Capítulo 47

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-Hay un problema con eso -susurré mirando sus ojos-, ningún otro idiota me interesa, solo tú.

-¿Me lo prometes? -sus manos llegaron a mi cintura.

-Te lo prometo, lo que viste no fue nada, solo nos estábamos despidiendo y tú estas siendo exagerado.

-¿Exagerado por verte abrazando de esa manera a tu ex novio? -frunció las cejas-. Es tu ex novio Mía, te recuerdo que sigue interesado en ti y que yo también estoy loco por ti.

-Y yo te recuerdo que estoy aquí contigo, he pasado todo este último tiempo contigo y de él no sabía nada hace meses.

-¿Qué te dijo? -su mirada bajó al suelo.

-Nada importante, él solo quería explicarme algo del pasado y yo me encargué de aclararle que ya nada de eso importa, porque mi vida ya no está aquí.

-Mía -volvió a mirarme a los ojos-. ¿Tú me quieres?

-Más de lo que debería -confesé.

-¿Por qué no quieres quererme? -frunció levemente las cejas confundido-. He hecho todo lo que he podido para que confíes en mí.

-Lo sé, pero tengo miedo, tú haz hecho todo para que confíe en ti, para conseguir mi cariño o mi amor, pero; ¿qué pasará cuando ya confíe en ti y cuando ya tengas mi amor?

-No sé -respondió en un susurro.

-Tú no estas acostumbrado a lo romántico, a veces pienso que solo soy tu desafío y me da miedo que te des cuenta de eso cuando sea demasiado tarde para mí, cuando esté perdidamente enamorada de ti.

-No Mía, puede que no sepa con exactitud que pasará en el futuro, pero sé perfectamente que lo que siento no es pasajero, no eres ningún desafío, te lo he dicho mil veces.

-Lo sé Justin y te aseguro que no pienso que me mientas, pero de vez en cuando pienso que puedes estar confundido.

-Hoy al verte abrazándolo a él sentí como si todo mi mundo se derrumbara Mía, sentí algo aquí -puso su mano en el lado izquierdo de su pecho, en su corazón-. A mí me asusta lo que siento por ti, pero al mismo tiempo me hace sentir bien.

-Me pasa lo mismo -dije con una leve sonrisa-. De ti me gusta hasta lo que detesto en el resto de las personas y eso me asusta.

-Entonces vivamos este miedo juntos, porque estamos en la misma página Mía.

Sus labios se posaron en los míos y sentí como cada músculo de mi cuerpo se relajó al saber que no se iría, que se quedaría conmigo y que realmente estamos en la misma página. Ninguno de sus besos se sentía como otro, no eran una costumbre, ni algo predecible, cada uno de sus besos eran únicos.

-Eres un romántico cuando te lo propones -hablé aún con sus labios sobre los míos.

-Ni siquiera yo conocía esa faceta mía -sonrió también.

-¿Podemos tumbarnos en esa cama y olvidar lo que pasó? -pregunté.

-Solo si me besas hasta que me duerma.

-Lo haré -sonreí.

Es difícil pensar en querer controlar mis sentimientos cuando cada vez que lo tengo a él cerca siento como todo mi cuerpo y mi alma se tranquilizan, olvido que hace solo unos meses deseaba desaparecer de la tierra, olvido que la vida me ha golpeado duro, olvido su pasado y el mío, olvido todo y solo observo su mirada tan dulce y sonrío.

Si solo iba a pasar unos días en Chicago había algo que debía hacer si o si; visitar la tumba de mi mamá. Justin me acompañó al cementerio muy temprano, compramos muchas flores para dejar su tumba hermosa y luego ambos nos sentamos en el césped frente a la lápida con su nombre.

Dulce Tormento © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora