MÍA.
Una fina capa de sudor me cubría todo el cuerpo cuando desperté a las 4 de la madrugada por una pesadilla, fue algo confuso, ni siquiera recuerdo claramente como era todo, solo recuerdo que tenía mucho miedo y que estaba mi mamá, mi papá y Justin. Siento mi corazón acelerado aún, pero intento volver a dormir y aunque tardo bastantes minutos en conseguirlo, finalmente me volví a dormir aunque despertando cada ciertos minutos hasta que finalmente era hora de ir al instituto y me di una ducha fría antes de vestirme.
-Hoy voy por ti a la escuela –le dije a Tomás mientras desayunábamos y él sonrió emocionado.
-Vas con... -comenzó a hablar y se detuvo enseguida, miró a mi papá por segundos, él no le dio atención.
-Sí, voy con Justin –respondí con una leve sonrisa, mi papá levantó la mirada desde su periódico enseguida.
-¿Lo dices intencionalmente para que me moleste? –arqueó las cejas.
-Claro que no –rodé los ojos-. Lo digo porque no tengo nada que ocultar, no estoy haciendo nada malo.
-¿Desobedecerme es algo bueno? –mantuvo su expresión seria.
-No sabía que a mis casi 18 años podías controlar mis amistades –hablé en todo irónico.
-Casi 18, cierto –asintió-. ¿Has pensado qué quieres para tu cumpleaños?
-Tener un día agradable, sería bueno –desvié la mirada.
-Deberíamos hacer una fiesta en casa –dijo Javiera y la miré en silencio-. Deberías –rió.
-O una cena –propuso Angela, que por primera vez opinaba en algo que tuviera que ver conmigo. Supongo que ahora, pensando con la cabeza fría, puedo ver que después de todo ella jamás ha sido entrometida-. Lo que quieras Mía.
-No quiero nada –suspiré-. Supongo que ni siquiera estaré en casa ese día, pero gracias.
-¿No? –mi papá se sorprendió.
-No quiero llegar tarde –me puse de pié ignorándolo-. ¿Nos vamos?
Javiera se puso de pié enseguida y luego Tomás, los tres salimos afuera y mi papá no tardó en seguirnos. Como siempre el viaje fue en silencio, yo solo me hundía en mi mundo con mis audífonos, mientras sentía un leve dolor de cabeza por haber dormido tan mal.
Bajé del auto casi corriendo y caminé mirando mi celular, por lo que choqué con alguien.
-Lo siento –dije y levanté la mirada rápidamente, para ver la cabellera rubia y los grandes ojos de Kate frente a mí.
-No lo sientas –sonrió levemente, una sonrisa maliciosa-. Me agrada encontrarme contigo, supongo que debemos hablar.
-Lo dudo mucho, no tengo nada que hablar contigo –sonreí sarcásticamente y continué mi camino, pero volvió a pararse frente a mí.
-¿Acaso no quieres preguntarme sobre lo que dijeron en el diario escolar? Creo que hablaron de ambas –volvió a sonreír.
-No tengo nada que preguntarte –respondí de manera tranquila-. Lo que decía ese diario era una estupidez, no creas que me lo tomé enserio, sin rencores Kate –sonreí ampliamente y su sonrisa desapareció.
-No estoy tan segura de que así sea, deberías saber que conozco lo suficiente a Justin como para advertirte sobre él.
-¿Advertirme sobre mi novio? –sonreí y su rostro pareció enfurecerse-. Oh no te preocupes querida, lo conozco, es mi novio.
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Dulce Tormento © #1
Novela JuvenilMía se preguntaba cada día cómo iba a superar la repentina muerte de su madre, y el hecho de vivir con un padre que la había abandonado años atras. Tan solo era una niña de diecisiete años y la vida se le había roto en mil pedazos. Mudarse a una ci...