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[La Luna tiene dos caras, alineadas perfectamente con la Tierra.
Pero, ¿Qué pasaría si aquél lado oculto de la Luna fuera el que viéramos? ¿Y si añorara la luz del Sol a pesar de dañarle?]

"El Sol es como las personas... cálidas y brillantes, pero debes tener cuidado o te pueden quemar"

Aquella niña de cabellera azul verdosa caminaba hasta la habitación donde dormían dos pelirrojos. Llevaba un cuchillo y ocultaba su serio mirar en el gorro con orejas de su pijama azabache.

Aquella niña de ojos rosas normalmente era alegre, escandalosa y efusiva. Mas en estos momentos parecía otra persona.

Su nombre era Thea, es decir, Luna. Y la Luna tiene dos caras y no siempre, la iluminada es la buena.

La cara iluminada de la Luna se acercó a ambos pelirrojos con el cuchillo en mano y acabó con sus vidas de tal manera que me es imposible describir.

Tras terminar de matarlos escribió en la pared con la sangre de ambos un mensaje:

«No debisteis haber venido»

Aquella niña salió de la casa en silencio cuando la cara oculta de Luna volvió a aparecer
— Ahora... Ahora que soy un monstruo... ¿Os arrepentís de no haberme matado...?— la cara oculta de la Luna lloró en silencio mientras caminaba por las calles desiertas debido a la hora.

Se quitó la capucha y miró al Sol salir, sabía que moriría, pero poco le importaba
— Supongo que esto es el amanecer... Es muy bonito y cálido... Hey... ¿Podré observarlo otra vez...?— sonrió levemente dejando salir sus lágrimas, pero todo para ella se volvía negro, la Luna debía esconderse y ella no debía volver a mostrarse ante el mundo.

En la casa habían desaparecido bastantes personas, pues con la muerte de ambos pelirrojos muchas personas venidas del futuro no podrían nacer.

Aquellas gemelas idénticas, aquél niño de cabellera rojiza, aquella niña adoptada de cabellera rojiza y la menor de cabellera dorada del alba. Todos ellos hijos de ambos, mas esos no eran los únicos que habían venido del futuro, los hijos de aquellos niños también vinieron.

Tras despertar muchos se extrañaron al no ver a aquellas personas que solían dormir con ellos.

Un pequeño demonio de cabellera castaña oscura buscó a su pequeña novia por toda la casa, al no encontrarla sintió su pecho doler.

Él no fue el único, muchos buscaron a todos aquellos por toda la casa, sin éxito.

Estaban extrañados y aterrados, ¿Dónde habían ido? ¿Y por qué justamente todos los que tenían que ver con aquellos dos pelirrojos? Intentaron pensar en positivo, quizás habían vuelto al tiempo que les correspondía, pero era una aterradora casualidad.

Mas la peliazul de este tiempo tenía un malestar en su pecho, así que se dirigió a la habitación de aquellos pelirrojos.

El malestar en su pecho se hizo mayor cuando los vio muertos de aquella manera, y aquél mensaje en la pared escrito con la sangre de ambos le partió el alma.

¿Quién les había hecho eso? ¿Y por qué?

La joven peliazul con sus manos en su boca derramaba lágrimas sin cesar, había vuelto a perder a su familia o en este caso, parte de ella

— No... Esto es una pesadilla...— murmuraba en voz baja sin poder dejar de mirar los cuerpos sobre la cama.

Tiempo después el novio y mellizo de la joven peliazul entró también a la habitación, la había estado buscando. Al ver su estado no dudó en abrazarla, ella empezó a llorar desconsoladamente correspondiendo al abrazo. Él no pudo evitar llorar también.

Al escuchar el llanto desgarrador los mayores no tardaron en acercarse, fue un gran impacto porque al llevar casi un año conviviendo juntos, en una misma casa, tras pasar todo por lo que pasaron juntos... Los querían, eran su familia.

En otro lugar, en una casa llena de libros había dos rubias:

La mayor estaba colgada de una cuerda, tenía ojos castaños y tenía una edad de dieciocho años.

La menor era una rubia de apenas quince meses, tenía ojos de un celeste muy claro y su mirada era apagada.

— ¿Por qué me hicisteis tener una nueva vida si cuando comenzaba a amarla me quitais la oportunidad de haber nacido? ¿Sabes? Es doloroso... ¿Cuál fue mi error? ¿Fiarme de aquella niña que con lágrimas en sus ojos pedía la muerte? ¿O tal vez el no haber hecho más poder? Dime, ¿Qué hice mal? Porque yo no lo entiendo...— la niña comenzó a sollozar mirando a la mayor con pesar, lágrimas salían de sus ojos —. Por favor... ¿Qué tengo que hacer para ser feliz...? ¿Por qué me arrebatais esa oportunidad....?— la joven que colgaba de la cuerda se arrodilló ante la niña y la abrazó, dejando que soltara aquél pesar en su corazón.

°°°°°°°°

Miré a Alma a mi lado estaba llorando en silencio
— Alma...— murmuré
— M-Me prometí que lo cuidaría, que le daría un final feliz...
— No sé que decirte...
— Esto es un final alternativo... ¿Verdad?
— No... No lo es... Pero, podemos arreglar este estropicio... ¿Vale? Dame la mano y vayamos a esa casa— Alma se secó las lágrimas y me dio la mano, para llegar a aquél lugar.

°°°°

U

na vez allí pudimos ver la desgarradora escena, todos estaban llorando, algunos niños habían desaparecido... O bueno... Más bien muerto


— ¿Cómo lo arreglaremos...?
— Si la Diosa nos deja, podemos volver atrás en el tiempo
— Sí... Tienes razón...— apretamos el agarre de nuestras manos y murmuramos unas palabras y todo volvió a ser como antes.

No éramos vistos por nadie, así que con rapidez nos acercamos a la habitación donde yacía la niña y murmuramos unas palabras.

—Es una lástima que seas el lado oculto de la Luna, pero eso a él le ha venido bien. Enamórate y consigue tu final feliz, ¿Vale?— le di un beso en la frente y me marché.

°°°°°

Vuelta al mismo lugar... Podría haber sido un final alternativo, un final malo, un final verdadero... Pero no me veo capaz de hacerlo...

Miré a Alma a mi lado, se encontraba más tranquila después de haber revertido el mal.

¿Happy Ending?

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