XXXI

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Otra vez estabas con la mirada gacha, cada vez te pasa más.

Deja de ponerte tantos cascabeles para olvidar tu pasado, deja de negarte la oportunidad de ser feliz.

Vuelves a ordenar los libros deseando que el tuyo desaparezca, ¿Por qué te niegas a volver a vivir?.

Se que has pasado una vida difícil, no te culpo por ello. Pero si aquellos niños son capaces de seguir viviendo otras vidas a pesar del dolor de algunas ellas, ¿Por qué no te das tú también una segunda oportunidad?.

No niegues otra oportunidad a la vida, date una oportunidad más.

Vuelves a negar con la cabeza, ¿Qué tanto cuesta empezar de cero?.

Últimamente observas a tu amigo, sé lo que te pasa, no quieres que se vaya.

Vamos, no seas así, una segunda oportunidad te llama, ¿Acaso no vas a tomarla?.

Siempre dices lo mismo... Y yo te vuelvo a insistir, déjame darte una segunda oportunidad.

No me vengas con palabrerías, ¿A qué temes?.

Por favor, no escondas la verdad en miles de escusas.

Mira a aquella chica, le dimos otra oportunidad en la vida y ha sido feliz.

No desvíes la mirada, no hagas como si mi existencia fuera nula y desconocida para ti.

Tu amigo de cabellera negruzca se acercó con timidez a ti.

"Suzu..." te llamó suavemente por aquel mote que te tenían.

"¿Qué pasa?"  Te hiciste la desmentida, la que no sabía nada.

"Quiero..." dudó por un momento el continuar hablando "Quiero volver a vivir" habló en un débil susurro desesperado y roto.

"¿Por qué...?" Fue lo único que salió de tus labios.

"¡Quiero ser feliz! ¡Quiero estar bien con una familia! ¡No quiero que el recuerdo de mi suicido me robe una oportunidad para vivir! Quiero volver a respirar con estos pulmones llenos de agua..." exclamaba mas con forme avanzaba su voz se apagaba soltando un sollozo.

Miraste al joven con decepción y traición, él sólo quería ser feliz.

¿Por qué eres así?.

Te fuiste del lugar sin dirigirle la palabra, tus cascabeles resonaban por todo el lugar.

Te fuiste aguantando tus lágrimas saladas, ¿Por qué eres tan egoísta?.

Al día siguiente fuiste hacia él con una disculpa en la punta de la lengua.

Te disculpaste con él y le pediste que fuera feliz.

"Alejate de los lagos, y de las locas colgadas de una cuerda en el árbol"  le comentaste haciendo que una risa saliera de sí.

"Espero que puedas ser feliz en otra vida" susurró en tu oído y se desvaneció.

Cogiste un libro donde salía un chico de cabellera azabache en la portada y sonreíste al ojear las páginas.

"Que seas muy feliz en tu nueva vida" dijiste sin notar como  una traviesa lágrima recorría tu mejilla.

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