NARRA KENDALL.
Él como un niño pequeño llora en mi hombro, creo que ignorando lo que acaba de decir, al contrario que yo que soy incapaz de sacar de mi mente cada palabra bonita que me dice.
YO: Dime que ha pasado. -Insisto-
DANIEL: No quiero causarte miedo.
YO: ¿Miedo? -Pregunto alzando una ceja- ¿He empeorado?
DANIEL: No -Responde levantando la cabeza para mirarme y hacerme sentir más segura- Yo.. acabo de perder a un paciente.Siento un frío que me recorre todos y cada uno de los huesos de mi cuerpo. Temo muchísimo a la muerte, que sea inevitable para mi y que la enfermedad consiga vencerme.
Nota que al instante mi cara cambia por completo.
DANIEL: Hey, hey -Pone las manos sobre mis hombros- no te pasará.
YO: No puedes saberlo.
DANIEL: Soy idiota, no tenía porque contarte esto.Lo agarro evitando que se marche.
YO: Quiero que me cuentes.. que.. confíes en mi.
DANIEL: Esto no debería habértelo contado, ahora tendrás el doble de miedo.
YO: No había dejado de tener en mente que en cualquier momento puedo morir, que existen más posibilidades de morir que de vivir.. no te sientas mal.
DANIEL: No te dejaré morir -Pasa los dedos por mi rostro haciendo que cierre los ojos- a ti no.
YO: No ha sido culpa tuya.Él dice que si con la cabeza, ahora entiendo porque está llorando así, es la primera vez que ve a alguien morir. Me siento sobre la cama y estiro de su brazo para que se acerque, ya que... últimamente de pie me agoto bastante.
DANIEL: Pude haber hecho más. -Dice haciendo notar el nudo de su garganta-
YO: Mírame -Susurro- cuando empezaste esta profesión sabías que alguna vez ocurriría, cuando empezaste a especializarte en casos como el mío sabías que el riesgo era mayor. Eres un gran doctor, un hombre maravilloso, no puedes luchar siempre contra la muerte -Paso los dedos por sus ojeras secándole las lagrimas con ellos- a veces no puedes tenerlo todo controlado, pero créeme, si algún día por mala suerte me toca a mi.. sabré que hiciste hasta lo imposible por salvarme porque eres un doctor increíble.Nos interrumpen justo cuando mejor y más cercanos estamos.
ENFERMERA: Doctor, los familiares quieren hablar contigo.
DANIEL: Voy.Me aprieta la mano, muevo la cabeza convenciéndolo de que levante la cabeza y se va.
Echo mi cuerpo hacía atrás, cierro los ojos y pongo la mano sobre mi pecho.
NARRA JESÚS.
Ana y yo cenamos en mi casa, a pesar de que Rosanna está como loca gritándole al teléfono porque mi hermano no le coge las llamadas.
ANA: Enserio, está loca.
YO: Al principio parecía buena chica pero empezó a mostrar su verdadera personalidad, quería obligar a mi hermano a dejar su sueño de ser doctor.
ANA: ¿Enserio? -La mira, me mira a mi y alza una ceja-
YO: Si.Pone los codos sobre la mesa y se apoya en las manos.
ANA: Cuéntame que me he perdido de ti.
YO: Poca cosa, he tenido varios trabajos pero por diferentes cosas los he perdido.
ANA: Mm, podrías meterte en el mundo de la música por fin. -Sonrío-
YO: Sabes que siento miedo escénico.
ANA: Yo te ayudaré a superarlo.
YO: No, no hagas esto. -Advierto girando la cabeza-
ANA: ¿Qué no haga el qué?
YO: Lo que haces, hacerme sentir como si fueras mi novia de nuevo.Se sonroja, igual que cuando le pedí ser novios por primera vez.
ANA: Jesús.. yo.
YO: No digas nada, es solo que lo siento y siento que me gustaría que.. fuese real.
ANA: ¿Enserio no lo has notado? Que avispado eres para unas cosas y que idiota eres para otras. -Dice a la vez que pone los ojos en blanco-
YO: ¿Qué tengo qué notar?
ANA: Pues que te quiero.
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Hasta el último suspiro. ®
DragosteLa vida de Kendall cambió cuando un día le dieron la peor noticia de todas, la única noticia que consiguió ponerle los pies en la tierra. Su enfermedad la hará valorar todo aquello que nunca valoró. Y sin imaginárselo, también la llevará a conocer a...