Capítulo 55.

7.9K 573 70
                                    

NARRA KENDALL.

¿Cómo explicárselo? No entendería nunca esto que siento por él, me diría que es una obsesión, una tontería, un capricho por mi edad, mi padre nunca aceptaría lo que siento, tiene una mentalidad demasiado antigua como para entenderlo.

PAPÁ: ¿Hija? -Pregunta, gira la cabeza dándose cuenta de que estoy mirando a Daniel- ¿Pasa algo con tu doctor?

Reacciono, desvío la mirada hasta mi padre y niego con la cabeza.

YO: No, solo estaba mirándolo apuntar en la libreta.
PAPÁ: Cuéntame ¿De quién estás enamorada? -Pregunta sonriendo- Quiero conocerlo.

Daniel se tropieza causándome una inesperada sonrisa.

DANIEL: Perdón, no me acostumbro a tantos cables.

PAPÁ: De verdad, me encantará conocer al chico que te ha enamorado tan repentinamente -Toca mi rostro-
YO: No, ya no tiene caso conocerle.. -Digo en voz baja pero no consigo que Daniel no lo escuche-
PAPÁ: ¿Te ha hecho algo malo?

Levanto la mirada de nuevo, él espera mi respuesta y yo me quedo callada.

MAMÁ: Déjala cariño, ella sabe lo que hace. -Se mete mi madre salvándome-
PAPA: Pero..
MAMÁ: Cuando quiera nos lo presentará, mientras tanto no la presiones, sabes todo lo que sufrió por Mark.
PAPÁ: Es cierto, pero Mark ha vuelto arrepentido, podrían ser amigos -Resoplo cansada del mismo tema-
YO: No quiero ser su amiga, me recuerda lo tonta que fui.

Mi madre cambia totalmente de conversación para que mi padre olvide la absurda idea de que yo tenga una amistad con Mark, le cogió muchísimo cariño y bueno, en cierto modo también tienen casi la misma mentalidad.

MAMÁ: Alexa y tu hermano son tal para cual.
YO: Si -Rio- me alegra tanto verlos felices.

NARRA DANIEL.

Salgo de la UCI, duele tanto verla, saber que si le hablo me tratará con el desprecio y rencor que tiene dentro.

Alexa me detiene.

ALEXA: Quería pedirte perdón por haberte tratado tan mal.
YO: Da igual Alexa, todos suponéis, todos opináis pero ninguno os ponéis en mi lugar.
ALEXA: ¿Qué quieres qué pensemos? Pensamos lo peor de ti porque tú aparentabas ser un hombre maduro, un hombre fiel pero resultó que eres todo lo contrario. -Dice atacándome-
YO: Soy un hombre maduro, un hombre con dos dedos de frente y si, cometí el error de creer a Rosanna ¿Pero qué queríais qué hiciera? ¿Eh? Iba a suicidarse, cualquiera en mi lugar habría hecho lo mismo, en esa circunstancia decirle que no habría sido algo de lo que me habría lamentado toda mi vida. No la conocéis, ella es capaz de todo para conseguir lo que quiere.

Alexa cruza los brazos y yo la esquivo evitando entrar en una guerra inútilmente con ella.

ALEXA: Has permanecido a su lado y no por tu responsabilidad como doctor.
YO: He permanecido a su lado porque la amo, me creáis o no esa es la realidad.

ALEXA: Ella también te ama a ti -Me detengo en seco- lo sabes tú, lo sé yo y pronto lo sabrán sus padres, es cuestión de tiempo.

Ella siembra esperanza en mi.

YO: ¿Crees qué si le sigo demostrando lo mucho qué la quiero me perdonará?
ALEXA: No debería estar ayudándote después de todo -Dice seria- pero estoy completamente segura de que su corazón está ablandándose.

NARRA KENDALL.

Mis padres deben marcharse para que Alexa y mi hermano entren a verme.

MANU: ¿Cómo sigues?
YO: Odio esa pregunta, seiscientas veces me lo han preguntado hoy.
MANU: Vale, vale, que gruñona.
YO: ¿Dónde está Alexa?

ALEXA: Aquí, estaba cogiendo agua de la máquina. -Sonríe-

Se sientan a mi lado, me hablan de muchas cosas pero mi mente está completamente perdida.

ALEXA: Él también está bien.
YO: Me da igual.
ALEXA: Se niega a irse, ya casi son tres noches sin dormir.
YO: ¿Qué? Va a enfermarse.
ALEXA: Pues díselo tú, porque él se niega rotundamente a dejarte sola.

Giro la cabeza.

YO: No y no sigas hablándome de él.
•••••••••••••
Llega la noche, acaban las horas de visitas y me quedo sola en mi habitación con tan solo el sonido de las agujas del reloj.

ENFERMERA: Toma las pastillas y un poco de agua.
YO: Gracias ¿Dónde esta mi doctor?
ENFERMERA: Fuera ¿Quieres qué lo llame?
YO: No, no es necesario.
ENFERMERA: Ah, mírale, por ahí viene.

Siento como las mejillas me queman, estoy poniéndome roja y lo peor es que no sé porqué. Giro mi cuerpo hacía la izquierda evitando que me mire y cierro los ojos.

DANIEL: Ya me encargo yo de ella. -Le dice-
ENFERMERA: Está bien.

Cierra la puerta, coge mis pastillas las cuales he dejado en la pequeña mesita y se sienta sobre la cama.

DANIEL: Tómatelas en este momento.

Lo miro de reojo, gruñendo me siento en la cama y meto las pastillas en mi boca para seguidamente tragarlas con un poco de agua.

YO: Ya esta, buenas noches.

Vuelvo a tumbarme y a cerrar los ojos.

DANIEL: Como quieras.

Paso las horas con los ojos cerrados evitando verle, cuando por fin me digno a abrirlos él está dormido con los brazos en el borde de la cama y la cabeza sobre ellos. Es cierto lo que Alexa me ha dicho, está agotado y no quiere moverse de aquí.

Veo sobre sus piernas una cartera negra, la misma en la que metió nuestras fotografías el día que nos la hicimos en aquel fotomatón, intento evitarlo pero la curiosidad me puede, con cuidado de no despertarle cojo su cartera, la abro y encuentro en ella nuestras fotografías.

Puede que esté siendo demasiado dura con él, que incluso lo haya comparado con Mark cuando no tienen ni punto de comparación pero he sentido una mezcla de emociones, decepción, celos e inseguridad, sigo viéndome inferior a su ex novia y tengo metido en la cabeza que para él solo he sido el polvo de una noche. Aunque después de saber que ha permanecido a mi lado, que no me ha dejado sola mientras todo indicaba que iba a morirme y que ha luchado para conseguir que me mantenga con vida... siento que en este momento mirando nuestra fotografía le perdonaría todo.

YO: Dani -Susurro-

Él mueve la cabeza pero no abre los ojos. Vuelvo a tumbarme pero esta vez de cara a él, pongo la mano sobre su cabeza, hundo los dedos en su pelo y lo acaricio.

YO: ¿Estas despierto? -Pregunto de nuevo en un susurro-

Vuelve a mover la cabeza.

YO: Te quiero.
DANIEL: Yo te amo. -Murmura ronco-

Hasta el último suspiro. ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora