Capítulo 44

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Su sonrisa se mantuvo varios segundos más al finalizar la canción mientras me miraba fijamente a los ojos.

-Eso fue increíble -sonreí.

-Eso fue para ti -su voz sonó más ronca de lo normal.

-Lo sé -confesé-, tu mirada me lo dijo.

Él sonrió ampliamente y dejó su guitarra a un lado para acercarse a mí y besarme tiernamente. Es extraño, pero cada vez que sus labios tocan los míos siento como mi cuerpo se debilita, me vuelvo vulnerable ante él, me dejo llevar por cada uno de sus movimientos y olvido el mundo que nos rodea.
Sus besos no tardaron en intensificarse y su mano presionaba fuertemente mi cintura, podía darme cuenta de que si seguíamos así íbamos a llegar más lejos de lo que yo quería en ese momento, por lo que me alejé de sus labios y besé su mejilla.

-Te quiero -le susurré-, vamos bien, no quiero echar a perder las cosas.

-Ni yo -suspiró con una leve sonrisa forzada-. Eso en el horno huele bien.

-Espero que tengas hambre entonces -sonreí.

-Si es por complacerte sería capaz de comer una rata -rió y luego frunció las cejas-, pero espero que eso no te complazca.

-No seas idiota -reí-, y no quiero que comas por complacerme -fruncí las cejas esta vez-. Espero que te guste.

-Me gustará -aseguró con una sonrisa al tiempo en que su celular sonó, él lo miró por unos segundos y sonrió aún más-. Te tengo una sorpresa.

-¿Otra? Tu canción fue una gran gran sorpresa -reí.

-Otra -asintió-. Mañana viajaremos.

-¿Viajar? -abrí mis ojos sorprendida-. ¿A dónde?

-A Chicago, a visitar a tus abuelos, ¿crees que se molesten de que vayas conmigo?

-Estas hablando en serio? -sentí lágrimas de emoción llegar a mis ojos pero las contuve rápidamente-. Estás hablando totalmente en serio?

-Claro que sí.

-No Justin, no puedo aceptar esto, de verdad sería magnífico pero...

-Pero nada, los pasajes ya están comprados -besó mis manos-. Mañana mismo viajaremos a pasar unos días con tu familia.

-Eres increíble -lo abracé con fuerza-. Te quiero, gracias por esto, gracias por todo, no sé como podría pagarte lo que haces por mí.

-Tu sonrisa basta -besó mi mejilla.

No pude contener mi felicidad, le agradecí una mil veces por lo que estaba haciendo por mí, realmente me sentía en deuda con él. Volvió a preguntarme sobre mis abuelos y eso no era un problema, sé que ellos lo recibirán como si fuera de la familia, sé que mis amigos lo acogerán de la mejor manera.

Luego de comer, nuevamente dormimos juntos, abrazados, él jugando con mi cabello y yo sintiendo el aroma de su piel mientras tenía mi cabeza en su pecho. Lo sentí de madrugada quitarse la camiseta, mi cabeza volvió a su pecho y sus brazos volvieron a cubrirme. Su piel estaba tibia y los músculos de su tórax eran rígidos, por un momento pensé que quería tentarme con su cuerpo frente a mí, eso de seguro sería una tentación para cualquiera y yo estando ahí, frente a su bien trabajado cuerpo, no era ninguna excepción. Quizá debería asumir que si puedo tener ganas de enredarme entre las sábanas de Justin, claro, eso si no estuviera por encima mi miedo de que él se alejara de mi luego de eso, porque sí, creo que eso es lo que me frena al momento de pensar en ello, tengo miedo, tengo miedo de que él se aleje de mí. Asumirlo interiormente me hizo pensar en algo; si de verdad me quiere como dice, lo más importante para él ahora no será el sexo, por mucha tentación a la que juguemos.
Me quité mi camiseta tan casualmente como él se quitó la suya, sus ojos de sorpresa llegaron a mi brasier y rápidamente desvió la mirada. Voltee para continuar durmiendo dandole la espalda, pero sus brazos no tardaron en llegar hasta mí y cubrirme, besó suavemente mi hombro y rió.

Dulce Tormento © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora