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Una niña de apenas seis años se encontraba frente a un lago de aguas cristalinas. Lo miraba con cierto pesar, ¿Por qué le hacían eso? No le gustaba.

Suspiró, sus piernas y brazos dolían aquellas personas eran demasiado rudas.

Volvió a su hogar y miró a su hermano menor en la cuna
-Esto... lo hago por ti...- dijo acariciando su cabellera anaranjada.

-Cariño, ha llegado otro cliente. Ya sabes donde ir- dijo una mujer mayor, la niña asintió y se fue a la habitación donde le esperaba aquel hombre
-Sigues igual de preciosa que ayer- dijo con voz lujuriosa
-¿Puedo pedirle un favor...?-
-Claro, mientras no me pidas que no te de amor, todo estará bien-
-¿Puede evitar arrancarme la ropa? ¿Y ser más gentil?- suplicó con sus ojos carmesí
-Lo primero me parece perfecto, lo segundo lo intentaré- se acercó a la niña, quitándole la ropa con cuidado y empezó a «darle amor».

Volvió a aquel lago tras un largo día de trabajo, su familia era pobre y necesitaban dinero para sobrevivir.

Sus piernas dolían y sus partes sangraban, le dolía demasiado. Aquel hombre había sido demasiado rudo con ella.

Para su séptimo cumpleaños le habían regalado unas tobilleras con cascabeles, aquellos hombres parecían disfrutar del tintineo mientras lo hacían.

Décimo cumpleaños, ahora podían permitirse más cosas. Sus padres habían conseguido un trabajo estable, aún así la obligaban a seguir trabajando.

Duodécimo cumpleaños, aquellos hombres dejaron de venir con tanta frecuencia. Su cuerpo se había desarrollado a una temprana edad y tampoco querían ponerse protección.

Décimo sexto cumpleaños, ahora era su hermano menor quien trabajaba con su cuerpo. Más eso ella no lo sabía.

Meses más tarde se compró unos cascabeles, atando su cabellera con dos lazos puso aquellos cascabeles también atando su cabello. Le gustó como se veía.

Décimo octavo cumpleaños, llegó temprano a casa y vio a un hombre montando a su hermano menor. Tras terminar con él la montó a ella sin deshacer su peinado, le gustaba el tintineo de los cascabeles. Pagó el triple.

-¿Por qué...?- dijo en aquel lago -.¿Por qué a mí...? Perdón hermanito... No podré seguir...- sonrió con amargura y se tiró al lago.

Viendo tu vida pasar... es duro pero, ¿Por qué me muestras esto?

-Porque quiero pedirte un favor...-

¿Qué favor quieres que te cumpla?

-¿Qué pasó con mi hermano...?- me miraba con dolor, realmente quería saber y no era quien para negarlo.

El hermano de la joven, cayó en una profunda depresión. Le obligaban a comer y verse bien para aquellos hombres que disfrutaban jugar con él.

Con el tiempo hubo un hombre que quería mejorar la experiencia, tenía gustos extravagantes...

No quería seguir narrando, pero su mirada me pedía que siguiera. Así que con dolor lo hice.

Aquél hombre comenzó a ahorcar al menor mientras mantenían relaciones, un día en el éxtasis apretó de más su cuello y lo mató. Aún así pagó más de lo que debería en compensación por acabar con la vida del chico de cabellera anaranjada.

-¿Y qué pasó con mis padres...?- preguntó con un hilo de voz.

Ellos vivieron impunes.

Miré a la chica que tenía varios cascabeles, su mirada vacía y sus puños apretados me hacían entender que tenía un remolino de emociones dentro de sí.

¿Por qué simplemente no olvidas todo?

-¿Por qué crees que me pongo tantos cascabeles?-

No me refiero a eso, sino a tener una nueva vida, a empezar de cero.

-No- dijo cortante

¿Por qué no quieres? A tu amigo le está yendo bien. Tiene una familia que lo quiere, a vuelto a encontrarse con su hermana menor y-

-¡Te he dicho que no! ¡No quiero volver a nacer! ¡No quiero volver a sufrir!-

La vida no es de color de rosa, has vivido sólo una vez.

-¡Me da igual!-

¡Soleil ha vivido más vidas! ¡Ha sufrido en soledad! ¡Ha visto morir a seres que amaba! ¡Ha sido traicionada! ¡Le han arrebatado lo que más quería! ¡Y mirala! ¡Quiere vivir! ¡Quiere seguir y volver a encontrarse con su familia otra vez!.

Me dolió ver a la joven otoñal en el suelo llorando, pero había sido necesario para que comprendiera todo.

Oye... Venga... No llores... ¿Qué tal si vas a Terra a vivir? Puedes caer del techo y darle un infarto a más de uno.

La joven se rió levemente y susurró un "Quizás estaría bien volver a nacer y caer allí para encontrarme con él".

La joven se levantó del suelo y se dirigió nuevamente a la casa de libros.

Nos vemos en Terra, Akiko.

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