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Una vez en casa, Nana y jimin compartieron cuna hasta cumplir los 13 meses. La señora Bomsi se rehusaba a separarlos ya que para ella, lo ideal era criarlos cómo si fuesen hermanos. 
Luego, a pedido de la señora whan, se dividieron en camas separadas hasta los 5 años y por último, de habitación.

Pero ninguno quería separarse del otro, estaban tan acostumbrados a compartirlo todo, que a pesar de lo que los mayores exigían, ellos se seguían escapando por las noches para dormir juntos.

Era la señora Bomsi o la abuela de Nana, quienes los encontraban enrollados entre las cobijas todas las mañanas. Al principio, era tierno ver el apego que se tenían. Mucho más, después del trágico accidente que se llevó la vida del señor Park. Esos días fueron los más oscuros de aquella casa. Jimin no comía, rara vez sonreía y las únicas veces que lograba hacerlo, era a pedido de Nana. Por esa razón, las mayores dejaron que siguieran con sus escapadas nocturnas, hasta que una mañana ocurrió lo inevitable. Nana había pintado las sábanas de rojo carmesí y esa fue la señal de alerta que su abuela esperaba para terminar de apartarla de jimin. No le bastó con cambiarla de habitación, se la llevó a su casa que hasta ese momento era ocupada por ella sola. No fue cómo si se mudara de país, ni siquiera habían dejado el terreno ya que la casa estaba situada justo en donde el jardín trasero de los Park terminaba.

La señora Whan creía controlarlo todo. Ella sabía las andadas y los horarios de su nieta, incluso los de jimin. Lo que no sabía, era que aquella manía por separarlos tendría justamente el efecto que ella quería evitar. Cada día que pasaba se extrañaban más y más, al punto de que no encontraban otra salida más que mentir. Era Costumbre, claro que sí. Pero aquello que veían cómo prohibido se estaba convirtiendo en algo fascinante. Extrañarse tanto, justo cuando comenzaban a entrar a la adolescencia, llegaba a confundirlos y a desearse tanto que poco a poco fueron convenciendose de que aquello que sentían, era amor.

Y no! No era un amor de hermanos. Ellos nunca fueron ignorantes de la situación y desde pequeños supieron que la madre de Nana había muerto. Aunque ella trataba a Bomsi cómo si lo fuera al igual que al difunto señor Park. Para ella, ellos eran sus padres más allá de la sangre, pero con jimin era diferente, a él no podía verlo cómo hermano. Por más que siempre lo intentó, para ella él era su amigo.

Los años pasaban y la señora Whan era testigo del crecimiento de los niños. Eso le dolía, recordaba a su pequeña hija corretear por los jardines de la famila Jang, lugar en donde había nacido y la había visto crecer hasta convertirse en una hermosa mujer e incluso, la había visto enamorarse. Sabía que jimin era diferente a aquel muchacho que se había atrevido a jugar con los sentimientos de su hija. Sabía que la familia Park se caractizaban por ser gente de bien y amables entre ellos. Pero no podía evitar sentir dolor al ver al pequeño tan cerca de su nieta. Ella lo adoraba, ese niño era el más bueno y dulce del mundo, pero... Tenía tantas heridas, que vivía a poniendo un muro entre los dos. 

Siempre Fuiste Tú [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora