NARRA KENDALL.
Él se tensa y se aleja tras colgar la llamada. Tose, frota sus manos y actúa totalmente distinto, más bien distante.
YO: ¿Cuándo me harán las pruebas? -Pregunto rompiendo el hielo-
DANIEL: No lo sé, pero lo antes posible, tenemos que descartar la posibilidad de temores cerebrales.
YO: Lo que me faltaba -Suspiro-
DANIEL: Tranquila, seguro que solo será una simple jaqueca.Mordisqueo mi labio nerviosa, no por la prueba, si no porque hace tan solo unos segundos estoy segura de que íbamos a besarnos ¿O me lo estaré imaginando por qué me gusta demasiado? Quizás mi madre tiene razón, a esta edad las hormonas andan revolucionadas.
Su móvil sigue sonando y al parecer a él le molesta demasiado, tanto que me pide unos minutos para salir fuera y resolverlo.
NARRA DANIEL.
Salgo al pasillo, cojo el móvil y contesto la llamada muy enfadado.
LLAMADA TELEFÓNICA.
YO: Rosanna -Cojo aire para tranquilizarme- ¿No sabes qué estoy ocupado?
ROSANNA: ¿Has ido a trabajar para librarte de mi?
YO: ¿Pero qué estás diciendo? He venido a trabajar porque es mi deber.
ROSANNA: No soy idiota, se que podrías haberte quedado en casa porque has pasado la noche trabajando.Suelto un suspiro, pongo los ojos en blanco y por educación no hago un espectáculo, pero es lo único que me provoca ella en este momento.
YO: Rosanna, por favor, hablamos cuando llegue.
CUELGO.
Entro de nuevo en la habitación, Kendall me espera sentada con los pies colgando y atándose el pañuelo.
YO: Perdona, asuntos personales.
KENDALL: No pasa nada, no puedes estar veinticuatro horas detrás de mi -Ríe- digo, soy desobediente y rebelde, pero se cuando debo parar.Sonrío. Ella es tan inocente, tal vez rebelde y un poco cabeza loca, pero la miro y lo único que veo es a una chica inocente que está sufriendo tanto que lo único que se le ocurre es huir corriendo descalza de una realidad que la ha golpeado demasiado fuerte.
YO: Bueno, todo está bien, lo único es la pérdida de visión y el dolor de la cabeza, pero tranquila, no será nada.
KENDALL: ¿Y si lo es?
YO: Pues lo enfrentaremos igual que estamos enfrentamos la leucemia.Baja la cabeza y yo se la levanto sujetándola de la barbilla.
YO: ¿Vale?
KENDALL: No hay más remedio.
YO: Quédate bien, no quiero que tu mejor amiga me diga que has estado cabizbaja.
KENDALL: ¿Hablas con Alexa? -Pregunta ruborizándose-
YO: ¿Por qué te avergüenzas? -Pregunto riendo-
KENDALL: No, es que ella.. es muy burra.
YO: Pero por lo menos consigue distraerte y animarte.
KENDALL: Si, eso es verdad. -Dice con la nariz arrugada-Le doy con el dedo en la nariz provocando su sonrisa tímida, debo admitir que la más bonita.
YO: Me voy, tengo que hacer algunas cosas, no hagas locuras. -La señalo con el dedo-
KENDALL: Daniel -Me agarra del brazo-
YO: ¿Qué pasa?
KENDALL: Si cuando me hagan las pruebas resulta que tengo algo malo... ¿Me lo dirás?
YO: Claro, no me gusta mentir a mis pacientes.
KENDALL: No me mientas ni siquiera por lástima por favor.Pongo la mano en su rostro y niego con la cabeza.
YO: Prometo no mentirte.
Le quito un pedazo de chocolatina.
YO: Para mi.
KENDALL: ¡Oye!NARRA KENDALL.
Se marcha dejando paso a mi mejor amiga que entra con un bollo de la cafetería y con cara de: "Cuéntamelo todo zorra".
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Hasta el último suspiro. ®
RomanceLa vida de Kendall cambió cuando un día le dieron la peor noticia de todas, la única noticia que consiguió ponerle los pies en la tierra. Su enfermedad la hará valorar todo aquello que nunca valoró. Y sin imaginárselo, también la llevará a conocer a...