Me miré al espejo por tercera vez, no pensé que usaría ese vestido en algún momento, pero ahora pareció ser un buen momento. Mi mamá lo usaba para reuniones de trabajo, a ella le encantaba ese corte en punta que tiene en la parte delantera sobre las piernas, más aún los detalles de los costados, estoy segura que ahora me estaría repitiendo que le encanta como me veo, le encantaba que usara sus vestidos. Y decidí llevar el cabello suelto con mis ondas esparcidas, porque así era su cabello y me gustaba parecerme a ella.
-¿A qué hora vengo por ustedes? -preguntó mi papá cuando dejó a Javiera y a mí en la puerta del evento.
-Dylan irá a dejarme a casa -dije enseguida.
-Mía, tengo que venir aquí de todos modos por Javiera, puedes irte conmigo -frunció las cejas.
-No quiero que parezcamos hermanas -rodé los ojos-. Dylan me llevará -bajé del auto.
-¡Hija! -me dijo antes de que me alejara y me acerqué a la ventanilla-. Te ves... te ves como ella -se refirió a mi madre y mi rostro cambió-, te ves hermosa -sonrió un poco e hice lo mismo.
-Gracias, adiós -dije con una leve sonrisa y algo de nostalgia.
-Wow, pero que maravilla ven mis ojos -sonrió Dylan saludándome de un beso en la mejilla-. Te ves preciosa.
-Gracias, tú también estas guapo -guiñé un ojo sonriendo-. ¿Te decidiste a cantar hoy?
-Estas loca -sonrió y vi a Any caminar hacia nosotros, llevaba un vestido corto de color azul, hacia notar sus curvas que generalmente ocultaba, al igual que yo.
-Te ves hermosa -besé su mejilla.
-Hoy me ganaste totalmente, necesito tomar una foto de esto -sacó su celular y se lo entregó a Dylan para que nos tomara una foto.
La fiesta tenía un ambiente de fiesta de graduación, porque así estaba decorado el lugar, con globos y cosas de ese estilo. Sobre el escenario había una batería y dos guitarras, pero aún nadie estaba en él, al parecer primero dejaban que las personas disfrutaran de la fiesta unas horas. Bebimos algo mientras estábamos en grupo con los chicos en una esquina del lugar, poco a poco el lugar se llenaba y la pista de baile estaba repleta.
Habían pasado cerca de tres horas cuando la primera banda hizo su presentación, eran chicos atractivos que cantaban algo de rock, todas las chicas se volvían locas. Luego fue el turno de los hombres, una chica se presentó como solita. Así fueron pasando varios valientes, pero entre cada presentación la música continuaba y todos seguían bailando.
-Esa luz me está mareando -le grité a Any.
-¿Quieres ir afuera un momento? -me respondió con otro grito y asentí.
Caminamos por entre las personas intentando llegar a la salida, sentí una mano que me tomó con delicadeza desde el brazo y me voltee asustada, lo primero que vi fue la sonrisa de Justin y sus ojos fijos en los míos.
-Hola -sonrió.
-Hola -grité cerrando los ojos porque nuevamente esa luz que encendía y apagada a mil por hora me estaba mareando.
-¿Estas bien? -se acercó más.
-Quiere ir afuera -se adelantó a responder Any-, esa luz la marea.
-Iré con ella -escuché decir a Justin.
-Procura mantener respeto hacia mi amiga -advirtió Any.
-No te preocupes -sonrió Justin.
Seguí caminando hacia afuera sin darle demasiada importancia a la compañía, solo quería salir. Respiré profundo en cuanto estuve afuera y Justin me dio una mirada rápida de los pies a la cabeza.
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Dulce Tormento © #1
ספרות נוערMía se preguntaba cada día cómo iba a superar la repentina muerte de su madre, y el hecho de vivir con un padre que la había abandonado años atras. Tan solo era una niña de diecisiete años y la vida se le había roto en mil pedazos. Mudarse a una ci...