Capítulo 49

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MÍA.

Antes de que Justin llegara a casa acompañé a Any al centro comercial a hacer algunas compras, fue algo bastante rápido, ya que yo estaba demasiado nerviosa esperando alguna llamada de Justin, pero jamás llamó. Regresé a casa durante la tarde, en la sala mi papá leía un libro, Angela a su lado miraba la televisión, saludé de manera rápida y corrí a mi habitación en donde me encontré con Tomás que estaba jugando videojuegos, pero sorprendentemente en cuanto me vio lo apagó.

-Sigue jugando, no ocuparé la televisión -le sonreí levemente mientras me sentaba a su lado en la cama.

-Justin estuvo aquí -me dijo enseguida.

-¿Justin? ¿A qué hora?

-Hace cerca de una hora, lo vi salir de la oficina de mi papá pero se fue rápido, Javiera lo siguió, hablaron un rato y luego él se fue. No se veía bien -hizo una mueca.

-¿Dónde está Javiera?

-En su habitación.

-Gracias por decírmelo -besé su frente y salí corriendo de mi habitación camino a la de Javiera.

Toqué la puerta varias veces hasta que ella la abrió, su expresión cambió en cuanto me vio.

-¿Qué pasó con Justin? -dije de manera automática.

-Entra y siéntate -respondió enseguida y lo hice. No recordaba haber entrado a su habitación antes, pero ni siquiera miré a mi alrededor, estaba demasiado concentrada en que ella hablara rápido-. ¿Sabías que vendría a hablar con tu papá? -dijo por fin.

-Sí, pero pensé que lo haría conmigo presente.

-Al parecer pensó que sería mejor en privado. Deberías llamarlo, ustedes deben hablar.

-Javiera, ya estoy aquí -rodé los ojos-. Cuéntame lo que te dijo.

-Ok -suspiró-. Él dijo que tu papá lo juzgo por su apariencia, por sus tatuajes y realmente se veía triste, creo que tu padre fue duro con él.

-Le dije que era una estupidez hablar con él -negué con la cabeza-. Gracias -me puse de pie.

-A Justin no le gustaría que te enfrentaras con tu papá por esto -intentó detenerme cuando me vio saliendo de su habitación.

-Me importa una mierda -dije enojada.

Bajé las escaleras de prisa, mi papá seguía en la sala y me paré frente a él, le arrebaté su libro de las manos y lo miré con rabia. Sus ojos no tardaron en mirarme curiosamente.

-¿Qué sucede? -dijo cínicamente.

-¿Tengo que explicártelo? ¿En serio? -lancé su libro al suelo.

-Supongo que esto tiene algo que ver con ese chico que vino hace un rato -me miró serio y vi a Angela irse de la sala en silencio.

-Supones bien, bravo, eres brillante -dije en tono irónico-. ¿Qué demonios le dijiste?

-Él fue quien vino a hablar conmigo y yo le respondí con sinceridad -se encogió de hombros-.

-Veo que eres demasiado sincero cuando te conviene -reí irónica-. Pero justo ahora tu sinceridad no le importa a nadie. No te metas en mi vida -alcé la voz

-Cálmate y no me hables así! -se puso de pié elevando la voz también-. Te das cuenta porque ese chico no me agrada? Mira como te estas comportando por él.

-Me comporto así porque así soy cuando algo me molesta, claro que no lo sabes porque ni siquiera me conoces.

-Mía, eres mi hija y si no tengo mayor relación contigo es porque tú no me lo permites. Pensé que estábamos bien, tus visitas al psicólogo te tenían más tranquila, estábamos llevándonos mejor.

Dulce Tormento © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora