La pista de hielo

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-Tom-le digo mientras nos encaminamos a la pista, vamos tomados de las manos.

-¿Pasa algo?-me pregunta, lo miro preocupada.

-No es... muy ¿público?-le pregunto.- Para ti, me refiero.

-No tienes de que preocuparte, he venido antes-me dice sonriendo con ternura.- Esta es la pista de patinaje más vacía porque por lo general vienen profesionales. Además, nadie se fija mucho en nadie, míralos-me dice mostrándome a los guardias y empleados a cargo de la pista. Se ven más bien agotados.- Es más concurrido mas temprano.

Le sonrió y asiento con la cabeza. Suelta mi mano y se acerca mas para pasar su brazo sobre mis hombros. Me da un beso en la frente.

Un guardia de seguridad nos abre la puerta de la reja que rodea la pista de patinaje. Las luces de varios colores hacen ciertas figuras en la pista, copos de nieve, líneas parecidas al movimiento del agua, mariposas, etc. Con ayuda de Tom entre a la pista. Me apego a la barandilla que rodea toda la pista para que, personas como yo, podamos andar con apoyo.

-Mira, es como caminar-me dice Tom, que rápidamente avanza hacia adelante mostrándome.

Y no se parece en nada a caminar. Parece mas como si volara a ras de suelo. Me quedo mirándolo, primero embobada por cómo se desliza con tal facilidad, y segundo porque, demonios, es demasiado guapo. Lleva los mismos jeans oscuros y sweater gris de la tarde, pero encima se ha puesto una chaquea negra de gamuza, unos guantes negros y una bufanda beige. Parece modelo de pasarela.

Detrás de Tom aparecen sus hermanos, y comienzan a empujarse. Los veo detenidamente. Me gusta verlo reír genuinamente, y por lo general eso lo hace solamente cuando esta con su familia.

-¿Estas bien?-pregunta Harrison, está detrás de mí. Volteo la cara y lo miro.

-Sí, solo que ni en un millón de años podré hacer lo mismo que ustedes-le digo, y nos reímos.

-Vamos-me dice.

Coloca su brazo derecho detrás de mi espalda, por sobre mi cintura, y con su mano izquierda agarra mi mano izquierda. Tom nos mira, y comienza a acercarse a nosotros.

-Suelta el barandal-me dice, y lo suelto a regañadientes.- Te llevare donde tu profesor. Avanza un pie, como si estuvieras caminando.

-No se parece en nada a caminar-le replico, se ríe por lo bajo.

-Solo avanza, niña-me dice.

Le hago caso, y comienzo a dar pasos. Con cada paso, me voy impulsando lentamente. Tom se detiene frente a mí a unos pocos metros y sonríe divertido.

-Excelente, sigue así-dice Harrison, y acto seguido, me suelta y me empuja levemente hacia adelante.

-¡Harrison!-grito. Intento mantener el equilibrio, voy avanzando hacia adelante lentamente.- ¡Te voy a matar!-le grito en español.

No doy un solo paso más, dejo que el vuelo me lleve, y cuando estoy mas cerca de Tom, este se acerca y me abraza por la cintura, nos gira y nos detenemos. Estamos casi en medio de la pista. Los mas profesionales están ahí, andando a toda velocidad, y me da pánico devolverme al barandal, porque no creo que sobreviva si paso entre ellos. Tom se está riendo.

-Creo que Hazza tiene sus días contados-me dice, gruño. Lo miro, me tiene firmemente agarrada.

-Ese hombre quiere verme estampada-le digo ahora en inglés. Tom vuelve a reírse.

-Ven, te enseñare-me dice, yo sacudo la cabeza. Vuelve a reírse.- ¿confías en mí?

-En teoría-le digo frunciendo el ceño, se ríe aún mas fuerte.

-Voy a estar a tu lado todo el tiempo-me dice. Suelta una de sus manos de mi cintura, mientras que la otra la mantiene firme alrededor de ella.- Da un paso.

Lo hago, doy un paso, y avanzamos un poco. Luego doy otro, y otro, y otro. Alcanzo mas velocidad de la que quería.

-¿Cómo freno?-pregunto.

-¿La verdad? No lo sé, yo solo giro hasta que ya no avanzo mas-me dice, lo miro con los ojos como platos. Se ríe.

-¿Y cómo giro?-le pregunto.

-Inclínate y haz mas peso hacia el lado al que quieras girar.

Decid que girare hacia mi izquierda. Y lo logro. Rio impresionada. Comenzamos a avanzar mas. Cada vez con un poco más de confianza en mí misma.

-Dobla siempre un poco las rodillas-me dice Tom.

Avanzamos cada vez mas fluidos, aunque aún me cuesta detenerme. Puedo decir con seguridad que no se parece en nada a caminar. Cuando ya han pasado unos veinte minutos, y me siento con la suficiente confianza. Tom suelta el agarre a mi cintura y solo me sostiene con la mano. Estoy a punto de caerme al menos tres veces, pero él llega  a mi rescate. Nos reímos. Avanzamos mas, damos vueltas por la pista.

Tom vuelve a acercarme a él y comenzamos a girar juntos. Rio muerta de miedo, pero feliz. Cuando por fin nos detenemos, lo miro. Sus manos afirman bien mi cintura, y las mías se apoyan en su pecho. Luego veo a nuestro alrededor, ahí están los demás, jugando entre ellos, y los demás patinadores no toman en cuenta nuestra presencia. Vuelvo a mirarlo. No puedo ponerme de puntillas, así que jalo un poco su chaqueta hacia mí y miro sus labios, esperando que entienda el mensaje. No tarde en inclinarse y besarme. Entreabro mi boca, y movemos nuestros labios lentamente, casi como si fuera la primera vez que nos besamos. Nuestras lenguas se rozan y juegan mientras siento que un calor me sube por la espalda. Siento unos gritos a lo lejos. Nos separamos y miramos.

-¡Wohooooo!-grita Paddy, burlándose. Nos reímos.

-¡Consíganse una habitación!-nos grita Sam. Me sonrojo y dejo de mirarlos. Puedo escuchar las carcajadas de Harrison.

Pero no me importa, nos volvemos a mirar y vuelve a inclinarse  para besarme.

¿Los sueños se hacen realidad? (Tom Holland y Tu) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora