51

559 83 11
                                    

Llegamos al departamento, tenía miedo de bajar del coche. miedo de enfrentar mis pensamientos y mucho más, a la frialdad con la que jimin me miraba.
Por un momento, me ví tentada a ser sincera con él. Pero, algo dentro de mí me advirtió que jimin no comprendería. Que no me creería y en parte es mi culpa. Yo lo orillé a esto, yo soy la única culpable de su dolor.

—ji-jimin...— lo llamo con el nudo obstruyendo mi pecho. Él parece atento. Su mano sostiene el pomo de su puerta, pero su visión está puesta en mí. Cómo esperando que diga algo, cómo animándome a cortar la tensión tan dura que provoca que hasta respirar duela. —una vez, te pedí que me perdonarás si en algún momento hacía una estupidez— mi voz tiembla al igual que mis párpados. Quiero decirlo, quiero contarle todo! Pero tengo miedo, si algo llegara a pasarle, no habría otra oportunidad. Todo terminaría en tragedia... —yo... No quise que las cosas se dieran así. Pero apareciste en el peor momento.

Lo oigo suspirar y el sonido de las llaves sacudirse en sus manos me indica que está haciendo tiempo. Quizá, él también quiera decir algo y lo estoy esperando. Estoy preparada para escucharlo. —tranquila— dice pasados unos segundos. —mañana ya no seré una molestia en tu perfecta vida. Podrás ser libre de acostarte con quién te venga en gana.

Mis pies toman vida propia y acorto la distancia que nos separa. Jimin se tensa y se pone a la defensiva para que no llegue a él. —no es eso!— defiendo la poca integridad que me queda. Pero parece hacerle gracia, porque sonríe cómo si fuera cómico.

Narra jimin;

No sé que es lo más doloroso. Si el hecho que finja que está afectada por mí, o el que en verdad, quiera creerle. 
Me siento un estúpido, pero ya he tenido demasiado de esto. No volveré a caer en su manojo de mentiras y manipulaciones. Lo peor de todo es que una parte de mí, quiere lastimarla, quiere hacerle sentir el dolor que ella misma ha provocado. —ve a dormir, Nana— le digo para alejarla. Lo digo para avitarle ser participe de mi despecho. Pero ella no parece con intenciones de ceder. Se queda ahí, cómo si tuviera algo más que acotar. Me ve abrir la puerta y cuando esta se entorna da un paso en mi dirección. —no te confundas— extiendo mi mano para impedir que entre. Pero se pega a mí y tengo que dejarla ingresar para no sentir el deseo de tocarla. Su cercanía me ablanda.  —sólo te traje para advierte que Daniel trama algo. Pero no me interesa si terminas acostándote con él o con toda la academia. Ya no.

La veo dubitativa, temerosa y eso aumenta mi confusión. Qué tan hija de puta es, que deja en evidencia sus emociones? —jimin... Yo...— balbucea con tanta inocencia que mi pecho se encoge.

—qué más quieres?— mi pregunta suena cansina. Estoy harto de esto, harto de ser tan débil ante ella, harto de amarla! Hastiado de este sentimiento que sólo me produce dolor! —ya no quiero esto. Ya no soporto verte a la cara! Verte feliz me duele! Me asquea!— sus ojos se abren con sorpresa, ella terminará por volverme loco si continúa con esto. —vete, si no vas a decirme que dejarás todo por mí, de nada te sirve mirarme cómo si en verdad me necesitaras.

—qué... Qué tanto te dijo, Soomin?— y ese es mi quiebre. Mi límite! Cómo puede ser tan cínica!? Cómo se atreve a preguntar eso, cuando yo le estoy dando una última oportunidad de retractarse!

—porqué no le preguntas a ese viejo que te andas follando!?— grito con furia. La encaro, sólo para acercarla a la salida. pero ella no retrocede. En su lugar, cierra la puerta detrás de su espalda e intenta sostenerme las manos. Las levanto a los lados de mi rostro para impedir que me toque, pero insiste y la sangre se agolpa en mi cabeza. —eres... Definitivamente, la mujer más perversa que conocí en la vida. Qué harás? Te acostarás conmigo a cambio de información? Qué tan poco valgo para ti? Qué tan puta eres!?

Siempre Fuiste Tú [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora