Capítulo 57.

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NARRA DANIEL.

Me rompe el corazón escucharla decir que no quiere morir, ojalá pudiera darle mi salud para que tenga la certeza de que no morirá y no está incertidumbre llena de sorpresas.

YO: ¿Quién te ha dicho semejante cosa? -Pregunto furioso-
KENDALL: Escuché a un doctor decírselo a una enfermera, dijo que tengo una infección muy grave y que si no me mata una cosa me matará otra -Llora- Dime que no será así, que me curaré.

La estrujó contra mi pecho, muerdo mi labio aguantando las lágrimas lo más que puedo hasta que por si solas resbalan por mis mejillas.

YO: No hagas caso.
KENDALL: ¿Cómo no voy a hacerles caso? Yo sé perfectamente que está puta enfermedad está acabando conmigo ¡Lo sé! Cada día estoy más débil, más cansada y dolorida, pero oírlo no es agradable, duele porque yo no quiero morirme -Solloza- no he hecho todo lo que quiero hacer.
YO: Bonita -Le doy un beso en la frente- ¿Confías en mi?
KENDALL: Confío en ti pero ambos sabemos que eres doctor, no Dios para decidir si sigo viviendo o no.

Tiene razón, como me encantaría poder decirle lo contrario pero no es posible, no puedo hacer nada más.

YO: Deja de llorar ¿Si? No desperdicies el tiempo llorando por algo que ni tu ni yo podremos evitar si el destino decide que ocurra -Niega con la cabeza- haré hasta lo imposible por sacarte de esta, quiero que vivas, que hagas todo aquello que quieres hacer.
KENDALL: Te quiero.

Vuelvo a abrazarla.

YO: Cuéntame que es todo lo que quieres hacer.
KENDALL: ¿Para qué? No se puede hacer nada Dani.
YO: Dime. -Insisto- Quiero compartir todos esos momentos contigo cuando salgas de todo esto.
KENDALL: Pero.. -Dejo un beso sobre su cabeza-
YO: Nada, cuéntame.

Coge aire, levanta un poco la cabeza clavando sus ojos en mi y bajo la mirada hasta ella.

KENDALL: Me gustaría viajar a Paris, me gustaría graduarme, me gustaría volver a tener el cabello largo, me encantaba hacerme peinados innovadores -Rio- no te rías idiota, va enserio.
YO: ¿Qué más?
KENDALL: Volver a pisar una playa, correr por la orilla hasta sentirme libre, sobre todo me gustaría viajar por distintos países, como ya he dicho Francia es mi favorito. Me encantaría encontrar un buen trabajo, tener mi propio apartamento, casarme -Toca mi barbilla- tener mis propios hijos, siempre he soñado con tener una familia, eso si, después de cumplir todos mis sueños.
YO: ¿Ah si?
KENDALL: Si, ah, viajar a Italia ¿Y sabes qué me comería nada más llegar? -Rio- Una pizza.
YO: Eres mítica Kendall Bailey, de otro planeta.
KENDALL: ¿Por qué? Siempre he tenido ganas de comer una pizza en Italia.
YO: Bueno, bueno.

Me da un beso.

YO: Nos van a descubrir.
KENDALL: Que les den.
YO: No quiero volver a verte llorar nunca mas.
KENDALL: Me he sentido muy mal, además, aún tengo depresión. -La beso- Oye, ahora has sido tú.
YO: Me gustan tus labios.
KENDALL: Y a mi los tuyos. -Sonríe-

De repente pone cara de dolor preocupándome al instante.

YO: ¿Qué pasa?
KENDALL: Nada, por un segundo me ha dolido el pecho y sentía que no podía respirar.

La abrazo, paso la mano por su nuca con el corazón acelerado, apunto de salírseme del pecho.

YO: Tranquila, encontraré la manera de que te cures pronto.
KENDALL: Dani.. no te hagas demasiadas ilusiones ¿Vale? Solo vive el momento conmigo.

Tocan la puerta.

