Here we go again

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Harrison tenía razón. Las semanas que quedaban para el viaje se me pasaron muy rápido. En ellas, con mi madre compramos algunas ropas de invierno que necesitaba. Un abrigo muy lindo que tenía chiporro por dentro, así que no pasaría frio. Guantes (normalmente no uso), dos pares de botas de las que me enamore. Lo mejor, todo lo que había (que era poco, ya que aquí el invierno había pasado y no es tan frio como en Londres) estaba con descuento.

Para que todo fuera más creíble, incluso mis padres hicieron una video llamada con Zendaya, ya que como mi madre es profesora de inglés habla muy bien (duh), y se quedaron algo más tranquilos. Esta vez iría por tres semanas. Me sorprendió, ya que cuando compramos los pasajes con mi padre, él me dijo "quédate un poco más, después de todo ¿Cuántas veces vas a ir a Europa?". Todo estaba saliendo como lo habíamos planeado, y mejor.

Claudio había dejado de molestarme, en la universidad había logrado eximirme de todos mi ramos (toda una cerebrito yo) por lo que tenía vacaciones antes, increíblemente mi piel me había dado un descanso en la lucha contra la maldita espinilla que siempre me sale ya sea por mi periodo o por estrés, y para mi serte, había calculado que durante el viaje no me llegaría el periodo (benditos sean los anticonceptivos).

Tom había planificado un minucioso itinerario. Lamentablemente solo nos alcanzaba para viajar dentro de Inglaterra, pero para mí era más que suficiente. Por mí, podríamos estar en una cueva, y mientras estuviera con él todo saldría bien. Habíamos hablado todos los días, y también incluso hable con Paddy, el pequeño me extrañaba a mares. Pronto los vería a todos. Zendaya me había ayudado que ropa llevar, aunque siempre movía las cejas y me molestaba, creo que solo escogió ropa provocativa. Pero poco me importaba todo eso. Comenzaron a apaciguarse los rumores de Tom y Zendaya, y tampoco hablaban de mí. Martin, aunque él lo negara, estaba más comprometido con Zendaya, las inseguridades ya se habían empezado a disipar, y aunque ambos querían aclarar las cosas en su viajecito romántico, sabia sin duda alguna que los pobres huéspedes de los hoteles a los que vayan tendrían que soportarlos durante todas las noches mientras ellos "hablen" de su relación.

Cuando llego diciembre, contaba los días para que llegara el día. La víspera de navidad, mis padres me regalaron un par de botas, una cámara fotográfica y un álbum, para que lo llene con las fotos de mi viaje. No sé qué excusa inventaría para que pudiese explicar las mil fotos que pretendo tener con Tom.

Cuando por fin llego el día, Martin y yo pasamos ansiosamente las horas esperando el embarque final. Cuando por fin subimos y nos sentamos, comenzamos a ver la serie de películas que tenían a bordo. Nos entretuvimos viendo Iron Man 1 y 2, y luego Martin se quedó dormido. Seguí con Capitán América, pero finalmente sucumbí al sueño. Despertamos cuando ya quedaban solo tres horas de viaje. Decidimos ver una película no relacionada con Marvel (¿Quiénes son los Miller?) para matar el tiempo. Dentro de mí, sentía como si una niña de cinco años se hubiese apoderado de mi cerebro y estaba saltando frenéticamente, esperando que le llegue su poni de regalo. Martin y yo no hablábamos de eso, supongo que los dos estábamos demasiado nerviosos como para no explotar de alegría dentro del avión, porque así me sentía, completamente alegre y feliz de que por fin pueda volver a verlo.

Una vez aterrizaos, pude encender mi teléfono y me conecte rápidamente al WiFi del aeropuerto para poder contactarme con Tom. Allí tenía un mensaje de el de hace unas horas en que me decía que saliera y buscara a alguien con un letrero que dijera "Holland". Sonrió, supongo que un chofer me ira a buscar, es menos arriesgado para él. Recogemos nuestras maletas y luego nos movemos dentro del tren subterráneo del aeropuerto para llegar al terminal al que debemos bajar. Cuando por fin pasamos la aduana y la policía internacional salimos por las puertas y buscamos entre el tumulto de gente el letrero.

-Allí-me dice Martin indicando con su cabeza ya que sus manos están ocupadas con su equipaje. Caminamos en diagonal hacia la izquierda.

-Por fin-escucho que dice el hombre con el letrero, pero entonces me dijo bien que conozco esa nariz y esos ojos.

-¿Hazza?-le pregunto, esta disfrazado, no puedo contener la risa.

-Shh ¿no ves que estoy de incognito?-me dice sonriendo. Lleva un sombrero estilo inglés, se ha colocado gafas (como si las necesitara) y un bigote falso pero que si se ve real.

-Tú no pierdes oportunidad para disfrazarte-le digo. Extiende sus brazos y me da un gran abrazo moviéndose hacia los lados. Me río. Me suelta y luego abraza a Martin.

-Vengan, los demás están esperando por acá-nos dice.

Caminamos por el aeropuerto (que es gigantesco) hasta llegar a la sección que dice "Salón Premium". Entramos, ahí hay un bar, varios sillones de cuero, tres pantallas planas, una indica los vuelos por llegar, otra los vuelos por salir y la última que es la que está más lejos, transmite un partido de futbol. Harrison se voltea para mirarnos de frente, y con la cabeza señala hacia la izquierda. Me giro. Ahí está, perfectamente vestido con jeans oscuros, una camisa celeste y sobre ello un sweater gris. Suelto mi pequeño bolso, mis piernas solas se dirigen a él. Él me sonríe y también se adelanta. Cuando nos encontramos a medio camino, me lanzo a sus brazos y el me agarra por la cintura. Entierro mi cara n su cuello, intentando oler lo más que puedo su aroma. Es embriagador. De pronto, me levanta del suelo y me gira. Me río, y me deja en el suelo. Nos separamos un poco y nos vemos a los ojos. Si antes creía que lo extrañaba, ahora no me puedo explicar cómo sobreviví sin él durante estos meses. Se inclina y yo también. Un beso. Siento como las descargas eléctricas en mi cuerpo se disparan, me recorren completamente, desde la punta de los pies hasta mi coronilla. Un corto beso, porque hay más gente acá, si no, creo que no lo hubiese soltado. Escucho unas risitas a mi lado. Es Zendaya con Martin. La miro, ella se separa de Martin y yo también me separo de Tom para abrazarnos.

-¿Cómo fue el viaje?-me pregunta sonriente. Le sonrió y sacudo la cabeza.

-Pase la mayor parte del tiempo durmiendo-le digo. Me sorprende la facilidad con la que logro hablar en inglés, aún recuerdo que antes hablaba tímidamente en un principio.

-¿Están cansados?-me pregunta Tom. Su voz suena mucho más melodiosa que por teléfono, dios como lo extrañe. No creo que pueda separarme nunca más de él.

-No mucho-responde Martin, yo niego con la cabeza.

-Vamos a dejar las cosas en mi departamento y luego iremos a la casa de mis padres, ¿les parece?-dice Tom. Mis mejillas se encienden al rojo vivo, lo siento. Agacho la cabeza para evitar que se vea mi vergüenza.

-Me gustaba mi disfraz-dice Harrison haciendo una mueca. Nos reímos. Tom pasa su brazo sobre mis hombros y se acerca a mi hombro.

-¿Por qué estas sonrojada?-me pregunta. Lo miro muriendo de la vergüenza.

-Es solo que... ver a tus padres, de nuevo...

-Pero si ya los conoces-me dice riendo por lo bajo. Ruedo los ojos.

-Lo sé, pero... igual me da vergüenza-le digo, evitando decir el porque me da vergüenza. Agarro el mango de mi maleta, y Tom toma mi bolso y se lo coloca al hombro. Se pone un gorro de lanilla y lentes de sol.- ¿Te das cuenta de que afuera está lloviendo?-le pregunto levantando una ceja, divertida.

-Es un disfraz-dice, y me rio.

-Vamos-dice Harrison saliendo del salón.

Londres, aquí vamos pienso.

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Hola chicas, aquí les dejo otro capitulo!

Si tienen preguntas, solo háganlas y les respondo en el siguiente cap!

Las leo!

¿Los sueños se hacen realidad? (Tom Holland y Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora