Se encontraba en su casa, concretamente en la biblioteca. Su hermana había salido hace un rato a dar una vuelta por el bosque y aún no había vuelto, quizás tan sólo era unos pocos minutos mayor que ella, pero se preocupaba en demasía.
Tras una hora decidió ir a buscarla llevándose un abrigo para ella, hacia frío en la calle y si viviás en mitad de un bosque más. Buscaba en todas partes, mientras rogaba por que esa pequeña pelirroja de lacios cabellos que le llegaban a la cintura estuviera bien, sabía lo torpe que era no debía haberla dejado sola.
-¡Lizzy!- llamó a su hermana cuando la vio, estaba cubierta de sangre y tenía varias heridas, ella se giró a verlo entre lágrimas -Tranquila... No pasa nada- le dio un beso en la frente y la abrazó con fuerza tras ponerle el abrigo
-No soy un monstruo...- murmuró entre tartamudeos
-No lo eres, sólo te estás defendiendo de ellos- decía con suavidad, la pelirroja de ojos dorados como el Sol se aferró más a su hermano sollozando.Odiaba a aquellas personas denominadas como «cazadores», sólo buscaban hacer daño desde que el maldito gilipollas que los gobernaba empezó a tratar a los demonios mestizos como esclavos, la nueva moda era ir a por su hermana que podía tener las características de un kyubi, transformandose en un semi-zorro. Ella no era un demonio, era una maga como él, tampoco era un jodido monstruo por defenderse de aquellas personas que querían llevársela o matarla
-Esos cabrones deberían morir todos- murmuró con veneno en su voz, él era igualmente pelirrojo más sus ojos eran de un azul profundo
-Allan... tengo miedo...- murmuró la chica, quizás había matado sin dudar y sin remordimiento en su conciencia, más aún tenía tan sólo 12 años recién cumplidos
-Tranquila pequeña, yo te protejo- le dio un suave beso en la frente a su hermana, ésta sonrió levemente
-Gracias- murmuró.Despertó en un lugar extraño, ¿Dónde estaba? Le dolía la cabeza, buscó a su hermana y suspiró aliviado al verla a su lado ¿Qué hacían en este lugar?. Movió suavemente a la menor de los dos con intención de despertarla, estaba murmurando cosas extrañas dormida, aunque eso era normal
-Lizzy, despierta- movió nuevamente a la pelirroja que abrió con pesadez sus ojos, abrazandose a su mellizo con intención de seguir dormida -No, despierta- la pelirroja murmuraba quejas pero se despejó y miró a su alrededor
-¿En dónde estamos?-
-No lo sé...- suspiró y al instante vio a una chica mayor que ellos, de cabellera carmesí atada en dos coletas; sus ojos eran de un azul bastante oscuro, parecían ocultar un millón de cosas en su mirar; poseía una piel pálida sin llegar a ser enfermiza; llevaba puesto una camiseta de manga larga, de un color rosado; unos guantes grises que cubrirán sus manos del frío; una falda amarilla pálida, tenía algo de vuelo y le llegaba un dedo por encima de la rodilla; unas medias gordas de color blanco, parecía que tenía pelos por dentro y unas botas de un marrón claro que le llegaban dos dedos por debajo de las rodillas, también poseían algo de tacón.La chica pelirroja resultó ser su hermana mayor, aunque al principio no se lo creían pues su madre nunca les habló de una hermana, terminaron creyéndole debido a que también dominaba los cristales hechos de magia pura, algo que tan sólo un Collins era capaz de hacer. Los llevó a una casa, bueno más bien mansión de dos chicos rubios idénticos, gemelos eran y no eran los únicos que vivían ahí; también habían dos chicos más, una chica castaña de ojos carmesí con marcas en la cara de igual color que sus ojos, el chico era idéntico a ella; lo más singular de ambos eran unos cuernos de demonio negros y una cola de demonio de un carmesí negruzco. ¿Quién dice que los demonios no existen? Ellos no sabían que hacer al ver a dos demonios del mismísimo infierno vivir ahí...
Jamás se esperaron que aquella casa se encantara, jamás esperaron encariñarse tanto con esas personas a tal punto de considerarlos parte de su familia, pero ¿Sabes? No se arrepienten, quizás lleven casi 4 meses en ese mundo, pero han pasado tantas cosas extrañas y algunas divertidas. La pobre pelirroja menor ya no disfruta de asustar al joven demonio, porque debido a que le ha cambiado la voz ya no grita tan agudo. Quizás no puedan volver a su antiguo mundo, pero ey, no te preocupes son felices.
Porque nada puede acabar con esa felicidad, ¿Verdad?
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Historias Alternativas
Random"Empezó como un escape de la realidad, quería escapar de éste lugar, por eso empecé a escribir en este libro de tapa rojiza. No sé cuánto tiempo aguantaré vivo, pero no quiero que este libro muera conmigo. Tras mi muerte pasarle el libro a otra per...