ALEXA: Perdón, la enfermera me ha dicho que podía pasar, le he rogado durante una hora.
YO: Alexa, no pasa nada.
ALEXA: ¿Volvéis a estar juntos? -Pregunta y yo la miro a ella, la verdad es que no lo tengo muy claro-
KENDALL: Por mi si.
YO: Entonces estamos juntos desde que nos hemos besado. -La hago reír-
ALEXA: Hasta sonríes.
KENDALL: Si. -Desvía la mirada avergonzada-
ALEXA: Y tú.. -La corto-
YO: No le volveré a hacer ningún daño, tenlo claro y si eso pasa podrás matarme si quieres.

Mueve la cabeza y me advierte con el dedo.

YO: Os dejo solas, voy a solucionar algo bonita.
KENDALL: Está bien.

YO: Cuídala, ha tenido molestias, no dudes en llamarme si algo pasa. -Le susurro a Alexa y ella me dice que si con la cabeza-

Salgo de la habitación cerrando la puerta y busco al doctor por toda la UCI hasta encontrarlo.

NARRA KENDALL.

Alexa se sienta a mi lado.

ALEXA: Tengo algo para ti, se cayó el día que te trasladaron de urgencia.

Saca de su bolso mis fotografías con Daniel.

YO: Pensaba que las había perdido. -Digo aliviada-
ALEXA: ¿Estas segura de volver con él?
YO: Si, me he dado cuenta de que si me quiere, casi enferma de no dormir y comer poco, todo por estar a mi lado en todo momento, le quiero Alexa, sabes que le quiero con todo mi corazón -sonrío- Le perdono porque tengo la certeza de que no hizo nada con Rosanna y él muy idiota tiene el corazón muy grande -Resoplo- lo hizo para evitar un suicidio manipulado por esa arpía.
ALEXA: Se está haciendo la loca solo para que Daniel le preste un poco de atención.
YO: Me preocupa que caiga de nuevo en sus garras, sabe como manipularlo para conseguirlo.
ALEXA: Si eso pasa va a conocer a tu mejor amiga. -Cruza los brazos-
YO: Idiota.
ALEXA: Pensaba que te perdía -Dice dejando la cabeza en mi abdomen- no vuelvas a asustarme así.
YO: Hoy he oído como decían que me iba a morir -Encojo los hombros- no te prometo nada.

ALEXA: ¡No vas a morir! No vuelvas a repetirlo.
YO: Siento tanto miedo.

NARRA DANIEL.

Cierro la puerta, él me observa mientras atiende a unos familiares.

FERNÁNDEZ: ¿No puedes esperar fuera?
YO: La verdad es que no.

Atiende a los familiares y los acompaña hasta la puerta.

YO: Menos mal que no les has dicho que se van a morir todos de la nada.
FERNÁNDEZ: No entiendo, no estoy para adivinanzas.
YO: Vale que hables con las enfermeras de Kendall ¿Pero cómo se te ha podido ocurrir hablar sobre su enfermedad justamente en su puerta? ¡¿No sabes qué puede verse afectada?! 
FERNÁNDEZ: No sabía que estaba ahí, además, merece saber la realidad de su situación.
YO: Ella es totalmente consciente de su situación, pero no es lo mismo saberlo a qué te lo digan en la puta cara ¿Cómo te sentirías tú si estás enfermo y te dicen qué te vas a morir de una cosa u otra?
FERNÁNDEZ: No se lo he dicho directamente, no sabía que podía levantarse.
YO: Por ningún motivo vuelvas a hablar de ello, ni a intentar hacer mi trabajo ¿Me escuchas? Yo hablo con mis pacientes, yo les cuento lo que creo conveniente ¡Yo! No tú.

Él mueve la cabeza.

FERNÁNDEZ: Está bien.
YO: No te le acerques y mucho menos si es para decirle que se va a morir cuando lo que estoy intentando es subirle el ánimo.
FERNÁNDEZ: Mintiéndole.
YO: No le digo ninguna mentira, solamente digo las cosas con tacto, cosa que tú no sabes hacer.
FERNÁNDEZ: Está bien, no volverá a pasar.

Giro el pomo de la puerta para irme.

FERNÁNDEZ: Hay algo que yo no hago y tú si, algo que no es nada ético, yo no me beso ni me enamoro de mis pacientes.

Hasta el último suspiro. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora