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Narra Jimin

Controla lo que dices.
No entres ahí.
No hables con ese grupo.
Jamás! Pero jamás! Debes comer lo que sirven en esa cafetería.

Escucho sin ganas a Soomin, mientras su padre nos enseña las instalaciones. Por desgracia, la tendremos todos los días en la academia hasta que sus clases en la universidad comiencen. No es que me moleste, pero es fastidioso trabajar con su voz chillona detrás de mí, sintiéndome observado hasta cuándo voy al baño.

Una vez que el señor Jang nos enseña lo que cree necesario por el momento, se marcha a su despacho a seguir con su labor y soy arrastrado a infinidades de clases las cuales no comprendo de que tratan.
Me siento fastidiado, pero todo vuelve a tener sentido cuando la veo. Era la hora del almuerzo y aunque Soomin había dejado en claro que no quería que comiera allí, debía hacerlo ya que tenía hambre y no había llevado nada para comer.

—prefiero comer comida callejera a tener que soportar ver a esa— dice cuando la ve sentada jugando con lo que parece yogurt y cereales.

—porqué la odias tanto?

—no la soporto!— me mira con el ceño fruncido y apuntando con un dedo en mi frente, agrega. —es una prostituta!

—no lo es...— demuestro mi fastidio dejando caer mi culo en una de las sillas. —al menos, la conoces?

—tú sí?

Su pregunta me toma por sorpresa, no sé cómo explicar mi relación con Nana, mucho menos sé cómo hacer para evitar demostrar que me encanta estar cerca de ella. —qué tiene de malo? Es compañera de trabajo y vecina. No me parece una... Bueno, eso que dices.

Sus ojos se llenan de lágrimas y eso, aunque es normal en ella, me sentir mal. —te gusta, verdad? Claro... Cómo no? A todos les gusta, pero te aseguro que te usará cómo lo hace con todos.

No sé cómo tomar lo que dice. Lo único que puedo pensar es que lo hace producto de los celos al ver a alguien cubierta de atenciones, porque sí... Cada vez que la cruzo, hay algún hombre a su alrededor rogando por ser notado. Pero ella, no pasa de regalarle alguna sonrisa. —es linda, pero eso no la convierte en una prostituta. Trata de llevarte con ella, podrías llevarte una sorpresa. Podría agradarte.

Sonríe sin gracia y golpea la mesa para llamar mi atención. —sabés lo que dicen?— puedo sentir la furia al hablar, me pregunto que le hizo para que la odie tanto... Nana no es mala persona. Al menos, la Nana que recuerdo siempre fue una chica fácil de querer, amable y carismática. —Te dolerá amarla. Su frialdad se encargará de helar hasta la última gota de dignidad. Así es ella. Todo quien anhele su cuerpo, deberá primero, despedirse de su orgullo. Humillarse y demostrar venerarla hasta que le duela. Pero lo vale, obvio que lo vale. Porque jamás probarás otros labios tan dulces cómo los suyos, ni unas caricias que te hagan sentir un niño.

Carcajeo a pesar que su rostro se transforma en un reproche absoluto. —de dónde sacaste eso?— digo sin dejar de reír. Me duele la quijada y el estómago al hacerlo. No puedo evitarlo, esa chica es la persona más dulce que he conocido y se refiere a ella cómo si fuera una villana de Disney.

—lo oí decirlo a uno de sus amantes hace varios años. Había un chico, no recuerdo su nombre pero estaba muy enamorado de ella. Lo veías llorando en cada rincón hasta que el amante de turno de esa... Se animó a decirle eso porque estaba cansado de verlo hechando mocos. Ella lo despreció sólo porque era un flacucho. Así es ella...

Mi sonrisa se borra al recordar a Nana tocando mi pecho en su cocina. La manera en la que me miraba o hablaba... Será posible que haya cambiado tanto? —estás exagerando— lo digo más para mí que para ella. En verdad quiero creer que exagera. No puedo imaginarla cómo a una mujer sin escrúpulos y tan artificial. No... Nana no es así.

Siempre Fuiste Tú [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora