Capítulo 14.

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NARRA KENDALL.

Se separa de mi, pone las manos en mi rostro y vuelve a mirarme como cuando estuvimos apunto de besarnos, diferente.

YO: Dime que te pasa. -Susurro-

Niega con la cabeza pero sus ojos están brillosos, a punto de romper en lágrimas.

DANIEL: Tengo resaca, eso es todo. -Tose-
YO: Tengo diecisiete años pero no me chupo un dedo. -Cruzo los brazos-
DANIEL: ¿A qué te refieres?

Trago saliva y reúno la valentía suficiente para seguir con la conversación aunque me moleste.

YO: ¿Has discutido con tu pareja? -Pregunto en voz baja-
DANIEL: Si. -Responde confesándolo-
YO: Oh.. y estás mal por ella.

Mueve la cabeza, se encoge de hombros y hago una mueca con los labios.

YO: Entonces la quieres mucho ¿No?

No responde, apunta en su libreta y cuando quiero seguir preguntándole toca mi barbilla.

DANIEL: No te centres en mis dramas emocionales.
YO: Pe.. -Niega con la cabeza-
DANIEL: Mejor piensa lo que vas a ponerte esta noche.
YO: ¿Qué? -Pregunto confusa-
DANIEL: Te prometí una noche fuera de aquí.
YO: Pensaba que era una de tus bromas.
DANIEL: Yo no bromeo.

No sé qué decir, tengo el corazón en la boca y las piernas me tiemblan.

YO: ¿Dónde me llevarás?
DANIEL: Al parque de atracciones.
YO: ¿Qué? Estas loco.
DANIEL: Nos iremos a las ocho y a las diez estaremos aquí.
YO: Daniel si te descubren te echarán.
DANIEL: No van a descubrirme porque mi paciente favorita será una mi confidente y me guardará el secreto.

Rio, lo miro dulce y cruzo los brazos.

YO: ¿Por qué haces esto por mi?
DANIEL: Porque te lo prometí y yo cumplo mis promesas.
YO: No me lo prometiste.
DANIEL: No me lleves la contraria señorita.

Advierte señalándome con el dedo y se echa a reír.

YO: ¿Seguro qué no sigues borrachos?
DANIEL: Seguro -Sonríe- Solo tienes que hacer una cosa para que la noche salga bien.
YO: ¿Qué?
DANIEL: Conseguir quedarte sola esta noche -Alzo la ceja- No quiero tener problemas con tus padres.
YO: Tranquilo, conseguiré que me dejen sola esta noche.

Asiente con la cabeza, entra mi madre y haciéndose el disimulado se marcha.

MAMÁ: El doctor pasa más tiempo aquí que con sus otros pacientes.
YO: Claro que no mamá.
MAMÁ: Siempre lo encuentro aquí.
YO: Ya, bueno, pero es pura casualidad, él apenas viene a visitarme.

Ella se sienta en el sillón y abre una revista.

YO: Quiero pasar la noche sola hoy.
MAMÁ: Pero hija.. ya lo había hablado con tu padre.
YO: No hace falta que os quedéis siempre conmigo, quiero y necesito sentirme independiente.
MAMÁ: Bueno vale, está bien, si es lo que necesitas entonces yo no me opondré.
YO: Gracias.

NARRA DANIEL.

Entro en mi consulta, me siento a revistar papeles pero me quedo totalmente enojado mirando a la nada ¿De verdad estoy haciendo bien con Kendall? Me siento cómodo con ella, me entiende, me escucha y no se comporta como una egoísta, al contrario, apoya mis decisiones.

Sonrío como un idiota imaginándome el rato que pasaremos juntos fuera del hospital, arriesgar mi trabajo para sacarla de su monotonía.. tampoco es para tanto.

Recibo un mensaje de Rosanna interrumpiendo así mi profundo pensamiento:

"Amor, perdóname.. necesito hablar contigo ¿Puedes?"

Hasta el último suspiro. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora