JUSTIN.
"Estoy a 3 minutos de tu casa, nos vemos en la siguiente cuadra" -enviado a Mía.
"Llega hasta mi casa" -respondió al instante.
"Deberías evitar problemas con tu papá, sé que no le agrado" -respondí.
"Llega-hasta-mi-casa :)" -repitió en su mensaje y reí al leerlo.
Anoche cuando llegue al departamento Ryan no tardó mucho en llegar y me miró con cara de pocos amigos, él no quería ir a esa fiesta y fue solo por acompañarme, pero olvidé decirle que iría a ver a Mía, no tardé más de 5 minutos en pensar que debía seguirla cuando él la llevó a su casa. Jamás he sido bueno para hablar sobre chicas, ese no es un tema de conversación con mi amigo, generalmente solo hablamos de chicas para decir quienes irán a casa, pero luego ni si quiera las mencionamos cuando se van. Ahora tengo ganas de hablarle de Mía, pero me avergüenza verme como un idiota, por eso prefiero guardarme las cosas en estos momentos.
Me estacioné justo fuera de su casa y ella no tardó en salir, su padre miró por la ventana con mala cara pero lo ignoré y preferí mirar a Mía que estaba caminando hacia mí con una leve sonrisa, últimamente no ataba su cabello ni se vestía con ropa que parecía que era lo primero que encontraba, desde hace unas semanas que ha dejado de hacerlo, a pesar de esas cosas siempre lucía hermosa de todos modos, pero ahora luce más hermosa aún y no es por su ropa o su cabello que por cierto luce sexy, es por su sonrisa. Me siento como un idiota cada vez que la veo, sé que la miro anonadado como si nunca antes hubiera visto una mujer hermosa, pero cuando sonríe la miro más sorprendido aún, si me esta sonriendo a mí definitivamente eso merece que me vea como el mayor de los idiotas al mirarla.
-¿Cómo estas? -le pregunté al tiempo que besaba su mejilla, aunque muriera de ganas por besar su boca.
-¿Bien y tú?
-Bien, ¿tienes la dirección de dónde debemos ir? -pregunté y ella buscó un papel entre sis cosas y me lo entregó.
-Estas a tiempo de arrepentirte de ser mi chofer -alzó las cejas frunciendo los labios.
-No soy tu chofer -rodé los ojos como ella lo hacía siempre-. Soy tu nuevo amigo.
-Sí, claro, y yo aún creo que barney es un dinosaurio que vive en nuestra mente -reí al escucharla.
-En mi mente no vive barney -le abrí la puerta del auto y ella agradeció pero ignoró mi indirecta-. ¿Tú papá es sobre protector y odia a todo el chico que se te acerque o solo a mí? -pregunté cuando subí al auto también y prendí el motor del auto.
-No lo sé ni tampoco me importa, eres el único chico que ha visto acercarse a mí.
-¿Y Dylan?
-Sabe que es mi amigo, quizá tú no tienes cara de tener amigas -la mire de reojo y ella sonrió-. Lo siento, no volveré a decir eso, debe ser molesto que saque tu reputación en cada conversación.
-Sí, lo es -encendí la radio a volumen muy bajo.
-Puedo preguntar cosas sobre ti? Ahora que sabes algo importante sobre mí -me dijo.
-Claro -respondí enseguida.
-¿Por qué peleaste con tu papá y no hablan hace tanto tiempo?
-Lo vi engañando a mi mamá -dije luego de unos segundos, a pesar de que es algo que solo Ryan sabe, ella me inspira confianza.
-Oh, lo siento mucho, no debí preguntar eso.
-No te preocupes -le sonreí un poco.
-¿Ella lo perdonó? -su volumen de voz bajó.
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Dulce Tormento © #1
Teen FictionMía se preguntaba cada día cómo iba a superar la repentina muerte de su madre, y el hecho de vivir con un padre que la había abandonado años atras. Tan solo era una niña de diecisiete años y la vida se le había roto en mil pedazos. Mudarse a una ci...