Prólogo.

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•Historia protegida bajo derechos de autor, cualquier plagio o adaptación será denunciado inmediatamente.•

Cuando vas a perderlo todo es cuando empiezas a valorarlo, a quererlo y a luchar por ello más que nunca.

Mi nombre es Kendall Bailey. Soy rubia, tengo los ojos verdes, tengo diecisiete años y mido 1'60.

He sido una chica rebelde, conflictiva, casi no he ido al instituto porque siempre conseguía ser expulsada de todas, ahora con diecisiete años estoy intentando sacarme los estudios que dejé a medias cuando empecé a vivir una vida que no me convenía. Ya sabéis, esa típica vida en la que te metes cuando vas al instituto o bueno, la vida más fácil, la que te hace ser popular pero no feliz, al contrario, te sumerge en una soledad aunque estes rodeada de gente. Yo empecé así, conocí a mis amigos y cambié, mi vida dio un giro inesperado cuando pretendí crecer antes de lo esperado.

Fiestas, alcohol e incluso humillé a otras personas para conseguir la popularidad de la que ahora me arrepiento y aborrezco como nunca nada antes. Nunca he tratado bien a mis padres, pese a que siempre me han teñido consentida y me daban todo lo que yo quería, exigía o rogaba.. no los valoré lo suficiente ni siquiera cuando mi padre estuvo apunto de fallecer en un accidente de tráfico que lo dejó en una silla de ruedas para el resto de su vida.

Estaba sumergida, con el agua hasta el cuello y no cambiaba, me gustaba aparentar la felicidad que no tenía solo por un poco de atención de las personas que pensé que eran buenas compañías para mi. Pero cuando la soledad de tu habitación te atrapa, cuando estás sentada en la cama al borde del suicido y nadie está a tu lado, ninguno de tus amigos populares es capaz dejar lo que hacen para apoyarte... te das cuenta de que por muchos amigos que tengas, si no tienes no uno verdadero siempre estarás sola.

Entonces obtuve el apoyo de una persona a la que humillé, la única con el corazón gigante.. (como yo le digo) que me perdonó y estuvo a mi lado sin importar lo que hice, ella es Alexa, mi mejor amiga de la infancia y a la que abandoné por un poco de popularidad. Ella estuvo cuando nadie más, me abrazó sin importar venir a mi casa de madrugada y me perdonó, hizo cambiar totalmente mi manera de pensar y me demostró algo que yo nunca tuve con ella.. lealtad.

Algo más cambió mi manera de ser, mi manera de vivir.. algo más, algo que me hizo replantearme mi vida, querer a mi familia y valorar aquello que pensaba eterno.

Mi madre, mi padre.. mi mejor amiga e incluso a mi hermano con el que nunca conseguí llevarme bien por nuestras diferencias.

Sentada en la consulta del doctor con mi mejor amiga y mi madre, esperando algo que hacía mis piernas temblar, que al día de hoy sigue removiéndome todo cuando lo recuerdo... Entonces el doctor entró, me miró a través de sus gafas y se sentó en su silla.

Mi cuerpo temblaba, mi respiración se agitó y sudé como si estuviéramos a cuarenta grados a la sombra. Entonces me cambio la vida para siempre.

"Tienes leucemia" me dijo.

Hasta el último suspiro. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora