Lunes y martes no asistí al instituto, simulé estar enferma y solo me quedé acostada. Cuando estoy sola -que es la mayoría del tiempo- solo me pongo a pensar en por qué yo sobreviví a ese accidente y ella no, por qué la vida o dios fueron tan crueles de dejarme aquí sin ella, luego pienso que quizá si hubieras muerto ambas la vida hubiera sido cruel con Tom, pero luego... Luego pienso que en ese accidente solo debí haber muerto yo, sí, porque yo aún no soy nadie importante en esta vida, no tengo hijos, no tengo esposo, no tengo a nadie a quien hubiera dejado en la periferia que estoy yo, en lo mismo que está mi hermano. Mi mamá nos hace falta, pero yo no les hubiera echo demasiada falta a ellos, mi mamá se hubiera refugiado en su hijo vivo, y mi hermano en su madre, todo sería menos doloroso que lo que es ahora. Esos son mis pensamientos cada vez que estoy sola.
Miércoles por la mañana llegué al instituto un poco retrasada, no estaba el profesor que debía estar, en su lugar había una profesora bastante de cara armoniosa, era como si por sus poros saliera paz. En silencio me senté en la primera silla vacía que vi en el rincón, Any no tardó en aparecer a mi lado.
-Esta es la sección que encontré lugar para entrar -susurró sorprendiéndome.
-Hola -susurré de igual modo-. ¿De qué es esta clase?
-Clase extra programática de psicología o algo así, las autoridades del instituto consideran que necesitamos orientación psicológica a esta esta edad, el año pasado nos daban charlas, ahora optaron por una clase para esto.
Asentí en silencio y volví mi mirada adelante. La profesora se presentó y comenzó a contar cosas de su vida que a nadie le interesaban, sobre en que universidad estudió o cosas de los premios que ha ganado. No presté mucha atención, hasta que dijo que debíamos poner las sillas en círculo para una actividad. En el momento en que estábamos en círculo noté que Ryan estaba sentado solo, no estaba Justin por ninguna parte y eso me pareció extraño, pero no le di mayor importancia.
-Ok chicos -habló la profesora que estaba en el centro del círculo-. Quiero pedirles que cierren sus ojos y se olviden que están aquí, solo ciérrenlos y vayan al lugar que quieran.
Estoy con los ojos cerrados pero sigo ahí en la sala de clases.
-Ahora quiero que se relajen y comiencen a pensar en las cosas que hacen como adolescentes, en esas cosas que a veces pueden lastimar al resto, cuando se burlan de alguien, o cuando discriminan a alguien. Saben de lo que hablo.
No, no lo sé, no tengo idea de qué es lo que pretende con esto, no molesto a nadie y no discrimino a nadie, apenas y miro a la gente, esto es una pérdida de tiempo.
-Ahora reflexionen sobre todas sus acciones, sobre las veces que han probado cosas indebidas, quizá marihuana, quizá alcohol o quizá cigarrillos. Piensen en la razón de por qué lo hacen, y piensen en como podrían sentirse sus padres al verlos hacer algo así.
Eso dolió, porque daría todo porque al menos mi madre pudiera ver que estoy tomando un vaso de agua.
-Piensen en las veces que desobedecen a sus padres, cuando ellos les dan mil discursos sobre como deben cuidarse de los peligros del mundo y ustedes simulan escuchar pero en realidad no le dan atención. Piensen en las veces que ellos les han dicho que no al permiso de una fiesta y ustedes van de todos modos.
Abrí los ojos de golpe, todos seguían con sus ojos cerrados y la profesora daba pasos lentos, muy lentos en el círculo. No notó que abrí los ojos, me está dando la espalda.
-Piensen en las consecuencias que puede tener el hecho que ustedes no los obedezcan -siguió hablando-. Piensen en todo eso, en sus acciones malas, las que ustedes saben que están mal.
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Dulce Tormento © #1
Novela JuvenilMía se preguntaba cada día cómo iba a superar la repentina muerte de su madre, y el hecho de vivir con un padre que la había abandonado años atras. Tan solo era una niña de diecisiete años y la vida se le había roto en mil pedazos. Mudarse a una ci...