XIV

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Llegó el invierno y con él, la Navidad. La casa estaba patas arriba debido a que ocho pequeños niños con orejas y colas de gatito eran perseguidos por su prima de tres años, esta poseía una corta cabellera dorada como el alba y ojos azules tan claros como la escarcha
-¡Venid aquí!- decía entre risas
-¡No!- respondieron los ocho gatitos de tres añitos entre risas.

En otra esquina habían dos hermanos pelirrojos de 4 años estaban decorando el árbol de Navidad, pues sus padres decían que si lo arreglaban bien vendría un señor gordo y pondría regalos bajo el árbol
-Oye Nao, ¿Cómo crees que entrará ese señor?-
-No lo sé... Quizás entra como por arte de magia-
-Humm...-

También había un par de rubias muy similares entre sí de cinco años y estaban haciendo un lío a sus primos para que averiguaran quién era quién
-Humm... ¡Tú eres Erin!- señaló a una gemela
-¿Seguro?~- preguntó la otra y así llevaban ya cerca de una hora.

Por otra parte estaba el más travieso de la casa, un pequeño niño de tres años de cabellera azulina y ojos igualmente azules. Este infante estaba colocando muerdagos por todos lados, su objetivo era que sus hermanos mayores se dieran un beso en los labios y por sus poderes de agua que lo iba a conseguir.

-¡Hiro, Amane!- corrió hasta ellos un pequeño bicho travieso
-¿Hum? ¿Qué pasa Dylan?- preguntó el mayor de los tres hermanos, el menor se montó en el sofá y puso un muerdago sobre las cabezas peliazules de sus hermanos
-¿En serio? Bueno, un beso toca ¿No?- dijo la joven peliazul, dándole un pequeño beso en la mejilla a su hermano mayor.

El resto del día transcurrió con tranquilidad y normalidad, estaban la mayoría de los primos jugando a verdad o reto; cosa que se le ocurrió a dos hermanas pervertidas; los mayores al principio no quisieron, pero la mayor de los Collins les había enseñado el móvil con una sonrisa malvada y sabían que eso significaba peligro.

Así que ahí se encontraban jugando a verdad o reto
-¡Amane, ¿Verdad o reto?!- preguntó una gatita de ojos verdes
-Reto-
-¡Te reto a dormir con Hiro!-
-Vale, no pasa nada por dormir juntos como cuando niños y Ryan, ¿Verdad o reto?-
-¡Reto!-
-Te reto a maullar- el pequeño gatito maulló, haciendo que la mayoría de la casa se muriera de ternura.

-¡Liren, ¿Verdad o reto?!- preguntó feliz uno de los gatitos una vez que revivieron, este tenía algunas pecas
-Humm... Reto- dijo el rubio que vino del espejo
-¡Te reto a dale un besito en la boquita a Leri!- exclamó el pequeño
-Vale...- dijo y al momento de darle un besito en la boquita este se puso como un tomate, la rubia tenía que usar todo su autocontrol para no lanzarse a comerle la carita a besos al pequeño tomate que tenía por novio
-Sol, ¿Verdad o reto?- preguntó el rubio a la niña de cabellos del alba
-Verdad...- dijo apoyada en el regazo de su primo pelirrojo
-Humm... ¿A quién quieres más? ¿A Dylan o a Robin?- preguntó el pequeño tomate
-Yo quiero mucho a los dos, quiero a mi bebé y a mi primito- habló a adormilada. El menor de los Koizumi miraba la escena algo molesto
-¡Sois muy shippeables! ¡Te shippeo tanto con Dylan como con Robin!- exclamó una rubia con lazo
-¡Sí! ¡Bonitos!-
-¡Con Dylan más!-
-¡No! ¡Con Robin-
-¡A mi me gustan los dos!- y así hubo una mini guerra entre ocho gatitos por que shipp era más tierno, las dos hermanas mayores los miraban orgullosas de esos ocho bebés que habían educado para que fueran unos shippeadores

