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Yong y Shownu se susurran cosas entre sí. Parece que se han olvidado que estoy ahí, a escasos pasos. Me siento cómo si fuera parte del decorado. Incluso estoy segura que podría irme y no lo notarían.

Marco el tiempo de manera impaciente. Mis uñas golpean la madera del enorme escritorio creando un sonido nervioso que creo que sólo yo puedo oírlo. Me desespera...

—donde está mi hija?— vuelvo a preguntar, por tercera vez desde que entramos al despacho. Pero otra vez, parece no importarles mi preocupación. —DONDE ESTÁ!? SÉ QUE USTEDES LA ESCONDIERON, JUNTOS!— los dejo en evidencia y ahora sí, se voltean en mi dirección. Yong se acerca y me enseña el diván para que me acomode. Lo hago, sólo porque quiero terminar con esto. —sólo quiero saber dónde está... Por favor— suplico tragándome todo el orgullo que me queda.

—tranquila, ella está bien— dice tomando lugar junto a mí. —no planeamos esconderla de ti.

—ah, no?— suelto con burla. —los escucharon haciendo planes. Diciendo que la alejarían para que me detuviera.

Ambos se miran con complicidad y es Shownu quien toma mi mano para invitarme a salir del establecimiento. No dice nada, caminamos hasta el parque con la presencia casi ausente de Yong. —tienes que dejar a Jimin— dicen casi al unisono. Chasqueo la lengua para después asentir. Ya lo tenía planeado, no hacía falta que me recuerden así. —no sólo dejarlo. Tienes que hacer que te odie, que no quiera verte ni en pintura.

—no crees que es ya es pedir demasiado?— pregunto elevando una ceja en alto. Aunque presiento que esa será la única manera en la que podré alejarlo.

—es necesario— agrega el mayor. —no es broma Nana. Hay algo que te hemos ocultado, queríamos estar seguros antes de decirte— extiende su mano en mi dirección. Su celular descansa en las yemas de sus dedos mientras él asiente con la cabeza para que lo tome. Incrédula de lo que encontraré, lo observo sin tocarlo para notar una serie de vídeos.

Parecen de seguridad. Reconozco mi sala, el pasillo de mi departamento, la casa de Shownu incluso, algunas partes de la academia. —ahora me espían?— pregunto sin animarme a abrir ninguno. El fortachón resopla con fastidio sacándole el aparato de las manos para presionar uno de los vídeos.

—vamos al grano— dice y me regaña con los ojos para que vea.

La piel se me pone de gallina al notar a un hombre entrar en mí departamento. Con llaves, cómo dueño del lugar... Eso no es todo. Con él, trae esas malditas flores.
Shownu no deja que termine y pasa al siguiente. Otro hombre con las mismas proporciones o quizá el mismo, entra de la misma manera a la casa del chico que tengo a mi lado. También con flores, pero lo siguiente llama mi atención. No las deja en la sala cómo lo hizo en el primer video. Esta vez, entra a la habitación de la pequeña. —quien es?— pregunto con el corazón acelerado. Mi pecho tiembla al imaginarme lo que hubiera ocurrido si la niña estuviera allí.

—no te lo imaginas?— miro a Yong. Su expresión me asusta más que los vídeos. —esas mismas flores, las dejan sobre la tumba de tu madre. Desde que tú apareciste, con más frecuencia. Pero siempre han estado ahí, recordándome la muere de Hanna. A veces, dejan notas con ellas.

Entonces lo recuerdo. Daniel lo había mencionado, había alguien que la perseguía. Que la acosaba! —qué quiere? Porqué se metería con la pequeña?

—no sabemos— confiesa el menor con el tono nervioso. —creemos que es una advertencia. Si no es contigo, será con la niña.

—ocho años esperando que dé la cara. Que demuestre sus verdaderas intenciones, pero no fue hasta que tú te acercaste, que se dejó en evidencia— enarco una ceja algo confusa. —es Daniel. Él estaba obsesionado con tu madre, intentó sacarte del hospital cuando eras una bebé y estoy seguro, que fue él quien provocó el accidente en donde tú madre perdió la vida— levanto una mano en su dirección. Aleteo las pestañas intentando acomodar toda aquella información en mi cabeza. Es imposible... Mi mente es un caos. Entonces, todos se acomoda en mi cabeza. La manera en la que hablaba de ella, con esa adoración y añoranza! La forma en la que me miraba diciendo que yo se la recuerdo!  —tu abuela te escondió de él todos estos años. Bueno... Ella creía que se trataba de mi esposa. Por eso no le creí.

Siempre Fuiste Tú [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora