar el gato callejero de oscuro pelaje y ojos amarillos al que bautizó como "Streaky" y que su madre le permitió conservar al verla algo sola debido a que Alex había dejado de pasar tiempo con ella al estar en su etapa "rebelde".
Con doce años, dejó de llamarse a sí misma "maldita" y comenzó a utilizar el término "desafortunada". Fue con exactitud ese día en que; para su desgracia; se enredó con sus pies y terminó por golpearse la frente con la punta de una mesita de café, dejando una marca de por vida.
Pero aquello fue por pura mala suerte, no una maldición de una bruja inexistente. Así como cuando descubrió que su novio de la universidad la engañó con su mejor amiga y compañera de cuarto. Mala suerte y malas decisiones, eso era su vida.
Hasta que pisó National City.
Aquel era su lugar. Aunque le costó un poco conseguir trabajo encontró uno como asistente de la conocida Cat Grant, todo gracias a su amigo Winn, de la universidad.
Como si el universo hubiera parado de conspirar en su contra, apareció aquel departamento, que le quedaba justo como anillo al dedo a una joven emancipada como ella, pues el sitio estaba amueblado y la renta era muy accesible.
Además de eso se encontraba bastante cerca de las instalaciones de CatCo así que fácilmente podía caminar un par de cuadras hasta la cafetería preferida de Cat y luego dirigirse con su café hasta su lugar de trabajo.
Y por si todo eso no eran señales de que aquel era su lugar, desde su primer día instalada en aquel departamento se percató de que un gato negro se paseaba cerca de su ventana, por las escaleras de emergencias para incendios.
El minino solía pasear por el departamento como si fuera suyo, tirándose al sofá completamente extendido, subiéndose a la nevera o incluso a su cama, pero nada de eso le molestó, pues aquel felino poseía un pelaje negro y unos profundos ojos amarillos que le recordaron a la primera mascota.
El animal nunca se había mostrado agresivo con ella, siempre se había dejado acariciar y le hacía compañía de vez en cuando durante las noches, así como ella se encargaba de alimentarlo.
Por primera vez Kara sentía que su suerte había cambiado, se sentía afortunada. No solo por su trabajo sino por el hecho de que todo estaba tomando un buen rumbo, pues había conseguido aquel departamento y su sueldo le alcanzaba incluso para ahorrar o darse pequeños gustos de vez en cuando, como una botella de vino para la cena o comprarle un collar al que denominó 'Streaky II'.
Todo iba a la perfección.
Pero entonces... ella apareció.
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Bienvenidas a otra historia culera mal escrita en esta plataforma del orto. Yo soy su PINCHE DIOSA y están leyendo "Lesbianidades con magia".
De antemano, gracias por leer y darle la oportunidad a la historia.
Goddess of Luminosity.

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Blue Monday
Hayran KurguKara Danvers es una joven común que desde que recuerda ha tenido mala suerte. Su vida da un giro completo cuando se muda a National City, alquilando un departamento que, según el casero del edificio, se encontraba deshabitado hace meses. Es entonces...