capitulo 20

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Estaba en mi habitación acostada en la cama, habían pasado dos días desde lo de el Rey y el príncipe Ricardo. La verdad los extrañaré porque me encariñe con ellos, pero sé que ya están mejor.
Lo malo es que aún me dolía el abdomen y la espalda por la pelea que había tenido con Sebastian. A pesar de que el Rey Eduardo me haya curado las heridas y que de alguna forma haya detenido el sangrado aún me dolía.

Pensé que Sebastian se iba a tener pero no, me sorprendió demasiado que me haya golpeado. Estoy molesta por eso y realmente no quiero verlo, por eso ahora que pasó al lado de él lo ignoro, lo bueno es que lo entiende y por eso no ha venido en las noches.

Miraba el techo pensando en Ricardo y en lo mucho que me había divertido con él en esos dos días que estuvimos ahí.

-_________-escuché la voz de Mey-Rin

-Adelante.-me levanté de la cama y ella entró-¿Qué pasa, Mey-Rin?-lé sonreí

-Dice el joven amo que bajé a almorzar.- me dijo y yo solté un suspiro

-Dile que ahora voy.- le sonreí de nuevo

-Si.-hizo una reverencia y se fue.

Yo me levanté y me cambié para después bajar a donde Ciel. Me senté en una silla una vez llegué a la mesa. Normalmente me sentaba al lado de Ciel pero está vez no, estaba enfrenté de él.

-¿Por qué no te sientas acá?-preguntó Ciel

-No quiero, aquí estoy bien. Gracias

-_________

-¿Qué, Ciel?.- lo miré

-¿Por qué estás enojada?

-No sé... tal vez porque casi muero.-lo miré seria.- Me voy a la ciudad. Volveré tarde

-Pero no has acabado de almorzar

- Allá comeré algo

Me levanté y salí del comedor para después salir de la casa. Me subí al carruaje y fui a la ciudad.

Cuando llegué baje, compré dulces y fui a la tienda de Undertaker. Abrí la puerta y después lo llamé, aunque habían varios ataúdes. Parece que él tenía mucho trabajo pero aún así le llamé pues hace tiempo que no lo veía.

-¡Undertaker! ¿Dónde estás?

-__________-escuché su voz que provenía de la parte de atrás, me giré y lo ví.-Que bueno que has venido. Ya te extrañaba

-Lo siento, tenía cosas que hacer.- lo abracé

-¿Cosas de perro guardián?.- Asentí.- Ya veo, ¿Ahora que hicieron?

-Fuimos al castillo del antiguo Rey Eduardo V y el príncipe Ricardo

-¡Oh! Vaya ¿Y por qué fueron ahí?-sonrió

La Hermana Mayor De Ciel (Sebastian Michaels y tu) Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora