Capítulo 46

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Durante la cena les dije a mis abuelos que no podían decirle nada a mi papá sobre mi visita, aunque en realidad ellos jamás tienen mucho contacto pero debía prevenir. Cuando les comenté que Justin era quien me había llevado hasta ahí ellos le dieron las gracias mil veces también, creo que con eso lo adoraron enseguida y ni siquiera preguntaron quien era, no sé si porque dieron por hecho que era un buen amigo o algo más.

Luego de la cena nos acomodamos en las habitaciones que nos habían preparado, mis abuelos vivían solos hace mucho tiempo pero tenían muchas habitaciones en casa para cada vez que cualquiera de sus nietos o sobrinos los visitara.

Dos minutos luego de cerrar la puerta tras haberme despedido de Justin mi celular sonó...

"Ya te extraño" -Justin.

Sonreí al leer eso y le respondí, era extraño pero a pesar de saber que solo una pared nos separaba yo también ya sentía que lo estaba extrañando. Quería abrazarlo y dormir sintiendo su aroma, sintiendo sus brazos alrededor de mi cintura y sintiendo los latidos de su corazón al apoyar mi cabeza en su pecho.
Mi teléfono volvió a sonar y enseguida lo miré esperando un mensaje de Justin, pero no era así...

"Estoy afuera de la casa de tus abuelos, por favor baja a hablar conmigo, estoy solo, no te daré problemas, será solo una conversación que necesito que tengamos" -Jeremy.

Salí de la cama de un brinco y miré a través de la ventana, él estaba ahí. Pensé en Justin, probablemente se molestaría si supiera que saldré a hablar con Jeremy, pero si insiste tanto en hablar conmigo prefiero que sea así, sin darme problemas ni acercarse más a Justin. Seguía vestida, por lo que salí de inmediato de la habitación muy silenciosamente y bajé las escaleras de igual modo. Al abrir la puerta Jeremy enseguida se acercó a mí, sus ojos oscuros hace unos meses atrás me encantaban, pero ahora no me provocaban nada, definitivamente nada de él me provocaba nada.

-¿Qué sucede Jeremy? Creí que estaba todo claro -le dije casi en un susurro.

-Mía, no quiero que pienses lo peor de mí, pero sé que haz estado todos estos meses pensándolo -me habló a un volumen bajo también-. Necesito decirte que jamás quise dejarte sola.

-Ya no vale la pena hablar de eso ahora.

-Debo explicarte lo que pasó,, por favor escúchame.

-Te estoy escuchando -suspiré resignada.

-La noche de la fiesta yo estaba drogado y por eso viste lo que viste -rodé los ojos al escucharlo y él continuó-. Mis amigos me dijeron que habías estado ahí y que me habías visto, me puse como loco y me pelee con varios chicos, entonces llamaron a la policía y me llevaron, pasé varios días detenido y por eso no pude asistir al funeral de tu mamá, yo ni siquiera sabía lo que había pasado, lo supe días después de salir de la cárcel.

-En esos momentos yo seguía en la ciudad, jamás me visitaste, ni siquiera una vez -lo interrumpí y él asintió.

-Me sentía como un imbécil, no sabía que decirte al momento de verte y pensé que necesitabas unos días a solas, para pensar, pero cuando vine a visitarte me dijeron que ya te habías ido y que no sabían cuando volverías.

-Entiendo -dije mirando el suelo.

-Mía, sabes que siempre te quise, aún te quiero y mucho -se acercó más a mí y tomó mis manos entre las suyas.

-También te quise y te tengo un extraño cariño... -comencé a decir-... pero todo pasa por algo y nosotros ya no estamos en el mismo mapa, lo siento, pero tú ya no estas en mis planes de vida -mantuve mi mirada firme en la suya.

Dulce Tormento © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora