Desperté con Jeremy a mi lado y recordé todo lo que había pasado la noche anterior, tenía la esperanza de no recordar nada debido a la borrachera, pero no fue así, si recordaba todo.
-¿Cómo estás? -me preguntó Jeremy abriendo los ojos con una leve sonrisa.
-Bien -dije sin mirarlo.
-¿Estas de ánimo para levantarte? -me preguntó.
-No lo sé, ¿por qué lo preguntas?
-Se me ocurre que podría invitarte a almorzar fuera hoy, no lo sé -me dijo y lo miré a los ojos frunciendo las cejas.
-¿Estás intentando coquetearme o algo así?
-¿Eso sería necesario luego de lo de anoche? -preguntó confundido.
-Jeremy, lo de anoche fue solo sexo -dije directamente-. Estaba borracha, no quiero excusarme en eso pero la temperatura simplemente subió y lo hicimos, pero eso no significa que algo más podría pasar entre nosotros.
-¿Desde cuando piensas así? -me preguntó sin dejar de mirarme a los ojos.
-Desde ahora -dije segura.
-Ok -suspiró.
-Lo siento Jeremy, lo nuestro fue hace mucho tiempo, no siento nada por ti y lo de anoche fue... no lo sé.
-No le des mas vueltas al tema Mía, lo comprendo, de todos modos pronto volveré a Chicago y tu seguirás aquí -dijo y asentí-. Ahora quitándole la seriedad al asunto quiero decirte que después de todo es bueno haber vivido esta experiencia contigo, al menos tengo un recuerdo tuyo en la cama, mi primera novia -sonrió.
-Idiota. ¿Es extraño verdad? Ser novios y que jamás pasara nada de esto, luego vernos años después y terminar teniendo sexo.
-Sí, es extraño, pero una buena experiencia.
-¿Usaste condón? -abrí los ojos de repente cuando recordé ese pequeño gran detalle-. No recuerdo eso.
-Estabas tan borracha que siendo sincero apenas debes recordar que follamos -rió y rodé los ojos-. Si usé.
-Ok, gracias por eso y espero que me digas que usualmente tienes condones contigo y no trajiste uno porque sabias que íbamos a follar.
-Usualmente los tengo conmigo -rió.
No quise comentarle nada a Liss de lo que había pasado con Jeremy, ella ni siquiera recordaba algo de la noche anterior así que fingí lo mismo.
Los días pasaron y tanto Alex como Jeremy debían regresar a Chicago, nosotras por nuestro lado debíamos comenzar los trámites de matriculas y todo eso para comenzar a estudiar nuestra carrera escogida; Psicología. Creo que escogí esa carrera porque cuando yo asistí al psicólogo eso me ayudó mucho y quiero poder ayudar a otras personas.
-Mía, espero de corazón que logres sanar tus heridas -me dijo Jeremy cuando me abrazó en el aeropuerto y yo me quedé inmóvil-. Eres una gran chica, mereces lo mejor, debes dejar de sufrir por alguien que ya no está en tu vida.
-Gracias -susurré.
-Si algún día te sientes preparada para comenzar algo nuevo... quizá... podrías llamarme, si quisieras.
-Gracias Jeremy -dije suspirando.
Me despedí de Alex y luego tuve que esperar largos minutos a que Liss se despidiera de él, pero no fue una despedida triste, porque Alex le prometió volver por un fin de semana largo el siguiente mes.
***
Todo sobre la matrícula en nuestra nueva universidad había salido bien, las clases comenzaron más rápido de lo que esperábamos y tuvimos que adecuarnos a nuestros nuevos horarios, pasábamos la mayor parte del día en la universidad o estudiando en grupos con nuevos amigos que habíamos conocido. Todos eran agradables, cuando e enteraban que veníamos desde Chicago todos se acercaban a preguntarnos sobre nuestra ciudad y así comenzamos a hacer varios amigos.
En cuanto pasaban los meses el estudio aumentaba, los exámenes eran cada vez mas complicados y a veces debíamos hacer trabajos de practica entre nosotros mismos, era divertido pero a la vez agotador. Todo ese mecanismo de estudio me estaba ayudando para distraerme, casi no tenia tiempo para pensar en otra cosa que no fuera la universidad y aprobar cada ramo del año, eso me hacía sentir mejor en ocaciones, aunque al final del día antes de cerrar los ojos miraba mi anillo y susurraba para mí misma "Espero que estés bien, juntos o no, siempre te desearé lo mejor".
JUSTIN.
"Carta número 26: Mía, ya han pasado más de dos años desde que no te veo ni sé de ti, me pregunto si me recordarás, me pregunto día a día si la decisión que tomé de dejarte libre habrá sido la correcta o no. Quizá algún día lo sabré, aunque duela espero enterarme de que si fue la correcta y que ahora tienes una buena vida. Me encantaría poder tenerte enfrente para decirte que jamás he dejado de pensar en ti, cada mes escribo una carta para ti, una carta que jamás leerás pero me sirve para desahogarme un poco. Conocer el amor contigo fue lo mejor que pudo pasarme"
-¿Quieres que le entregue algo? -me preguntó Ryan cuando me vio cerrando el cuaderno en el que escribía usualmente.
-No, ni siquiera le digas que la recuerdo, solo déjala ser feliz -me puse de pie y abracé a mi amigo-. Haz algo bueno de tu vida allá afuera.
-Lo haré, te visitaré todas las semanas hermano.
-Sal de esta mierda y no vuelvas a entrar -reí un poco.
-Te visitaré imbécil y te esperaré afuera, sé que pronto será tu turno.
-Si a ti te bajaron un año por buena conducta, lo más probable es que si hago méritos aún me queden dos putos años aquí, pero esta bien, casi me estoy acostumbrando -bromeé.
Nos abrazamos por un rato hasta que un policía llegó a abrir la celda para que Ryan saliera, por fin era su momento de regresar a la vida normal, mientras que yo aún debía seguir haciendo conducta, aunque cada vez se me hacía más difícil. He tenido más de una pelea aquí adentro, la última fue la peor, resulté apuñalado en el estómago y aún estoy algo convaleciente de eso, pero a pesar de todo tengo un buen grupo de chicos con quien pasar el rato, los necesitaré sobre todo ahora que Ryan se fue.
El papá de Mía ha mantenido un contacto totalmente profesional conmigo, él logró que Ryan pudiera salir antes de la cárcel, pero conmigo las cosas están difíciles por ahora. Lo único que esta a mi favor para decir que tengo "una buena conducta" es que hago todos los trabajos que están disponibles aquí adentro y además he estado estudiando, es el padre de Mía quien me consiguió la facilidad de poder estudiar desde la cárcel, llevo un año de administración pública y aunque no es lo que siempre haya querido, mas bien es lo primero que se me ocurrió, finalmente sirve para poder distraerme un poco en toda esta mierda.
Mis padres me visitan cada domingo, en un principio sentía vergüenza de haberlos decepcionado así, pero después de todo ellos jamás me dejaron solo. Mi madre quiere que al salir regrese a vivir con ellos pero esta vez a la casa de campo, dicen que estar ahí me haría bien para comenzar de cero, no lo he decidido aun pero probablemente sea bueno alejarme de todo lo que me recuerde a Mía.
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Dulce Tormento © #1
Teen FictionMía se preguntaba cada día cómo iba a superar la repentina muerte de su madre, y el hecho de vivir con un padre que la había abandonado años atras. Tan solo era una niña de diecisiete años y la vida se le había roto en mil pedazos. Mudarse a una ci...