-Pear, ¿Verdad o reto?- preguntó más dormida que despierta
-¡Verdad!-
-¿Cómo es que te has traído a Haru aquí?-
-¡Lo he secuestrado!- exclamó feliz abrazando más al, dormido, Haruki
-¡Bonitos!-
-¡Tiernos!-
-¡Haru tomatito!-
-¡Pasivo como papi Hikaru!- los ocho gatitos, parecían pequeños loros que no callaban nunca
-Humm... ¡Primo Shigeru, ¿Verdad o reto?!- preguntó la pequeña rubia a su castaño primo
-Verdad- dijo tranquilo abrazado a su gemela y novia
-¿Cuándo tendréis bebés?- preguntó con inocencia, causando un rubor en ambos demonios
-C-Cuándo seamos grandes...- dijo arvengozado
-¡Pero ya hacéis bebés!-
-¡El primo suelta muchos "Ah"!- 
-¡Le gusta hacer bebés con Akane!-
-¡Porque es un pervertido!-
-¡Akane también es una pervertida!-
-¡Le gusta hacer que el primo suelte muchos "Ah"!-
-¡Le gusta pasivearlo!-
-¡Le gusta sentarse encima de él!-
-¡Y darle muchos besitos!- la cara de ambos Kageru era un poema, estaban totalmente ruborizados
-B-Bueno... Yuu, ¿Verdad o reto?-
-¡Verdad!- dijo el gatito de cabellera castaña oscura
-¿Te gusta alguien?- el demonio había sacado su instinto shippeador
-¡Nop! ¡Haya, ¿Verdad o reto?!- movía su colita felizmente
-¡Verdad!-
-¿Eres pasiva o activa?-
-¡Soy activa!- exclamó la niña de ojos rubíes
-Dylan, ¿Verdad o reto?-
-Verdad- dijo mirando fijamente a Soleil y a Robin
-¿Estás celoso?- preguntó con leve picardía
-¡No!- exclamó el peliazul
-¡Y la prima Amane es Santa!- exclamó la mayor de los Collins junto con tres gatitos, la peliazul mencionada se puso a reír como loca al igual que el resto de primos despiertos
-¡Moo!- exclamó el niño -.¡Hiro, ¿Verdad o reto?!- preguntó el infante
-Venga reto- dijo pensando en que nada malo podría pasar, pobre iluso
-Dale un besito largo en la boquita a Amane- ambos hermanos miraban al menor estupefacto, ¿Qué manía tenía con shippearlos? Y lo peor de todo era que no podían evitar ese reto.

Miró a su hermana menor, ella tampoco quería ese beso, pero tampoco eran como si pudieran negarse debido a que si no lo hacían sería peor
-Si no hay más remedio...- el joven peliazul suspiró y le dio un beso largo en los labios a la peliazul, quién correspondió sin sentimiento
-¡Bonitos!-
-¡Se van a hacer novios!-
-¡Se quieren mucho!-
-¡Y van a tener muchos bebés!-
-¡Pear, no grabes a la gente!- regañaron a la menor una vez se separaron del beso
-¡No estoy grabando! ¡Estoy echando fotos!- se excusó
-¡Pues para de hacer fotos!- el mayor de los Koizumis tenía un leve rubor en sus mejillas, más no estaba enamorado -.Pear, ¿Verdad o reto?- quería en demasía a esa niña, aunque le sacara de quicio más de una vez
-¡Reto!-
-Te reto a que no cojas el móvil hasta que te acuestes-
-¡No! ¡¿Entonces cómo voy a grabar y a hacer fotos?!- se quejaba
-No las haces-
-¡Pero primo!-
-Nada de peros-
-Ya tenemos a un perrito- dijo señalando a su prima Ryoko que hablaba animadamente con uno de los loritos que habían adoptado sus padres.

Tras varias horas de jugar y hablar los únicos en pie eran los ocho gatitos y Dylan. ¿Qué haría malo Dylan? Asustar a su prima Akane poniéndole una cucaracha de mentira en la cara, la movió un poco y esta se despertó. ¿Gritó? Gritó tan alto que despertó a toda la casa, los ocho loritos y el bicho de cabellera azul aguantaron la risa lo más posible.

Uno de los padres de los ocho gatitos tuvo que dormir a sus hijos con magia y a Dylan lo mandaron a una cuna de la cual no se podía salir, tras eso consiguieron dormir tranquilos.

A la mañana siguiente los gatitos sacaron al peliazul de la cuna y se pusieron a pintar la cara de todos...

¿Moraleja? Encerrar también en cunas a los loritos

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