Capítulo 8.

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NARRA KENDALL.

Al oírle mi corazón se dispara y giro la cabeza nerviosa.

YO: ¿Le hablas así a todas tus pacientes?
DANIEL: Quiero que todas os sintáis bonitas siempre.
YO: Entonces si.

Me desanimo, él ríe y me llena la nariz de yogur.

DANIEL: Tú eres la única a la que le digo cosas bonitas.
YO: No, si a mi me da igual. -Digo cruzando los brazos-
DANIEL: Mm, ahora te comportas como hermana celosa -Le miro de reojo-

"Hermana" ojalá pudiera sentirme así y no como me siento cuando lo tengo cerca.

YO: Cállate.
DANIEL: Wow, sacas tu carácter -Me rio-
YO: Déjame.

Me limpia la nariz con una servilleta mientras sus ojos siguen clavados en mi.. con esa hermosa dulzura que solo él tiene.

DANIEL: ¿Puedo invitarte a una chocolatina para hacer las paces? -Pregunta gracioso-
YO: Te la aceptaré solo porque la noche es muy larga y tengo hambre.
DANIEL: Ajá, me utilizas -Bromea y yo rio-
YO: Si ¿Y qué?
DANIEL: ¿Pero es qué encima lo admites?

Rio a carcajadas.

DANIEL: ¿Cómo te atreves?

Lo empujo, él me mira sorprendido y me hace cosquillas.

YO: ¡Ay! -Exclamo-
DANIEL: Sh -Ríe- estamos en un hospital, no seas escandalosa.
YO: Entonces deja de hacerme cosquillas.
DANIEL: Está bien -Levanta las manos inocente-

NARRA DANIEL.

Debería estar con los demás pacientes pero no, estoy con ella, riendo, jugando a juegos y comiendo yogur.

KENDALL: ¿Dónde está mi chocolatina?
YO: ¿Quieres una chocolatina niña pequeña?
KENDALL: Si.

Arrugo la nariz, ella hace lo mismo y termino saliendo para sacar de la máquina una chocolatina para ella.

ENFERMERA: Doctor.
YO: ¿Ocurre algo?
ENFERMERA: No, solo que me ha extrañado no verle por los pasillos.
YO: Estoy en una terapia.. complicada. -Sonrío- en la habitación doscientos diez.
ENFERMERA: Con la chica Bailey.
YO: Si. -Encojo los hombros- Bueno, me marcho, pulsa el botón si necesitas algo.

Vuelvo a la habitación pero la encuentro dormida, suelto una carcajada y me acerco para dejarle la chocolatina debajo de la almohada.

Me quedo observándola, no sé qué me está pasando y temo averiguarlo.

YO: Descansa. -Susurro-

Apago la luz, la cubro con la manta y acaricio su cabeza. Después de mirar si todo está en orden me dispongo a salir de la habitación.

KENDALL: Buenas noches doctor.

Sonrío inconscientemente y giro la cabeza.

YO: Buenas noches paciente.

Veo como sonríe y salgo.

NARRA KENDALL.

•••••••••

Despierto sobre las 10 de la mañana, me doy una ducha y después de desayunar me lavo los dientes. Hago la cama encontrando debajo de la almohada la chocolatina, algo que aunque sea insignificante me hace sonreír como una imbécil.

Él a pesar de que me quedé dormida por el cansancio dejó la chocolatina que me había prometido debajo de la almohada, ya sé que una chocolatina parece cosa de una niña de diez años pero no me hace ilusión por ser una chocolatina en sí, me hace ilusión porque viene de él y no por lástima.

Hasta el último suspiro. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora