Depresión

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-¿Quieres pararte?-me pregunta Martin. Suelto un gruñido.

Corre mis piernas y se sienta al lado mío en mi cama. Estoy acostada sobre mi cama mirando mi laptop, con todas las fotos de Tom y Zendaya y todo el mundo amando la nueva relación. Desde mi examen han pasado tres días, y no he logrado dejar de obsesionarme en buscar de manera masoquista todas las fotos y artículos que hay de ellos dos. Con Zendaya solo nos hemos mandado mensajes, no me atrevo a hablar con ella por teléfono, y creo que ella tampoco. Martin ha venido a intentar sacarme de mi miseria, pero no ha tenido éxito. A mis padres les he dado la excusa de que estoy con mi periodo y no me siento bien, aunque creo que no es tan mentira ya que puede que sea este el que me haga ser tan masoquista y quiera estar hecha una bolita en mi cama.

-Esto no te hace bien-me susurra Martin. Lo pateo suavemente en la pierna.- ¿No te da vergüenza estar en pijama?

-No-le digo sin mirarlo y bajando por una página web en donde salen mil fotos de Tom y Zendaya.

-Son las cinco de la tarde-me dice tratando de hacerme sentir mal.

-Es sábado-me encojo de hombros.

-¿Qué estás viendo?-me pregunta. Por fin lo miro e intento disimular.

-Nada-le digo, pero es muy tarde, porque ha agarrado mi laptop y está viendo lo mismo que yo. Suspira, cierra la laptop y me mira de brazos cruzados.-Déjame-le digo y agarro una almohada y la pongo sobre mi cabeza.

-¿Eres masoquista?-me pregunta.

-Si-digo sin quitarme la almohada.

-Levántate-dice agarrando la almohada y soltando mi agarre, no tengo fuerzas para eso.

-Estoy con mi periodo-le digo sentándome en la cama.

-Eso no es excusa, anda a bañarte niña loca-me dice. se levanta y me jala el brazo.

-No quiero-le digo haciendo un puchero. Martin se ríe.

-Vamos, si estas así lo mejor que podemos hacer es comer helado-me dice son una sonrisa. Lo miro y entrecierro los ojos.

-Pero tiene que ser con churros-le digo en voz baja. El rueda los ojos y asiente.-Bien-le digo. Me paro sonriente.




-Espero que Tom jamás te vea comiendo churros, porque eres una salvaje-me dice Martin, mirándome con cara de asco.

-Al menos no tengo salsa de chocolate en la cara-le digo sin mirarlo. Frunce el ceño, pero se pasa la servilleta por su boca y descubre que lo que dije es verdad, me río.

-¿Qué vas a hacer?-me pregunta, y mi risa se apaga y lo miro con cara de pocos amigos.

-Nada-respondo finalmente, me encojo de hombros y comienzo a comer helado.

-¿Nada?-pregunta.

-Nada, no voy a hacer nada. Voy a seguir como si nada-le digo sin mirarlo.

-¿Tu no vas a hacer anda?-pregunta. Lo miro y asiento, y el comienza a reírse. Frunzo el ceño.

-¿De qué te ríes?-le pregunto.

-Eres la chica más ansiosa del mundo entero, no puedes no hacer nada-me dice entre risas.- Planear algo es como respirar para ti.

-Bueno, he cambiado-le digo, y vuelve a reírse. Le pego una aptada bajo la mesa.

-Auch-me dice, le sonrió sarcásticamente.- Mira, si hacer "nada" es eso que estabas haciendo cuando te fui a buscar, déjame decirte que estas hundiéndote en un hoyo, estas torturándote tu sola. La autocompasión no es lo tuyo-me dice sonriéndome con sorna.

¿Los sueños se hacen realidad? (Tom Holland y Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora