Capítulo 104.

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NARRA KENDALL.

Así es él. En cualquier momento capaz de soltarte algo que te ruborice y te haga desear ir más allá de un beso.

YO: ¿Por qué no te conocí antes? -Pregunto sonriendo— Me habría ahorrado tantas cosas.
DANIEL: ¿Cómo cuáles?
YO: Como por ejemplo fijarme en Mark, no sé en qué estaba pensando. -Me rio de mi misma- Era una ingenua que cayó de lleno en sus mentiras.
DANIEL: Me alegro de que no supiera valorarte. Quiero decir, me alegro porque te conocí.
YO: La vida esta llena de coincidencias ¿No? Tuve que perder a alguien que pensaba que sería el amor de mi vida para encontrarte a ti y tú tuviste que dejar Inglaterra para volver.
DANIEL: Casualmente empecé a trabajar en el hospital donde estabas internada y me convertí en tu doctor. Me parecías tan tierna..
YO: Monisima.

Empieza a reír. Mueve la cabeza y me coge de la mano.

DANIEL: Sigues siendo monisima.
YO: Perdóname por no contarte la verdad.
DANIEL: No quiero hablar de ese tema, está zanjado, nos hemos prometido no mentirnos nunca más.
YO: Nuestra relación se basa en la confianza.
DANIEL: Exacto.

NARRA JESÚS.

Vuelvo del trabajo casi a media noche. Abro la puerta y me doy cuenta de que hay una carta en el suelo después de darle una patada.

YO: Veamos que sorpresa nos llevamos ahora.

Cierro la puerta. Enciendo la luz y me siento en el sofá para leer lo que dice en dicha carta.

CARTA:

Hola. Soy Rosanna, quería agradecerte por tus consejos, me han servido para volver a Inglaterra con mi familia. Espero que me perdonéis por causar tantos problemas y que algún día por alguna razón recobremos el contacto. Esta claro que no conseguimos llevarnos bien desde el principio por mis brotes, mi ego y mi estupidez. No quiero que pienses que quiero manipularte, solo busco agradecerte y pedir disculpas por todo lo que he hecho en estos últimos meses. Dile a Kendall por mi que lo siento y que espero que sea muy feliz con Daniel, al fin y al cabo es lo que verdaderamente me importa, su felicidad. De nuevo gracias por todo.

Un beso: Rosanna.

Parece que ha conseguido entrar en razón pero creo que todavía le queda un largo camino para poder cambiar.

Llaman al timbre.

YO: Ana cariño -Digo sorprendido- ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?
ANA: He discutido con mi hermana.
YO: ¿Quiere echarte de casa?
ANA: No nos llevamos muy bien, como sabes ella es la favorita y yo solo soy la que intenta destacar.
YO: Tú eres mi favorita. No necesitas la aceptación de nadie, solo la tuya, mírame -Le doy un beso- Te quiero, si ellos no saben ver lo increíble que eres ¡Qué les jodan! Yo si, lo vi cuando te conocí y lo seguiré viendo el resto de mi vida.
ANA: Amor..
YO: No pensaba hacer esto así, ni en una circunstancia como esta pero lo siento, necesito hacerlo.
ANA: ¿Hacer qué?

Entro en mi habitación, meto la mano debajo de la cama y me acerco a ella con un anillo.

ANA: ¿Qué? -Pregunta emocionada-
YO: Pensaba hacerlo más especial, con ropa limpia y en una cena romántica -Me rio- pero no, prefiero hacerlo ahora.
ANA: Jesús ¿Es lo qué creo qué es?
YO: Quiero que seas mi esposa, quiero compartir mi vida contigo porque te quiero desde que era un adolescente y te seguiré queriendo cuando sea un anciano. Sé que no puedo decidir el futuro y qué pasará lo que deba pasar, pero si se lo que quiero ahora y quiero casarme contigo, que te vengas a vivir definitivamente aquí -Sonrío- claro, solo si tú aceptas.

Veo en sus ojos la emoción. Pega un grito, un salto y se abalanza sobre mi.

ANA: Te amo tanto.
YO: ¿Es un si?
ANA: ¿A ti qué te parece? -Pregunta divertida- Te diría que si toda mi vida.

NARRA DANIEL.

Paseamos por las calles. Lo ha decidido ella sin importar el frío que hace y creo que merece un capricho más, uno más del los miles que le concederé.

KENDALL: Ya se que te preocupa el frío pero estoy bien ¿No me ves?
YO: Me preocupo porque todavía puedes enfermarte, tus defensas están.. -Me besa. Deduzco que lo ha hecho para callarme la boca-
KENDALL: ¿Puede volver mi novio? El doctor me pone histérica.
YO: ¡Oye!
KENDALL: Estamos en medio de una calle a las doce de la noche, alumbrados por dos farolas -Alzo una ceja- Se que para ti es algo normal pero hacía mucho tiempo que no disfrutaba de algo así.
YO: ¿Trasnochabas mucho?
KENDALL: Volvía a casa por la mañana después de pasar toda la noche fuera de casa.
YO: Que malvada.
KENDALL: Ahora solo quiero disfrutar pero no así, contigo.
YO: Te recuerdo que nos tenemos que poner en camino, tenemos un viaje pendiente, dos en realidad.
KENDALL: Es cierto.
YO: Todo está preparado en el coche, faltamos nosotros.
KENDALL: Estoy lista.

NARRA KENDALL.

Me quedo dormida poco después de subir al coche. No he podido dormir nada estos días por la emoción y el cansancio consigue superarme.
••••••
DANIEL: Bonita.

Abro los ojos. Creo que ya se ha pasado todo el viaje y no me he dado ni cuenta.

YO: ¿Qué hora es?
DANIEL: Las nueve de la mañana.
YO: Dios ¿No has dormido nada?
DANIEL: Paré a las cinco y descansé hasta las siete. -Pasa la mano por mi rostro- Ya hemos llegado.

Miro a mi alrededor. Veo la playa a lo lejos y rio como una niña pequeña.

DANIEL: Me encanta tu entusiasmo.
YO: Hacía mucho que no la veía.
DANIEL: Vamos. Después vamos al hotel.
YO: ¿Ir a la playa ahora?
DANIEL: Si ¿Por qué no?

Me convence poniéndome ojitos de bebé. Caminamos hasta la playa y cuando piso la arena él me coge en brazos para llevarme a la orilla.

YO: No lo hagas.
DANIEL: ¿Hacer qué?
YO: Lo que sea que estes pensando.

DANIEL: ¿Quieres un baño? -Niego con la cabeza-
YO: ¡Para!
DANIEL: Una...
YO: ¡No! -Exclamo-
DANIEL: Dos..
YO: ¡Para!

Pataleo. Él ríe y se sienta en la arena.

YO: Esta fría. -Digo notando el agua en mis pies-
DANIEL: Si.
YO: Eres un idiota, pensaba que ibas a hacer una locura. -Lo empujó-
DANIEL: Aún puedo.
YO: No -Me rio-

DANIEL: Esto quería. Quería verte sonreír.
YO: Siento la necesidad de vivirlo todo, de hacerlo ya, sin esperar un minuto más.
DANIEL: Tenemos tiempo.
YO: Yo siento que no es así. -Confieso-

Hasta el último suspiro. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora