(lamento la demora. Esta semana tuve visitas inesperadas y me costó "horrores" concentrarme en la historia. Pero aquí estoy! No me he olvidado de escribir)
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Ese día terminó con broche de oro. Jimin había ignorado a Soomin de manera letal y ella se vió obligada a acudir a mi por ayuda. De verdad, no podía creer que fuera tan estúpida.Estábamos con Shownu practicando para el acto de beneficencia que la academia hace todos los años. Los profesores debíamos organizar un número que corresponda a nuestra rama de trabajo y bueno... A nosotros nos tocaba hacer un baile sincronizado.
Demás queda decir que la ignoré.
Entra a irrumpir nuestro ensayo y sin pudor comienza a suplicar. Shownu estaba absorto ante lo que veía y sé, que no le costó mucho comprender lo que ocurría.
No me quiero ir muy atrás de la historia, pero fue cuando comencé a salir en grupo y me di mi primera borrachera, que confesé los motivos que me llevaron a Seúl. Por suerte, los únicos que escucharon mi pataleta de ebria fueron Lana y (su hermano) el fortachón ahora a mi lado.Entonces, Shownu sabía de mi ex relación con el hijo de Bomsi y del parentesco que tengo con nuestro jefe. Si... Él es conciente que yong es mi padre y por ende, Soomin mi hermana.
Revolea los ojos con disconformidad y asumo que siente pena por la chica que llora buscando mi mirada, mirada que obviamente, la tengo en cualquier lado menos en su dirección.
—déjame entender...— le dice él viendo que yo no me molestaba en prestarle atención. —insultaste a la mamá de tu novio, que resulta ser la madre de Nana y él te dejó por eso?— ella asiente y suelto una carcajada. —mira, estás mal pidiéndole ayuda a ella. Lo que deberías hacer es, ir a su casa y suplicarle perdón a esa mujer.
Soomin no deja de asentir y después de limpiarse la cara, sale con un poco más de esperanza que antes. —la verdad, esto es lo más repugnante que te visto hacer— dice con molestia.
—gracias?— ironizo sin mirarlo mientras me paso una toalla por mi cuello y rostro. —pero sinceramente, me importa muy poco tu opinión— lo encaro y veo cómo cierra los ojos para contener algún insulto. Pero es inteligente y sabe que no le conviene. —tú, eres el menos indicado para regañarme.
—ella no es mala y lo sabes. Sólo está confundida. Ponte en su lugar!
—y en el mío, quien se pone?— me acerco hasta quedar frente a él. Tengo que levantar el mentón para encararlo, aunque su altura no me intimida. —a caso, tú me defiendes cuando ella lanza basura en mi?
—lo hago, siempre lo hago.
Suelto una carcajada sin humor. Claro que no lo hace! Soomin es su amiga y él la conoce mucho antes que a mí, es obvio que siempre saltará a defenderla a ella. —si tanto te importa lo que le pase al piojito, quédate a su lado. Porque te va a necesitar.
Estoy dispuesta a irme y dejar el ensayo por la mitad. Ahora, ya no tengo ganas de soportar a nadie! —porqué la odias tanto?
Me quedo parada haciendo un puño con la toalla. Porqué la odio? Tendría un millón de motivos para hacerlo. —ella lo tiene. Sabes lo que se siente?— lo miro de soslayo. Él se cruza de brazos para demostrar que tiene toda mi atención y por primera vez, me animo a soltar eso que llevo guardado hace muchos años. No sé si será a causa de todo lo acontecido anteriormente, pero estoy harta de que me vean cómo la mujer malvada que busca lastimar a la pobre... Inocente... Y dulce Soomin. —yo soy mayor que ella. Debía ser yo a quien él cuidara, a quien sostuviera en sus brazos y arrullara para hacer dormir. Yo... Tenía que ser su primer princesa y que hace ella? Lo maltrata, lo humilla y no sé da cuenta de la suerte que tiene. ELLA NO TIENE QUE LLAMARLO POR SU NOMBRE!— grito, lo saco de mi pecho y respiro hondo para no doblegarme. —ella puede abrazarlo y caminar prendida de su brazo sin que nadie lo malinterprete. Ella, tiene su apellido y pude gritar a los cuatro vientos que lo ama y no lo hace.
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Siempre Fuiste Tú [TERMINADA]
Fiksi PenggemarEs ley de la vida. Que nadie elige de quién enamorarse. Cómo también, es ley que no hay edad para hacerlo. Lo seguro, es que, donde hubo fuego, cenizas quedan. Lo realmente verdadero perdura y aunque creemos superarlo, sólo basta con una mirada para...