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Frotaba sus ojitos mientras bostezaba, miró a su alrededor y vio a sus hermanos dormidos aún. Se acababa de despertar de la siesta y no pudo evitar sonreír al verlos, llevaba apenas dos meses en esa familia pero les había cogido mucho cariño a todos.

Se acurrucó más en el sofá para dormir al menos un poco más, sin poder evitarlo recuerda aquellas tardes en su antigua casa pues siempre dormía sola al aburrirse sin tener con quien jugar o hablar, debido a que sus padres trabajaban mucho. Suspiró y se acercó a ambas gemelas en un intento de no sentirse triste, cosa que funcionó al sentir como la abrazaban.

Recuerda cuando conoció al menor de la familia, él tenía muchos amigos; algo que no podía evitar envidiar al ser ella bastante tímida; y pasaba mucho tiempo jugando con ellos en la guardería. Un día unos niños empezaron a decirle abandonada porque sus padres trabajaban mucho, ella sólo podía llorar ante eso, recuerda claramente las palabras que Eli le dijo al  niño que se dedicaba a molestarla

-Eres una abadonada, tus papis te dejan solita sempre para no vete- decía uno con una mala pronunciación debido a su corta edad, ella bajaba la mirada intentado que no notarán su llanto
-Pos a ella si la cheren en su casa, no como a ti- dijo aquel infante de mirada azulina también con una mala pronunciación, el infante que se metía con ella fue a pegarle. Grande fue su sorpresa al ver que podía hacer magia, había invocado a un pájaro enorme con cara de pocos amigos -¿Qué pasha? ¿Te susta Jim?- dijo con una sonrisa recargandose en el pájaro
-

S-sí...- dijo aquel infante tembloroso
-Pues no te metas con Naomi, ni con naide ¿Tendes?-
-S-sí- tras decirlo salió corriendo a esconderse, el pequeño mago que la defendió se acercó a ella tranquilo y con el pájaro, que se había hecho de un tamaño normal, en su hombro -¿Tas ben, Naomi?- le acarició la cabeza con suavidad
-S-sí... mushas gashias Eli- dijo la niña parando de llorar
-Nada, si te velven a moleta me lo dises ¿Shi?-
-¡Shi! Y Eli, ¿Chedes se mi amigo?-
-Shi, weno Naomi ete e Jim- señaló al pájaro de su hombro

-Ime Nao y e mu boito el pajaito- el infante sonrió.

Soltó un bostezo acurrucadose más entre ambas niñas, sus padres habían muerto por un accidente o eso le habían dicho. Se dio un golpe en la cabeza y no recuerda mucho de aquel día, sólo que cuando le contó lo que pasó a su amigo él le dijo que podía ir a vivir con él y con su familia.

¿Qué podía decir de su nueva familia? Qué eran unos raros, pero eso le gustaba. Estaba dejando atrás aquella faceta de chica tímida, para ser algo más abierta con los demás y más con su familia.

Le gustaba la relación que tenía con su nueva familia, eran muy cariñosos y tenía que tener cuidado de no convertirse en una Erin dos... lo sentía por sus primos y tíos, pero el término que tenía para referirse a su hermana mayor era de una «loca poseída por el diablo». En esta familia había un término raro que era ser un «shippeador»,  con el tiempo de convivir con ellos ha aprendido que es el formar parejas que le gusta. Suspiró mirando a la rubia que dormía frente a ella, ella era la peor de las dos gemelas con los ships... maldita Erin y maldita manía de querer que se convierta en una shippeadora como ella.

Cerró nuevamente sus ojitos verdes quedándose dormida al escuchar los balbuceos que soltaban dormidas, ¿Qué era un arbolito volador? ¿O era violador? No lo sabía, luego se lo preguntaría a sus padres o a alguno de los mayores
-Mami, papi, me guta eta famiia y me cheden musho... y queo que les pedo pedi un manito bebé shin que me mien raro...- sonríe levemente antes de caer dormida nuevamente

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