XXII

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Mami dice que tengo que ir a un médico porque sufro terrores nocturnos. Lo que ella no sabe es que son recuerdos de mi vida pasada.

Ah, no me he presentado, mi nombre es Soleil Collins, pero me dicen Sol de cariño; tengo tres años y soy la menor de cinco hermanos.

Mi anterior vida fue muy dura y aunque tengo algunos recuerdos algo borrosos, recuerdo varias cosas. Empecemos:

En mi vida pasada me llamaba Alice y era la mayor de tres hermanos. Mis padres murieron cuando mi hermano menor tenía apenas un año, no fue hasta tiempo después que me enteré de quien provocó todo.

Me convertí en la madre de mis hermanos pequeños con tan sólo nueve años, y lo único que me quedaba de mis padres era mi bastón.

En mi pueblo había un niño travieso, no se estaba quieto y se metía en muchos líos. Debido a eso varios niños lo apartaban, dejándolo solo.

¿Qué puedo decir? Yo tampoco tenía muchos amigos, y los pocos que tenían me llamaban Sol por mis poderes y por nacer el día del Solsticio de verano.

Mi primera amiga fue un pequeño ser de luz al que llamé Stella, con forme fui creciendo creé más de aquellos seres cada uno de un elemento y los nombre referente a su elemento. Al día de hoy aún puedo crearlos, pero no los necesito.

A los siete años, empecé a hacer amigos, me llevaba  bien con ellos. Pero como se enteraron de que no tenía padres y que me encargaba de cuidar a mis hermanos.

Con tan sólo diez años me convertí en la madre de mis hermanos pequeños, los ponía a ellos antes que a mí. Y apreció un niño, un travieso niño de cabellera castaña y ojos oscuros que se preocupaba por mí, me decía que era el Sol de sus días, que me quería y amaba... Y aprendí que esas palabras eran veneno... Un dulce veneno.

Mami y papi dicen que no me debo de preocupar por Daren que si aparece ellos me protegerán. Y eso me hace feliz, me comporto como una niña pequeña y ante mis trastadas me regañan como a mis hermanas.

Daren era alguien que quería verme feliz, que quería hacerme brillar, que alejaba a todo mal... Oye Dylan, ¿Cómo podéis ser tan parecidos y la vez tan diferentes?.

Siguiendo con Daren, cuando teníamos trece años nos hicimos novios, era muy feliz con él y no noté lo controlador que se volvió. Yo nunca hice caso a sus amenazas, pero me seguía a todos lados.

Cuando cumplí catorce empecé a notar algo raro, todas las personas nos miraban raro... Un día se acercaron a mí y negué todo lo que me decían de Daren... Y fue mi peor error...

Un mes antes de mi cumpleaños Daren vino a mi casa mientras yo no estaba y mató a mis hermanos... Mató a mis bebés... Los crié yo... Yo era su madre... Y él los mató a sangre fría... Acabó con mi razón para brillar...

Cuando llegué a mi casa y vi los cuerpos de mis bebés... Mutilados, sin sus manos... ni orejas... sin ojos...

La niña de cabellera del alba dejó de escribir mientras secaba sus lágrimas, al no poder pararlas se fue a buscar a su padre, quién la cogió en brazos con cariño y cuidado
-Tranquila, no pasa nada Sol- tranquilizaba a la infante, dándole un cariñoso beso en la cabeza -. No llores, todos estamos contigo... ¿Luego vamos a ver a los titos? Así puedes jugar con Dylan- el adulto sonrió levemente al ver como la mención de su sobrino la animó un poco.

-Sí, ¿También podemos hacer cosquillas a los primos Hiro y Amane? ¿Y vestir de princesa al primo Hiro?- preguntó la menor una vez que dejó de derramar lágrimas
-Claro que sí, hasta puedes poner rojito al tomate de tu tío- la rubia río feliz y le dio un besito en la mejilla a su padre con cariño
-Papi, ¿Me sueltas?- el mayor asintió y dejó a su hija en el suelo.

Volví, perdón por eso, pero me puse muy triste... Mejor no tocar ese tema sensible.

Bueno, cuando me enteré que Daren lo hizo me enfadé a tal punto que casi dejé ciego a alguien.

¿Qué pasó con Daren? Lo dejé vivir, no pude matarlo. Lo seguía amando, pero con forme pasó el tiempo ese amor se convirtió en odio.

Chica de los cascabeles y compañía, ¿Alguna vez habéis sentido ese odio puro hacia alguien? Yo es lo que siento hacia Daren.

Cuando cumplí los dieciocho, me suicidé y llegué a una casa de libros siendo un bebé. Me encontré con una niña extraña con muchos cascabeles que disfrutaba tirar y me mandaron a una casa donde al parecer estaban mis padres y mis tíos de jóvenes junto con mis hermanos y primos.

Con el tiempo me he ido encariñando mucho con todos, sobretodo con Dylan.

Dylan es mi bebé, lo amo mucho mucho y lo cuido mucho. Él también me cuida si me ve mal, siempre trata de verme feliz y si no le presto atención se pone triste. A veces cuando estoy con Robin (mi único primo de sangre) se me pone celoso y es que es tan tierno.

Y si ocurre no me importaría enamorarme de él y ser su novia, aunque por ahora sólo lo veo como mi hermanito bebé. Si algunos de los shippeadores de mi familia se entera de esto nos shippearian aún más...

Somos en total veintinueve primos (Aunque no sé si los Kagamine cuentan como primos) Pero la gran parte de los primos son por parte de mis tíos Hikaru y Ethan que después de adoptar a sus dos hijas de 13 y 14 años, adoptaron a 10 gatitos traviesos de mi edad.

¡Amo a esos gatitos! ¡Son muy tiernos! ¡Y si le acaricias la cabecita ronronean!

Y tengo cuarto primos que son demonios del infierno, pero no sé si considerar a Akito primo al ser novio de Erin...

Chica de los cascabeles, gracias por todo. Gracias por una oportunidad más, soy muy feliz con mi familia.

¡Aunque tengo a dos hermanas malvadas que me hacen cosquillas! ¡Eso no es justo! ¡Ellas no tienen! ¡Le voy a pintar un corazón a Haru en la frente con la inicial de Pear! ¡Y a Erin le voy a molestar diciendo que va a tener cinco demonios muy tiernos!

Me encanta mi familia, la amo mucho y aunque sea enorme y muy rara que me ama mucho y yo los amo mucho.

Amo a mis bebés cuando era Alice y amo a mi bebé siendo Soleil, y ésta vez me encargaré de ser feliz.

¿Lo más raro de mi familia? Que creo que me faltan primos por contar y que tengo por tío un Dios de los chetos que hace que mami diga malas palabras.

Acabo de venir de la casa de mis tíos Koizumis y con un regalo que me ha hecho mi bebé.

Es un peluche de un pequeño perrito de ojos grandes.

Me lancé a darle besitos por toda la carita a Dylan. Es que era para verlo:

Tenía sus mejillas un poquito rojas porque él eligió el peluche, se mostraba algo tímido... ¡Es que mi bebé es achuchable! Pero también es muy travieso y es un shippeador peor que Erin...

Para terminar diré que odio a Daren y que amo a mi nueva familia.

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