XIII

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Los escuchaba pelear, sentía ganas de llorar, ¿Por qué tenía que haber una guerra? ¿Por qué querían hacer daño a todos? ¿Por qué dejaba que ella controlase su cuerpo?
-Oye... ¿Por qué no podemos irnos con los demás...?-  pregunté, odiaba empezar a ser consciente cuando ella tomaba el control...
-Porque estoy harta de todos y todo en este mundo-
-Pero mis amigos...-
-Ya harás amigos nuevos- me respondió de forma borde. Quería llorar, me había encariñado con todos en este mundo... No quería perderlos...
-¿De verdad les importas?- ¿Q-Qué? ¿Una tercera voz? Tengo miedo, aún tengo siete años y no recuerdo nada sobre mí...

Cuando me volví a fijar el mi alrededor estábamos en una  casa abandonada, no había mucho pero sí lo suficiente para dormir. Ella se había acostado y abandonado la consciencia del cuerpo, así que ahora estaba frente a mí
-Kira... Tranquila no llores...- murmuró mirándome con culpabilidad, era una de las pocas veces que la veía como era:
Una chica de cabellera larga ceniza, piel algo pálida y ojos verdes. Tenía la apariencia de alguien de dieciséis años...  Se comportaba algunas veces como una hermana mayor, aunque otras en cambio le gusta hacer enfadar a la gente. Hace todo lo que yo no puedo hacer... Es bastante poderosa, bueno ambas lo somos, pero yo no controlo estos poderes... Soy un estorbo...
-Ahora mismo lo eres, ¿Por qué no eliminas a aquél que te hace débil? ¿Por qué no eliminas a esos que se hacen llamar tus "amigos"?- Otra vez esa voz... matar a ¿Mis amigos?
-¡No! ¡No pienso matarlos! ¡Los quiero mucho y nunca les haría daño!- grité para la tercera voz, en ese momento ella me abrazó con fuerza, dándome pequeñas caricias en la espalda
-Yo no te he dicho nada de eso... Yo sé que son bastante importante para ti... Así que no llores- se puse a sollozar, no se quien es esa tercera voz, pero me da miedo
-¿Tú no la escuchas...?-
-¿Escuchar a quién?-
-Una tercera voz... Tengo mucho miedo...- ella me miró con cariño y suspiró
-Necesito todo el control sobre tu cuerpo-
-No-
-Kira, hay una guerra y necesito que me des el control para ayudar al cheto. Te prometo que después de eso no te pediré el control y te enseñaré a controlar a esos peluches tuyos desde lejos para que asustes a más gente- no pude evitar reír, ella me ha estado cuidando mucho, nunca ha querido que haga algo malo, prefiere quedarse como un espectador que tomar el control de mi cuerpo, me ha regañado cuando he hecho algo mal... Ella sí me gusta...
-Vale, pero me tienes que enseñar a como controlar a los peluches desde lejos para asustar más a la gente- lágrimas se escapaban de mis ojos violetas mientras sonreía, sabía que me iría a dormir hasta que pasara todo -.Oye... ¿Cómo quieres que te llame? Siempre utilizas mi nombre completo para diferenciarnos, pero sería raro que yo te llamara Kirai...- murmuré en un tono bajo de voz, me daba vergüenza
-¿Nishi quizás?-
-Que nombre más raro...-
-Es lo contrario al tuyo, el mío es "nacida por la noche" mientras que el tuyo indica luz- la miraba algo más tranquila
-Cuando acabe todo... ¿Volveré a verlos?- pregunté
-Creo que sí... Si tú quieres quedarte, yo me quedaré también. Y además, ¿Tan rápido te acostumbras a dormir con Ewan?- inflé mis mejillas en señal de molestia ante el tono de la última pregunta, yo lo quiero mucho y eso, pero de ahí a que me guste como novio hay un paso grande
-Mala- le dije al ver como se reía.

Tenía el espejo en mano, buscando la tercera voz que dijo Kira y era frustrante. ¿Por qué sólo ella era capaz de escucharla? ¿Acaso...? No, debe de ser imposible... suspiré y tras ver la luz del Sol decidí ir a ayudar al cheto con su batalla. Si ese mundo quedaba para el arrastre, Kira se pondría a llorar así que sacando mis alas azabaches me dirigí a ayudar al cheto
-Por una vez, voy a demostrar de lo que soy capaz-

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